El nuevo Rolls-Royce: un exclusivo y personalizado modelo de 25 millones de euros

Este modelo biplaza encargado por una pareja amante del lujo está inspirado en la rosa Black Baccara, una flor intensa y aterciopelada de origen francés –la favorita de la madre de la familia que lo encargó–. El color oscuro de sus pétalos parece casi negro a la sombra, pero cuando le da la luz directa se revela un brillo rojo nacarado, un efecto que se puede apreciar también en el vehículo cuya carrocería muestra un acabado en rojo True Love. Para conseguir dicho efecto se desarrolló un proceso de pintura completamente nuevo y se aplicó una capa base seguida de otras cinco capas de laca transparente, cada una mezclada con un tono de rojo ligeramente diferente.

Destacan, también, las llantas de aleación que cuentan con un acabado de pintura oscura Mystery, el cual se aplica en toda la superficie para luego, mediante un proceso de fresado de diamante de alta precisión, eliminar áreas de la pintura para exponer detalles del material de aleación base.

Esta unidad cuenta con un nuevo chasis monocasco fabricado en acero, aluminio y fibra de carbono. Además, se ha diseñado un techo rígido extraíble, lo que dota al vehículo de dos caracteres distintos: un descapotable ágil y un formidable coupé. Este incluye una sección de vidrio electrocrómico que cambia instantáneamente a un tono casi translúcido con tan solo tocar un botón. Por su parte, la entrada de aire frontal inferior ha sido diseñada digitalmente e impresa en 3D en un compuesto liviano incorporando 202 lingotes de acero inoxidable pulidos también a mano, cada uno de ellos con el tono True Love.

El interior es toda una obra de arte. Aquí se representa una expresión abstracta de pétalos de rosa que caen formada con 1.603 piezas de triángulos hechos de madera de sicómoro negro procedente de Francia y que envuelve a los ocupantes extendiéndose desde el panel trasero a través de las puertas y hasta la amplia fascia. Este trabajo fue tan costoso que el artesano encargado de crearlo solo podía trabajar en sesiones de una hora, no más de cinco horas por día, para garantizar una concentración absoluta. Los dos asientos están decorados en los bordes con cuero rojo.

La joya de la corona es, sin duda, la que se muestra en su panel frontal, un reloj único de Audemars Piguet encargado especialmente por el cliente, un Royal Oak Concept Cronógrafo de segundos divididos GMT con fecha grande de 43 mm impulsado por un movimiento automático calibre 4407 que cuenta con cronógrafo flyback y un mecanismo de segundos fraccionarios. A petición del cliente, este detalle es extraíble, por lo que se puede retirar y ponerse en la muñeca con una correa. Cuando no está, la abertura del salpicadero se cubre con un reloj de titanio de cabeza en blanco en el que destaca una moneda de oro blanco con una rosa grabada.

El sistema de propulsión es un motor V12 biturbo de 6.75 litros que brinda una potencia de 593 CV y 840 Nm de par máximo. Esto le permite pasar de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h.