50 años de móvil, el invento que puso el mundo al alcance de la mano

En el mundo hay más de 5.300 millones de usuarios móviles, según GSMA. En España, la CNMC contabilizó a finales de 2022 más de 57 millones de líneas de teléfono móvil, casi diez millones más que habitantes. Un 87% tienen conexión a internet. De media, los españoles utilizaron su 'smartphone' tres horas y 40 minutos al día, tal y como recoge un estudio de Smartme Analytics correspondiente a marzo de 2022. «Es la tecnología que más y más rápido nos ha cambiado nuestro día a día. Primero la comunicación a distancia sin hilos y luego internet, dos peldaños del mismo proceso, han supuesto una gran revolución y un cambio social significativo. Antes estas transformaciones tardaban décadas en completarse. Ahora la transición del fijo al móvil y de ahí al 'smartphone', se ha concentrado en una generación«, apunta Víctor Renobell, doctor en Sociología y coordinador del Grado en Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Este salto comenzó con una pequeña venganza. El 3 de abril de 1973 Martin Cooper, ingeniero jefe de la división de sistemas de comunicación de Motorola, cogió el prototipo de teléfono personal que habían diseñado en apenas 90 días, que pesaba casi un kilo, y marcó a su gran rival, Joel Engel, de Bell Labs (AT&T): «¿Joel? Soy Marty. Te llamo desde un teléfono móvil, un teléfono móvil portátil de verdad«. Al otro lado de la línea solo se escuchó el silencio. El teléfono funcionó unos minutos y luego se rompió, confesó más tarde Cooper. Pero ya habían hecho historia.

Hubo que esperar todavía diez años, hasta 1983, para que el Dynatac 8000X saliera al mercado. Habían logrado 'reducir' el peso del aparato, de 33x4,4x8,9 centímetros hasta los 800 gramos. Necesitaba 10 horas de carga para hablar unos 35 minutos, y costaba unos 4.000 dólares de entonces, un capricho que solo se podía permitir entonces la clase alta. Pese a eso, vendieron 300.000 unidades. En España, el primer servicio de telefonía móvil fue el TAV, el Teléfono Automático de Vehículos, que lo empezó a ofrecer Telefónica en 1976. En 1983, los 'móviles' se redujeron al tamaño de un maletín y ya se podían sacar del coche, relata Reyes Esparcia, responsable del Patrimonio Histórico tecnológico de Telefónica. En 1988 apenas tenían 32.000 usuarios.

A partir de 1990 los móviles empezaron a reducir su tamaño y a despertar un gran interés en el ámbito empresarial. «La primera motivación para hablar a larga distancia fue económica. Queríamos saber qué estaba pasando en otros lugares, hasta dónde podían llegar nuestros productos y servicios», plantea Renobell. No imaginaban entonces que llevaríamos el banco en el bolsillo y que incluso nacerían monedas digitales con las que se puede operar 24 horas. Incluso que surgirían nuevos oficios, desde expertos en ciberseguridad hasta 'influencers', a partir de los móviles. El sector, según datos de GSMA, genera 12 millones de empleos.

«Aunque inicialmente era una tecnología limitada al entorno de los negocios, sus beneficios conquistaron progresivamente todos los aspectos de nuestras vidas. La irrupción del móvil no solo supuso una mayor velocidad de comunicación, sino que también permitió mover el foco de los lugares a las personas. Así, la telefonía móvil ha evolucionado y crecido para ofrecer cada vez más servicios y funcionalidades«, plantea Paola Gutiérrez, directora de Marketing y Comunicación de Motorola España, Portugal y países nórdicos. El despegue de la telefonía móvil en España, explica Teresa Herrero, gerente de Estrategia y Gestión de Red de Telefónica España, se inició en 1992, coincidiendo con las Olimpiadas, primero con el servicio Moviline pero explotó sobre todo a partir de 1995 con el lanzamiento del 2G. En 1996 tenían ya un millón de clientes y una cobertura cercana al 90% de la población. Los móviles ya no servían solo para llamar, sino también para jugar (Nokia lanzó su 'snake' en 1997) y mandar mensajes. El éxito de los SMS sorprendió a los propios operadores. «Apareció en el año 2000 y ese mismo año se enviaron 873 millones de mensajes«, señala Esparcia.

Pero la verdadera revolución fue la llegada de internet, la generalización de los 'smartphones', verdaderos ordenadores de bolsillo. «Con la llegada de internet a los móviles se unieron los dos fenómenos más transformadores de nuestra sociedad de las últimas décadas: internet y la telefonía móvil. Ambas tecnologías maduraron en paralelo a partir del año 2006-2007», sostiene Herrero. «Hemos pasado de cero a cien, de la nada a todo. Hoy se utiliza prácticamente para todo excepto para llamar: como navegador, para trabajar, para jugar, ver lo que pasa a nuestro alrededor, conectar con otros aparatos. Ahora cuando te llaman casi te molesta», bromea Curro Quevedo, experto en telefonía móvil y propietario de una colección de más de 2.000 terminales, que incluyen el pionero Dynatac 8000x, un Motorola propiedad de Emilio Botín y el Nokia que popularizó Gorbachov.

El impacto a nivel sociológico se puede analizar desde tantos ámbitos distintos que es casi inabarcable. La revista 'MIT Technology Review', del Instituto de Tecnología de Massachusetts, trató de resumir estos cambios en siete transformaciones: la capacidad de descubrir inmediatamente la respuesta a casi cualquier pregunta, la aparición de comunicaciones digitales más inmediatas, informales y abreviadas, la externalización de la memoria (¿quién recuerda hoy todos los números de sus contactos?), la automatización de muchas decisiones cotidianas, el poder de los que nos rodean gracias a las redes sociales, la entrada en la conversación social de las marcas y el desarrollo económico inalámbrico. «El móvil ha cambiado algunos esquemas estructurales que ya teníamos interiorizados. El desarrollo tecnológico era más propio de las sociedades avanzadas, pero el móvil se ha convertido en una necesidad también en países en vías de desarrollo, adelantándose a otras innovaciones», apunta Renobell.

En el futuro, con el desarrollo del 5G y casi el 6G, las posibilidades se multiplicarán, señalan los expertos. Desde las ciudades inteligentes hasta el metaverso, pasando por la realidad aumentada, explican desde Telefónica España. «Hay también cierta tendencia a la tecnología modular, aparatos a los que acoplar otros», añade Quevedo. Incluso dispositivos «cada vez más transparentes, insertados en objetos cotidianos», vaticina Renobell. Bienvenidos a la era del internet de las cosas.

Pero el desarrollo tiene también una cara B: problemas de desconexión digital, adicciones y ansiedad social, miedo a ser espiados, al robo de datos privados... Como los ciberdelincuentes se adaptan al dispositivo más usado, recuerdan desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad, es importante proteger el acceso a nuestros dispositivos con contraseñas seguras, hacer copias de seguridad y mantener el sistema operativo actualizado, entre otros. También queda camino por recorrer en el ámbito legislativo, asegura Ofelia Tejerina, presidenta de la Asociación de Internautas: «El futuro pasa por crear una legislación coherente con las posibilidades ilimitadas de la tecnología y nuestros derechos como seres humanos«. El 'homo digitalis' tiene aún mucho que aprender.