Las actitudes racistas se amplían contra las mujeres y los minusválidos
GRANADA. Las conclusiones de un estudio realizado por un grupo de investigación del departamento de Psicología Social de la Universidad de Granada a partir de una encuesta realizada a mil personas de la capital revela que la «mayoría considera que los gitanos y los inmigrantes son los culpables de su falta de integración laboral», según indica el director del estudio, el profesor Miguel Moya. Además, aunque las mujeres y los minusválidos son considerados como grupos perfectamente capacitados para el trabajo, también se esconde una actitud racista hacia ellos, ya que los consultados apuestan por reducir las medidas de discriminación positiva.
«El racismo existente es más sutil y los niveles de racismo, que son moderados, se centran, sobre todo, en gitanos y magrebíes porque se piensa que tienen valores diferentes», explica Miguel Moya.
Estereotipos
Las mujeres y los minusválidos sufren un prejuicio laboral mucho más sutil, ya que «contrariamente a lo que pasa con inmigrantes y gitanos, que sufren un estereotipo negativo, hacia las mujeres y los minusválidos existe un estereotipo positivo que también supone una discriminación. Por ello hace que se les perciba como una posible amenaza para los propios intereses».
Así, indica que buena parte de los encuestados considera que las mujeres «están demasiado integradas en el mundo laboral, y van demasiado deprisa», por lo que apuestan por reducir las medidas de discriminación positiva hacia este colectivo y, de esa manera, que se «perpetúe la desigualdad».
La integración laboral de la mujer está relacionada con factores como el nivel educativo, la situación familiar, la autopercepción o la ideología, de manera que cuanto mayor nivel educativo, más igualdad en la pareja y mayor independencia, las aspiraciones laborales de las mujeres serán mayores. Sin embargo, en el hombre todos esos factores no son determinantes, para el que su aspiración laboral es independiente de sus estudios, número de hijos, situación en la pareja o ideología.
En cuanto a los minusválidos, en general su integración laboral es mínima y muchos renuncian a la aspiración de conseguir un puesto de trabajo por las numerosas dificultades con las que se encuentran en el camino. Según Moya, «su nivel de aspiración para integrarse laboralmente es bajo, por lo que sería necesario incrementar sus expectativas, puesto que suelen tener un perfil depresivo y apático».
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