El importante papel de Carlos de Inglaterra en el mundo de la moda

María Aguirre

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01/12/2020
Actualizado a las 14:14h.

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72 años ha cumplido Carlos de Inglaterra, el príncipe de Gales. No es casualidad por tanto que justo fueran solo unas horas antes cuando Netflix estrenara la cuarta temporada de 'The Crown', la serie que analiza la historia contemporánea de la corona británica con la figura de su madre, la reina Isabel II , como eje central de una trama en la que su persona es interpretada desde la tercera temporada por el gran actor británico Josh O’Connor -le conocerás también por la serie 'Los Durrell' o la película 'Tierra de Dios'-.

El paso del tiempo ha hecho que en nuestro país se mire de una forma diferente, más distante y menos pasional, la figura del heredero a Buckingham Palace, muy marcada por su matrimonio con Lady Di y todo lo que este dio que hablar en la crónica social de los años 80 y 90. Sin embargo, en muy pocas ocasiones se ha enfocado la figura del duque de Cornualles desde nuestro país a través del prisma de su vínculo con la moda y su historia , donde es un referente absoluto de la segunda mitad del siglo XX y, aunque en menor medida, de comienzos del siglo XXI.

No lo tenía nada fácil para conseguirlo porque el hijo mayor de la reina Isabel II y Felipe de Edimburgo tuvo que lidiar a sus espaldas con la herencia del rey Eduardo VIII, duque de Windsor y también de Gales entre otros títulos nobiliarios, y figura de vanguardia en la moda masculina de la primera mitad del siglo XX. Entre otros detalles, su armario y su estilo inconfundible dejaron un legado para la posteridad: el estampado príncipe de Gales .

El peso de una figura como esta para Carlos de Inglaterra, visto con los años, sirvió más como inspiración para dar forma y consolidar a su propio estilo personal, que como presión. Pudo haber optado por un perfil muy distinto al que eligió , tan valiente como el de su tío abuelo, pero no lo hizo, y gracias a su personalidad a la hora de vestir la historia de la moda le guarda un lugar privilegiado en sus libros.

De igual forma que los trajes de cuadros de Eduardo VIII son la huella más marcada de su vestidor, en el caso de Carlos de Inglaterra podríamos señalar también su exquisito gusto por la sastrería como el primer argumento de peso para defender la tesis que exponemos en este artículo. Habrá quién piense que no ha arriesgado tanto en este sentido, pero que nadie olvide que él, y solamente él, llevaban mezclas imposibles de estampados y colores cuando era una afrenta no llevar a juego cada elemento del look. Hoy en día si no haces esto, estás fuera de la onda de las tendencias, pero hay un precursor, y no es David Beckham ni ningún otro icono de este siglo, sino el actual Príncipe de Gales quien fue todo un adelantado a su tiempo en cuestión de estilo.

Más allá de los trajes, y del impoluto uso del tweed, el tejido british por excelencia, podemos señalar tres prendas en concreto que nadie ha llevado nunca como Carlos de Inglaterra. La primera, la camiseta de polo , su segunda piel en su juventud, allá por los años 70. Probablemente nunca le sentó nada mejor en su vida, y nunca nadie habrá llevado así una camiseta de origen deportivo como estas de la firma Rowing Blazers, que ya está tardando en sacar una colección cápsula con todas las que el príncipe Carlos lució en algún momento de su vida. Ojalá vayan calentando motores y aunque sea lo hagan por su 75 aniversario; total, si hemos esperado tanto, podemos hacerlo tres años más siempre y cuando se termine lanzando. Basta con admirar la galería de fotos con la que el sello británico felicitó al heredero al trono británico por su cumpleaños para entender nuestra postura al respecto.

La segunda prenda que ha marcado la vida del príncipe de Gales es el abrigo Barbour . Elegante pese a su vínculo con la vida en el campo, hace tiempo que dejó de ser tendencia -llegó a serlo incluso entre los adolescentes hace un par de décadas y este año promete volver a estar de actualidad-, pero eso no quita para que sea una prenda irrepetible. Solo tiene un problema: requiere de un gusto exquisito para seguir pareciendo moderno, y eso es algo muy difícil de ver. De todos modos, viendo imágenes de su madurez con el Barbour, dan ganas de hacer hueco en el armario de los abrigos y las chaquetas para recuperarlo cuanto antes.

Y la tercera, que está vinculada sobre todo al tramo más reciente de su vida aunque le ha acompañado siempre, es el kilt , la falda típica de Escocia e Irlanda con el clásico estampado de cuadros cuyo uso está reservado actualmente para las grandes ocasiones. Afortunadamente para los amantes de la moda, la agenda del heredero al trono británico está repleta de ellas, y eso le permite lucirla a menudo en diferentes versiones y combinaciones, todas ellas de matrícula de honor.

Prueba de que es el mejor embajador del mundo del kilt es que en la colección sostenible que acaba de lanzar al mercado incluye un kilt entre las 8 prendas masculinas diseñadas por estudiantes del Politécnico de Milán y fabricadas por diplomados en técnicas artesanales de Escocia, cuya lana es protagonista de la misma junto con la seda italiana. Inspiradas en la obra de Leonardo da Vinci, la colección cápsula cuenta también con diez prendas femeninas, y es una apuesta del príncipe de Gales por la sostenibilidad dentro del mundo de la moda, donde el fast fashion se impone desde hace muchos años.

Los beneficios derivados de las ventas de esta selección exclusiva de piezas textiles se destinarán a financiar programas de formación en tradiciones textiles artesanales a través de la fundación del propio Carlos de Inglaterra.