Google se lanza a escribir noticias con inteligencia artificial
Según explican desde la tecnológica a ABC, también podrían sugerir titulares y mejorar el estilo del periodista
Los problemas de la IA para hacer noticias de Google: «El conocimiento solo lo tiene un periodista, nunca una máquina»
![Google se lanza a escribir noticias con inteligencia artificial](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/tecnologia/2023/07/20/google-2-Rbz7w3gTL0zNJLcSmxpv70H-1200x840@abc.jpg)
Google está decidido a rentabilizar su gran apuesta por el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial (IA). Actualmente, la empresa está desarrollando varias soluciones destinadas a ayudar a los medios de comunicación. Entre ellas se encuentra Génesis, una herramienta destinada, en concreto, a ... la elaboración de noticias.
De acuerdo con información 'The New York Times', medio que adelanta la noticia, la herramienta ya ha sido mostrada por la tecnológica a algunos de los principales medios estadounidenses; entre ellos, además de al propio diario neoyorquino, a 'The Wall Street Journal' y a 'The Washington Post'. Genesis sería capaz de generar noticias a partir de datos proporcionados con anterioridad, según las personas que ya han tenido oportunidad de ver su funcionamiento. En concreto, se trataría de un sistema de apoyo destinado a agilizar el trabajo de los profesionales.
Según explica a ABC la portavoz de Google Jenn Crider, la inteligencia artificial de la compañía también podría «ayudar a los periodistas con opciones de titulares o diferentes estilos de redacción». «Nuestro objetivo es ofrecer a los profesionales del periodismo la posibilidad de utilizar estas tecnologías emergentes para que mejoren su trabajo y su productividad, del mismo modo que ponemos a su disposición herramientas de asistencia en Gmail y Google Docs», completan desde la tecnológica estadounidense.
Google, por tanto, está desarrollando nuevas herramientas basadas en IA (así, en plural) destinadas, directamente, a ser empleadas por los medios de comunicación. Sobre el papel, no estarían al alcance de todo el mundo, a diferencia de lo que ocurre con tantísimas soluciones de inteligencia artificial que llevan meses inundando internet.
Para el desarrollo, la firma de Mountain View está contando con la «cooperación» de varios editores, «especialmente los más pequeños». La empresa, además, remarca que el objetivo de sus futuras máquinas, de las que nada más se sabe, no pasa por «sustituir el papel fundamental de los periodistas a la hora de informar, crear y verificar sus artículos». Aunque expertos consultados por ABC no lo tienen claro.
Un algoritmo convertido en cuarto poder
Ulises Cortés, catedrático de Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Cataluña, apunta que con este movimiento, al final, lo que Google busca es hacer negocio. «Los resultados que ofrecen sistemas como ChatGPT o Bard son cada vez peores, y esto se debe a que las empresas tienen un problema para mantener el funcionamiento de las herramientas según aumenta su número de usuarios. El coste computacional es importante; cuando aumenta la demanda, se reduce la precisión», señala el docente.
Cortés remarca que, para poder mejorar el funcionamiento de los sistemas, y satisfacer a los inversores, es capital que las tecnológicas «encuentren maneras de capitalizar» sus herramientas. Y comenzar a ofrecérselas a medios de comunicación, previo pago de una determinada tarifa, puede ser una forma de conseguir engrosar las cifras del negocio. «Los medios de comunicación, por otro lado, pueden querer reducir trabajadores. El problema llega si los negocios se agarran a estos sistemas y se reducen los trabajos especializados. Si se apuesta por vivir en un mundo de máquinas en vez de en uno de profesionales cualificados», remata el experto.
Por su parte, Juan Ignacio Rouyet, profesor de Inteligencia Artificial en la Universidad Internacional de La Rioja, reconoce que las herramientas que Google está desarrollando «pueden ayudar a agilizar el trabajo de los medios. Aunque le preocupa, y mucho, lo que su llegada pueda suponer para la prensa libre e, incluso, para la democracia. »Lo que no puede ser es que los medios conviertan a un algoritmo en el cuarto poder«, apunta el docente.
Rouyet también avisa sobre el riesgo de que estas máquinas «acaben con la frescura del oficio» si se las da mal uso y que los profesionales del periodismo, por el camino, terminen perdiendo «su voz y su creatividad». Como Cortés, llama la atención acerca del peligro de que las máquinas cometan errores y terminen provocando que los profesionales más descuidados comiencen a compartir desinformación de forma masiva: «¿De quién sería la responsabilidad en este caso? ¿Del medio, de Google o del periodista que utiliza la inteligencia artificial?», se pregunta.
Los fallos de Google
Por el momento, ni Google, ni ninguna otra empresa con sistemas de inteligencia artificial generativa, han conseguido poner en circulación herramientas que sean realmente confiables. Ni para los usuarios corrientes ni para los profesionales. La tasa de errores que cometen es elevada, y a más de un trabajador ya le ha costado un disgusto confiar en sus capacidades.
El popular buscador lanzó en España la semana pasada Bard, una plataforma similar a ChatGPT que, por el momento, comete numerosos fallos en la elaboración de contenido en castellano. El mismo día del lanzamiento, sin dedicar esfuerzo alguno, este diario detectó que, cuando la conversación era en español, la herramienta cometía prácticamente un error por respuesta. Y gordo. Igual te decía que Inés Arrimadas se presentaba como candidata por Ciudadanos a las elecciones del próximo domingo que confundía a Batman con el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.
Bard también ha sido criticado en los últimos días por emplear información de medios en sus resultados sin contar con autorización previa y sin citar adecuadamente. La Asociación de Medios de Información (AMI) compartió un comunicado a finales de la semana pasada en el que acusaba al sistema de Google, entre otras cosas, de «aprovecharse del trabajo ajeno»: «Al ser preguntado por las fuentes utilizadas para la elaboración de sus respuestas, Bard se limita a decir que no puede ayudarte con esta pregunta. De esta manera, los medios ni tan siquiera obtienen el crédito debido de ser las fuentes de información sobre las que la herramienta ha elaborado su respuesta».
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