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La chaqueta sahariana como alternativa a la blazer

Lleva años en el armario masculino y está llamada a ser la nueva pieza estrella de la primavera

La chaqueta tipo sahariana es todo un básico del armario masculino Instagram @permanentstylelondon
María Aguirre

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La chaqueta sahariana está de moda. Esta primavera, para entender cómo vas vestido, vas a tener que volver a mirar tus apuntes y libros de historia militar, porque es ese el origen de esta elegante y original chaqueta a la que sus bolsillos frontales otorgan una personalidad muy especial. No es nada que te deba sorprender, porque es común a buena parte del armario de básicos masculinos . A esta prenda de entretiempo, ideal para lo que viene en el calendario, también se la conoce como chaqueta safari, por aquello de utilidad original y de lo mucho que se parece al textil técnico que se suele utilizar en este tipo de aventuras por los lugares más salvajes de África, pero es más acertado llamarla por su primera acepción, sahariana, como vamos a ver a continuación.

Por su diseño, la sahariana era la prenda ideal para ayudar a los soldados desplazados a África en el siglo XIX, una zona clave en la lucha por la hegemonía mundial de la época. Desde que entre 1884 y 1885 las potencias europeas se repartieran, literalmente, el control del territorio africano en la Conferencia de Berlín, y hasta bien entrado el siglo XX, el uniforme militar, sobre todo en la zona del desierto del Sáhara, tenía como prenda fundamental la sahariana. Eso sí, entonces era más bien una camisa de manga corta que una chaqueta de manga larga, adaptación posterior que también se hizo dentro de la moda militar para lugares menos calurosos.

Capacidad de mimetización

Es fundamental conocer este origen para comprender sus características más llamativas. En color camel, ideal para mimetizarse con el entorno para el que fue diseñada; relativamente ligero, de entretiempo -algodón, lino o tipo gabardina-; con cinturón; galones en los hombros; y sus inconfundibles cuatro bolsillos frontales situados en paralelo, como si dibujaran un cuadrado. Poco a poco, al ser adaptada a otros entornos geográficos, también tomó presencia el color kaki, de ahí que este sea uno de los tonos más habituales en las chaquetas de este tipo que tanto se llevan actualmente.

Como es habitual también en este tipo de prendas de origen militar - véase el trench -, dio el salto a la moda urbana gracias al cine, gran vehículo de masas del siglo XX. Es cierto que Ernest Hemingway, como corresponsal de guerra que fue, la utilizó muchísimo en sus mediáticos viajes, pero fueron actores como Roger Moore y sus looks safari en la entrega de la saga de James Bond ‘El hombre con una pistola de oro’ los que definitivamente la pusieron de moda ya en la segunda mitad del siglo XX , cuando la moda masculina urbana empezó a relajar sus formas, muy apegadas a la sastrería hasta entonces.

El que mejor captó esta evolución fue Yves Saint Laurent , que vio las posibilidades de este tipo de prenda en el armario masculino de la época, y diseñó la que probablemente sea la sahariana más famosa de la historia de la moda, aquella que lución Carlos de Inglaterra en un viaje de estado a Oceanía junto a Lady Di en 1984. Más que una chaqueta, aquella era una camisa de manga corta como las originales que llevaron los mencionados soldados en el Sáhara décadas atrás, pero sin duda alguna fue el impulso definitivo para que los diseños masculinos de cuatro bolsillos frontales terminaran de calar en la industria de la moda, ya liberada del contexto militar.

Manual de uso

Actualmente, los grandes iconos de estilo la han rescatado en su formato chaqueta de entretiempo animados por los directores creativos de las mejores firmas, que reivindicaron en sus colecciones los diseños clásicos , de evidente recuerdo militar. Hombres tan elegantes como David Gandy han demostrado en los últimos meses que la saharariana es una de las prendas que mejor se adapta a ese gusto actual del hombre por las líneas formales pero con un punto casual. Ahora te toca a ti llevarla a la calle.

Funciona de maravilla con unos pantalones de pinzas y una camisa, por ejemplo, pero hace lo propio con los jeans, que son el pantalón contemporáneo por excelencia. Además, del mismo modo que los zapatos parecen su mejor pareja de baile en los pies, no desentona para nada con unas deportivas blancas, la gran alternativa para los días más relajados. Es, en definitiva, una alternativa fantástica a la blazer , de la que a veces se acaba abusando demasiado por el hecho de que también se lleva mucho en looks informales en los últimos años. Es verdad que cuesta renunciar a la americana si te ves bien con ella pero, si este es tu caso, cuando pruebes con la sahariana vas a conectar de inmediato con ella, así que vete haciéndola un hueco en la parte del vestidor que tengas reservada para las chaquetas.

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