Jude Bellingham, icono mundial del fútbol y diamante por pulir para la industria del lujo
El joven futbolista inglés, estrella del Real Madrid, no tiene colecciones de coches y ni siquiera lleva reloj; solo hay un «estadio del lujo» en el que se mueve ya con la misma soltura que sobre el césped: la moda… y la peluquería, donde ya tiene hasta su propio corte de pelo
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Jude Bellingham en el palco del Real Madrid
Jude Bellingham se ha convertido, a falta de saber si se sumará Kyllian Mbappé al equipo la próxima temporada, primera completa del nuevo estadio Santiago Bernabéu, en la gran estrella del Real Madrid. Lo hizo, prácticamente, desde que se bajó del avión el verano pasado, cuando el club que dirige Florentino Pérez pagó más de 110 millones de euros por este futbolista inglés al Borussia Dortmund que pisó Madrid recién salido de una adolescencia (cumple 21 años en junio) de la que no parece quedar ni rastro en él… salvo por la forma que tiene de «jugar» con el lujo.
En menos de un año en España, Bellingham se ha convertido en icono de la imagen del club de fútbol más conocido del planeta: ha acumulado premios deportivos, ha sido protagonista de la gran temporada de su equipo y ha conseguido en apenas unos meses cosas que a otros grandes jugadores les suele llevar mucho más tiempo: tiene «patentada» una celebración, a lo Cristiano, Ronaldo y otros grandes de la historia del fútbol y la hinchada de su equipo cante, salvando las distancias, Hey Jude de The Beatles como si estuvieran en las calles de Liverpool. No es de extrañar que su figura sea ya una de las más deseadas por todas las firmas de moda. ¡Si hasta se ha bautizado un corte de pelo en su honor!
Decíamos que no hay apenas rastro del adolescente que era hace no tanto Jude Bellingham. Ya demostró ser un deportista de carácter cuando decidió elegir jugar con el icónico número 5 en honor a una leyenda del Real Madrid, Zinedine Zidane, y sobre el campo ha demostrado que no le pesa la responsabilidad. Se lo pasa bien, tanto como buscando su identidad y su estilo propio en lo que a ropa, coches y otros lujos se refiere, Bellingham, en este campo, tiene todavía mucho por explorar, ya que, a diferencia de muchos compañeros de profesión, no presume de relojes edición limitada, y no se le conocen casas millonarias ni colecciones de coches de superlujo o relojes edición. Aun así, ya está haciendo pinitos en la industria del lujo, especialmente en la de la moda, un sector que ya ha dejado muy claro, pese a su juventud, que sabe pisar con la misma firmeza y seguridad que el verde de los estadios de fútbol más importantes de Europa.
El jugador del Real Madrid Jude Bellingham
Solo un coche conocido
Jude Bellingham nació en Stourbridge, un pueblo cercano a Birmingham localizado en una zona de Inglaterra conocida como Black Country. Desde allí se atrevió a dar el salto fuera de las islas británicas muy pronto,algo muy poco habitual en los jugadores de fútbol ingleses, rumbo a Alemania, y con apenas 20 años asumió ser una de las estrellas del nuevo Real Madrid post Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo y Karim Benzema.
Podría haber elegido una de las casas más caras de La Finca o La Moraleja, esas que dice la prensa internacional que está deshojando como una margarita la familia de su posible futuro compañero Mbappé, y podría haber aprovechado la mayoría de edad para empezar a acumular coches, objetos de lujo que suelen hacer los ojos chiribitas de los futbolistas jóvenes, pero no ha sido así. Parece que, a diferencia de su carrera, de ascenso fulgurante, Bellingham está construyendo su imagen pública fiel al aplomo y la madurez mostrada en el campo. Y también con mucha naturalidad. No en vano, era habitual verle llegar en taxi a los primeros entrenamientos con el Real Madrid a Valdebebas en taxi, y hasta la fecha, solo se le conoce públicamente un coche, el BMW eléctrico que escogió fruto del acuerdo entre la marca germana y el Real Madrid para proveer a jugadores y técnicos.
Es imposible encontrar, buceando por internet, informaciones o fotos fiables de Jude Bellingham al volante de algún superdeportivo italiano, ni tampoco de alguno de los modelos más prestigiosos de las factorías británicas. Su único lujo a cuatro ruedas conocido es el XM eléctrico que BMW y el Real Madrid le han facilitado para moverse esta temporada por la capital. No es poca cosa, ojo, ya que se trata del vehículo cero emisiones de alta gama de la casa bávara, un diseño valorado en unos 180.000 euros aproximadamente.
Tampoco las casas de capítulo de Sucession o los yates, terrenos con los que las estrellas del fútbol están muy familiarizados, son lugares todavía muy conocidos para Jude Bellingham. Sí se ha dejado ver durante algunas de sus vacaciones en destinos turísticos de lujo clásicos como Dubai Ibiza, por lo que estamos seguros de que podremos escribir mucho sobre sus elecciones en el futuro, pero el Bellingham de ahora, a sus casi 21 años, prefiere volver a casa por Navidad, como demostró en sus redes hace unos meses, cuando regresó a su entorno natal y familiar para disfrutar de cosas cotidianas.
Discreto y alejado, salvo excepciones, todavía del lujo, ni siquiera ha trascendido en los tabloides británicos cómo es la casa en la que vive en Madrid, ni si está en La Finca o en La Moraleja, la urbanización de lujo de la capital que está recuperando su posición mediática, que no social, porque esta nunca la perdió —hasta Richard Gere parece haber invertido, según distintos medios de comunicación, en La Moraleja recientemente—. Y de su etapa en Dortmund se sabe que residía en un apartamento; de lujo, sí, pero un piso.
La ropa y el pelo, sus grandes «lujos»
Que Jude Bellingham sigue siendo un chaval de 20 años, casi 21, se nota mucho en su relación con el lujo y en su imagen pública. Sin rastro de coches caros en su garaje excepción del BMW XM mencionado, ni de joyas o relojes, complementos de lujo que sí son muy habituales en otros futbolistas de su edad con su estatus, como es el caso de su compañero Vinicius, a Bellingham, de todo lo extrafutbolístico, le interesa fundamentalmente su armario. Y su pelo, también su pelo, que siempre lleva muy definido, con un corte de barberia recién hecho, cada vez que se pone la camiseta del Real Madrid.
Es tal la personalidad que le aporta a su imagen su corte de pelo, del que además no se ha separado desde que es una estrella del fútbol, que ya ha sido bautizado como el 'bellicut'. Es todo un ritual el proceso del corte, que incluye navaja y cepillado para conseguir ese degradado tan pulido y definido que es seña de identidad de la imagen del joven inglés.
Jude Bellingham
Se nota que para el futbolista este sí es un aspecto clave de su imagen en que no deja que cualquier peluquero le toque su cabellera: de hecho, casi siempre es su amigo Adam Honeyghan, barbero de Birmingham, quien se desplaza a Madrid para poner a punto la cabeza de Bellingham antes de los grandes partidos, viajes que aprovecha para poner a punto a otros futbolistas del Real Madrid que también se apuntan al corte a navaja como el austriaco David Alaba o el francés Tchouaméni, uno de los mejores amigos de Bellingham en la plantilla junto a su compatriota Camavinga.
Precisamente el hermano de este último, que tiene una barbería en el centro de Madrid por donde pasan otras estrellas del club blanco como Antonio Rudiger o Vinicius, es el otro peluquero en el que Jude Bellingham confía para que su 'bellicut' quede impecable.
Y junto al corte de pelo, ¿qué otro lujo es el favorito de la mayoría de jóvenes de la edad de Jude Bellingham? La ropa, que también es el lujo favorito de Jude, con la ventaja y la suerte de que su posición pública y social le permiten lucir prendas de las mejores boutiques del planeta. La otra ventaja del inglés a este respecto es más difícil de conseguir porque se tiene o no se tiene: como le pasa a su compatriota David Beckham, Bellingham tiene eso que en el argot llaman percha.
Da igual si escoge un traje oscuro clásico con corbata lisa, si recoge el Laureus con traje y broche, a lo Cillian Murphy, o se decanta por un atrevido híbrido entre esmoquin y traje cruzado, como el que llevó recogió el trofeo al mejor futbolista joven del mundo el año pasado. Da igual si opta un lunes por un look minimalista, monocolor incluso; si un martes decide ponerse un chándal rosa, el miércoles, en cambio, se siente con la confianza suficiente como para llevar una de sus muchas camisas estampadas de manga corta, y termina la semana en el front row del primer desfile de Pharrell como director creativo de Vuitton con un look digno de cerrar él mismo el desfile sobre la pasarela.
Jude Bellingham, de Louis Vuitton
El suyo es un estilo propio de alguien de su edad al que le interesa (mucho) la moda: inclasificable. Jude Bellingham, como sobre el césped del Santiago Bernabéu, se lo pasa bien y se siente cómodo en el terreno de la moda, el único de la industria del lujo donde de verdad se le ve ya como con la pelota en los pies.
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Es verdad que no podemos hablar de estilo definido, pero es evidente que se maneja son soltura en un espacio de acción muy amplio donde Gucci, Prada, Vuitton o Amiri son sus compañeros de juego favoritos, como lo son Kroos, Vinicius, Valverde o Rodrygo cuando se pone la camiseta blanca con el 5 de Zidane a la espalda… ¿o deberíamos decir ya, porque se lo ha ganado a pulso en apenas unos meses, el 5 de Jude Bellingham? El fútbol tiene un nuevo icono, y la industria del lujo, un diamante por pulir.
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