Seis claves sobre la neutralidad de la Red
¿Qué es? ¿qué implicaría el fin de este principio? ¿quiénes serían los perjudicados? son algunas preguntas básicas
¿Qué es la neutralidad? Hay quien cree que el debate de la neutralidad tiene que ver con el fin de las tarifas planas, con la velocidad a la que accedemos a internet o con cualquier otro aspecto relacionado con las tarifas que pagamos a las compañías telefónicas. No es así. Las "telecos" pueden, naturalmente, plantear la oferta que consideren oportuna, y los usuarios elegir en consecuencia. La neutralidad significa que los paquetes de datos que circulan por las redes deben recibir siempre el mismo trato, sin dar velocidad, prioridad o jerarquía en función de su contenido, origen o destino, sin que se privilegie o limite a unos u otros. Una limitación evidente es bloquear el acceso a servicios como Skype, algo habitual en muchas redes móviles.
La tasa Google. En España, el debate comenzó cuando Telefónica lanzó a la arena pública la "llamada tasa Google". En su opinión, no es lógico que el buscador obtenga grandes beneficios sin invertir en el desarrollo de las redes. Las "telecos" han asegurado que, si no se racionaliza ese tráfico, las redes terminarán por bloquearse. En realidad, se refieren sobre todo al tráfico de datos en los móviles, que crece enormemente en los últimos años, aunque no suelen aclarar este término. De hecho, en Estados Unidos, Google y Verizon ya han llegado a un principio de acuerdo que limitaría el trato equitativo en la web. Los defensores de la neutralidad opinan que ese acuerdo es "el último ejemplo de cómo Internet está amenazado por parte de quienes quieren imponer peajes en lo que hoy es una autopista (editorial del USA Today).
¿Qué implicaría en práctica el fin de la neutralidad de la Red? Hasta ahora, cada cual navega por la Red en función de la velocidad que contratada, sin más limitaciones. Todas las empresas y todos los usuarios tienen las mismas posibilidades de mostrarse en el universo de internet. Un peaje como el que proponen las telecos implicaría una red compartimentada, como la televisión de pago, por establecer un símil fácil. Hay televisión generalista y de pago, e incluso dentro de la de pago, hay eventos premium. En la práctica, quien quiera una televisión de calidad debe pagar por ella. Más aún: ese mecanismo premium en internet dificultaría enormemente que pequeños empresarios de la Red puedan montar y difundir sus ideas/negocios en los circuitos de alta velocidad, restringido si el fin de la neutralidad fuera un hecho. Al cabo, no se bloquearán los contenidos legales, pero la televisión, el vídeo, Skype o Spotify llegarán mejor si los proveedores y los usuarios pagan más a final de mes, lo que en la práctica singificaría dejar fueran a los que no se sumen a esa nueva tasa.
¿Qué opina el Gobierno español? El futuro de internet se está debatiendo estas semanas en la Unión Europea, donde cada vez parece que tienen más peso las opiniones de las compañías de telecomunicaciones. La tendencia, a día de hoy, es poner la pelota en la canasta de los usuarios: que sean ellos quienes elijan, según la tarifa que estén dispuestos a pagar, qué rutas puden seguir y a qué contenidos pueden acceder. El Gobierno español aportó recientemente un documento a ese debate, en el que apoya el fin del trato equitativo en la web. Textualmente podemos leer: "(la neutralidad) no debe entenderse de modo estricto en el sentido de que todos los usuarios deban recibir idéntico tipo de servicio".
¿Quiénes serían los más perjudicados? Naturalmente, primero los usuarios, que probablemente tendrán que pagar más para tener acceso a contenidos de calidad, como ocurre con la televisión. Para los gigantes, como Facebook o Google, no parece que sea un problema económico. Sí puede serlo, en cambio, para los emprendedores más modestos, de repente bloqueados, sin posibilidad de acceder gratis a los grandes públicos.
¿Cuándo? El debate se antoja largo. No será mañana y, probablemente, no será en todo el mundo y en todos los espacios económicos igual, pero la tendencia parece apuntar hacia una limitación de la web libre y equitativa, como la conocemos hasta ahora.
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