El Vaticano publica su política de inversiones: no a productos especulativos ni en sectores como la pornografía o las armas
Unifica sus inversiones en un único departamento que pondrá orden y vigilará la coherencia ética
En el pasado invirtió sin saberlo en la producción de la película «Rocketman» sobre Elton John
Propone priorizar inversiones que beneficien a países afectados por catástrofes o a políticas de apoyo a las familias
![Panorámica de la Ciudad del Vaticano](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2022/07/20/vaticano_20220720035303-R6e2ASzG1hnJMi9meDjGrTO-1240x768@abc.jpg)
Aparte de las corruptelas, el proceso contra el cardenal Angelo Becciu por la inversión fraudulenta de fondos de la Secretaría de Estado del Vaticano en un edificio en Londres, ha destapado que el encargado de invertir cientos de miles de euros era un ... monseñor italiano con buena voluntad, pero sin preparación adecuada para operar en el sector.
Basta pensar que la Santa Sede perdió sólo en esa operación entre 73 y 200 millones de euros. El mismo encargado estuvo a punto de destinar 200 millones a una plataforma petrolífera en Angola. El nivel de surrealismo alcanzó su máximo histórico cuando invirtió (sin saberlo) de parte de la Santa Sede en la película «Rocketman» sobre la vida de Elton John, y en la última de la saga «Men in Black». El sacerdote no era consciente de lo que hacía con el capital el «Centurion Global Fund» con sede en Malta, del que el Vaticano poseía dos tercios.
Ya Benedicto XVI intentó poner orden en las cuentas del Vaticano, pero no lo consiguió. El Papa Francisco lleva casi 10 años en esta tarea titánica, y si no hay sorpresas, podría incluso conseguirlo. Un paso más en este proceso ha sido el doble anuncio que hizo este martes la Santa Sede.
El primero es que, a partir del 1 de septiembre, el organismo equivalente a la banca central del Vaticano, la «Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica», centralizará las inversiones de todos los departamentos de la Santa Sede, de forma que ninguno decida por su cuenta.
El segundo es que para evitar patinazos como el del edificio de Londres o la película de Elton John, la decisión sobre dónde invertir será de un comité de cinco personas «con experiencia en macroeconomía, finanzas, valoración del riesgo, gestión patrimonial o dirección de instituciones financieras». Serán de varios países para aportar «conocimiento de mercados diferentes» y sin responsabilidades ejecutivas en el Vaticano.
Este comité seguirá criterios «éticos, y de rentabilidad, idoneidad y nivel de riesgo», que el Vaticano ha detallado en un documento dado a conocer el martes sobre su «Política de inversiones». Ésta tiene dos grandes pilares: por un lado, que sean inversiones éticas; por otro, apostar por «actividades financieras de naturaleza productiva» y evitar fondos especulativos, especialmente el «high frequency trading».
En cuanto a la ética, habitualmente el Vaticano solicitaba simplemente respetar la doctrina social de la Iglesia. Ahora es mucho más explícito. Prohíbe que sus fondos se inviertan en sectores como «la pornografía y la prostitución; el juego de azar; las armas y la industria de la defensa; los centros sanitarios proaborto; y los laboratorios y empresas farmacéuticas que producen anticonceptivos o trabajan con células estaminales embrionarias». Además, dice que «deben evitarse inversiones especulativas en materias primas, petróleo, minería, energía nuclear y bebidas alcohólicas».
Solicita que las inversiones se orienten a construir «un mundo más justo y sostenible», que se diversifiquen «los productos y mercados», que se eviten «productos financieros estructurados de modo complejo», e inversiones en países que no actúen «contra el reciclaje de dinero y financiación del terrorismo».
Otros principios éticos son excluir «inversiones basadas en la caída del precio de actividad financiera o en la quiebra de terceros» y «transacciones en el mercado de los futuros y opciones»; y priorizar inversiones «que beneficien a países afectados por catástrofes, acogida de refugiados y migrantes, políticas sociales con estrategias educativas, sanitarias de apoyo a las familias, de integración y promoción de los pobres, los encarcelados, etc.».
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Mientras los departamentos ceden la administración de sus fondos al APSA, que les otorgará los beneficios de las inversiones, deben también retirar antes de un año las inversiones que no se correspondan a las nuevas políticas, comenzando por las que no respeten los estándares éticos.
El arquitecto de estas medidas es el jesuita español Juan Antonio Guerrero Alves, actual secretario para la Economía en la Santa Sede. Ha establecido que naturalmente no sea su departamento el que realice o coordine las inversiones, sino el que las vigile. No le faltará trabajo.
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