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¿Por qué todo el punto no es igual y qué debes tener en cuenta para comprarlo?

La materia forma y la forma en la que ésta ha sido tratada determinará su calidad

El punto tiene diferentes calidades y versiones Instagram @canali1934
María Aguirre

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Como en tantas otras prendas clásicas que hoy forman parte del armario de cualquier persona con independencia de su edad, sexo o estilo, hay que mirar al Reino Unido si queremos buscar el origen de las prendas de punto. Es allí, en las islas británicas, donde se producía una de las mejores lanas del mundo, y donde se empezó a elaborar lo que hoy conocemos como jersey, la prenda madre de todas las fabricadas en este material, para proteger del frío y facilitar la movilidad de los pescadores.

Curiosamente, en origen, el jersey de punto fue una prenda asociada al trabajo, para proteger del frío, de ahí que no se generalizara su uso hasta bien entrado el siglo XIX, cuando del deporte se convirtió en una de las aficiones favoritas de la nueva burguesía. El punto, aunque ahora no lo relacionemos con la práctica deportiva, es un tejido flexible que facilita mucho la libertad de movimientos , algo que no era fácil de encontrar en la moda de aquella época.

Fue entonces cuando el ejército -de nuevo lo militar y la moda unidos-, adoptó también esta prenda por los mismos argumentos que la habían popularizado entre la población, y a partir de ahí el uso del jersey ya nunca dejó de ser mayoritario . Saltó a toda Europa e incluso a Estados Unidos desde el Reino Unido. Allí, todavía en la actualidad, se le conoce como el sweater, término que el castellano adoptó como suéter, forma todavía ampliamente extendida como sinónimo de jersey, que a lo largo de todo el siglo XX fue la base sobre la que se desarrollaron otras prendas de punto como el cárdigan -la chaqueta a botonada-, el chaleco e incluso la versión del polo en punto, con botones al cuello. Las cremalleras son una alternativa más juvenil a los botones tanto en las chaquetas de punto como en estos últimos.

El material manda en la calidad

Para diferenciar una prenda de punto de otra es importante, en primer lugar, el material con el que se elabora. Puede ser una lana de origen animal o una materia prima sintética , pero sobre todo es importante atender a la calidad del rizo, que marcará grandes diferencias en el resultado final de la prenda. En esto, la lana de origen animal sigue siendo imbatible a día de hoy.

Más allá de la calidad, hay que diferenciar también en el grosor del punto , que da lugar a prendas de estilo más deportivo, ideales para combatir el frío -son todos estos jerseys que ahora se llevan oversized-, o más formales en caso de ser estar elaborado con una capa más fina de punto. Estos suelen llevarse entallados y han proliferado mucho últimamente los diseños de cuello vuelto o cuello cisne, que tanto se llevan incluso con un traje hoy en día. Estos últimos son en su mayoría modelos lisos, algo que va liga a la formalidad del jersey, que suele abrirse a estampados y dibujos cuanto más informal es el diseño. Por lo tanto, color -en este caso monocolor- y grosor son dos aspectos que marcan mucho el grado de formalidad de la prenda de punto. Entre los lisos, no hay grandes diferencias por cierto entre los modelos completamente lisos, valga la redundancia, y los acanalados, que es un recurso habitual en las prendas de punto formales, ya sean chaquetas, jerseys o chalecos.

Es la confección precisamente otro factor clave para diferenciar una prenda de punto de otra, tanto en la calidad de la misma como en el diseño de la misma. A la primera ya nos hemos referido en el párrafo anterior, y de este último detalle es importante tenerlo en cuenta a nivel estético, porque no es el mismo el uso del jersey de pico que el redondo, y dependiendo del estilo que te caracterice y, sobre todo, del uso que vayas a dar a la prenda, puede resultar decisivo para que te decantes por uno y no por otro. En este sentido, el jersey es una prenda que en su origen era de cuello redondo porque así protegía mejor del frío, argumento que sigue estando vigente. Las referencias históricas sobre el jersey de pico relacionan su desarrollo con motivos deportivos fundamentalmente estéticos, misma naturaleza que llevó a la industria a explorar el camino ya citado de levantar el cuello de los jerseys de punto.

Al final, para comprar un estilo u otro de punto hay dos variables decisivas a las que atender: presupuesto y uso. Con el primero no hay debate: un punto de calidad dura más en su sitio, sin tendencia a deformarse; resistirá mejor el paso del tiempo y las puestas; y por supuesto se percibirá que es una prenda de calidad en el conjunto del look. Con el segundo, lo bueno es que no es incompatible optar por una combinación de estilos. Disponer de algún diseño más informal y grueso, de esos que estamos deseando ponernos en las semanas más duras del invierno, con modelos más delicados y elegantes, es seguramente la decisión más inteligente, ya que con el punto hay tiempo para todo. No en vano es una tejido ideal para ser protagonista en el armario durante nueve meses del año prácticamente.

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