Moda
Cómo de cortas puedes llevar tus bermudas este verano
No hay reglas, pero sí una serie de directrices que puedes seguir para acertar según el contexto
Bermudas es un concepto con el que nos podemos poner tiquismiquis. Aunque usamos el término para referirnos de manera genérica a los pantalones cortos “de vestir”; es decir, todos aquellos que no están pensados para hacer deporte, lo cierto es que no todos los pantalones cortos son bermudas. Técnicamente, en la industria de la moda, una bermuda es un pantalón largo de líneas rectas fabricado en tejidos transpirables y veraniegos —no es una bermuda un short vaquero, por ejemplo— porque ese es su origen: combatir el clima húmedo de las islas Bermudas , el archipiélago situado en el Atlántico Norte, donde se consideran parte del uniforme nacional masculino.
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En dichas islas se llevan de forma completamente opuesta a como las vestimos en Occidente en general y en España en concreto, ya que en Bermudas son una prenda formal si se acompañan de zapatos, calcetines altos, camisa, corbata y chaqueta. Para nosotros, en cambio, las bermudas son la prenda informal del armario masculino por excelencia. Estamos deseando salir de la oficina, tener vacaciones o que llegue el fin de semana para no tener que vestir de nuevo un pantalón largo, un horno para nuestras piernas con la que está cayendo.
El grado de formalidad manda
Este verano, como viene siendo habitual en los últimos años ante el empuje de la ropa oversize y, al mismo tiempo, el repunte de una sastrería renovada que se ha sabido por fin adaptar a las exigencias del hombre contemporáneo en cuestiones como el confort y la versatilidad, las bermudas son tendencia. Es decir, las puedes llevar en el largo y silueta original de las mismas o incluso hasta cubrir parte de la rodilla. Lo que no se llevan son los mini shorts ni los pantalones cortos skinny, que sobre todo entre los más jóvenes todavía resisten, agarrados al armario como su versión larga y tobillera, que no hay forma de desterrar de manera definitiva.
Por lo tanto, puedes y debes llevar bermudas largas, en clave relajadas, más si cabe de lo que ya aparenta ser a primera vista una prenda de verano como esta, pero siempre y cuando su diseño recuerde en cierto modo a los pantalones de traje, o estén fabricadas en tejidos muy veraniegos como el lino y el algodón. Así las proponen lucir firmas como Fendi, Lanvin, Hermès, Ermenegildo Zegna, o Louis Vuitton , entre otros. Es decir, deja en un segundo plano este verano a los shorts vaqueros, aunque como clásico que son no tienes que olvidarte de ellas por completo si no quieres. Simplemente, dalas un respiro.
Puedes optar por diseños que abrochen con botón y cremallera, un binomio clásico, o bien apuntarte a la moda de las cinturas elásticas y los cordones , que lo cierto es que son una solución magnífica para las bermudas porque son una prenda que puede durar en buenas condiciones al menos dos o tres temporadas en el armario. En cambio, puede que nuestro cuerpo cambie y entonces no haya forma de que el fit sea el adecuado si no optamos por diseños de cintura elástica que, además, suelen ser mucho más cómodos también.
Cómo combinarlas
Para combinar tus bermudas largas y holgadas, fíjate en las fotos de tu padre o abuelo en los noventa o incluye algún detalle de inspiración setentera en tus looks. Apuesta por camisetas lisas metidas por dentro del pantalón, polos y camisetas de punto , el gran descubrimiento para la temporada estival de la industria de la moda en los últimos 3 o 4 veranos.
También puedes probar con camisas de manga corta amplias, en diseños lisos o con estampados geométricos o florales discretos, dejando a un lado la explosión de color de las camisas hawaianas ya que son muchos los ojos que están saturados de ellas…
En cuanto a los colores, no hay límites, si bien siguen siendo infalibles colores asociados tradicionalmente a las bermudas como toda la gama de tonos tierra, marrones y azules . Y, si nos pides que nos decantemos por un calzado ideal para acompañar a tus bermudas largas, nosotros lo tenemos claro: unas alpargatas, unos mocasines o unas sandalias de piel de calidad, discretas y bien conservadas. Nuestras favoritas en este sentido, unas tipo griegas, con tiras de piel negra, o unas ‘ugly sandals’.
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