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Las señales que demuestran que tu gato es excesivamente dependiente de ti

Aunque tienen fama de ariscos, los gatos pueden ser tan cariñosos como los perros, e incluso desarrollar dependencia hacia el humano que los cuida

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Los gatos pueden volverse dependientes ABC
Marina Ortiz Mingot

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En España, algunas de las mascotas más populares son los perros y los gatos, un hecho que, para muchos, crea la división entre quienes prefieren a los canes o los mininos, aunque también hay quienes les gustan ambos por igual o incluso tienen un perro y un gato, lejos del popular dicho que indica que estos animales se llevan mal.

Si eres de los que prefiere a los perros y tiene o ha tenido alguno, es probable que tengas la idea de que estos compañeros peludos son más amigables que los gatos, más fieles, cariñosos, leales y protectores, entre otros atributos.

Por otro lado, la creencia popular suele asociar a los gatos características como que son independientes, fríos, egoístas e incluso interesados o calculadores. Esto deja a los perros como dulces y con mucho apego hacia los humanos y a los gatos como más ariscos y desapegados.

Pero la realidad es otra. Según un estudio publicado en la Universidad de Oregon State, se afirmó que los vínculos que establecen los gatos con las personas que los cuidan son parecidos a los que crean los bebés con sus padres. Por lo que esto desmontaría la idea de que los gatos son muy autosuficientes e independientes.

De hecho, como has podido leer en el título de este artículo, un gato incluso puede desarrollar dependencia por su humano, lo cual puede traerles algunos problemas de conducta, mal comportamiento y malestar emocional. Si no sabes si tu gato puede ser demasiado dependiente, te dejamos algunos indicios que podrían sacarte de dudas:

- Da problemas cuando se queda solo: maúlla con fuerza y se queja, hace sus necesidades fuera de su zona asignada cuando normalmente sí lo hace, araña cosas o incluso puede llegar a vomitar o autolesionarse.

- Te sigue todo el tiempo: se mueve allí a donde tú vayas, hasta si está durmiendo puede llegar a despertarse para estar en el mismo sitio en el que te pongas.

- Se altera mucho cuando llegas a casa: Si pasa un tiempo sin verte puede ponerse muy nervioso al reencontrarse con su humano, pudiendo incluso causarle algún daño al acercarse de forma brusca. También puede ocurrir que, de repente, se muestre distante y casi molesto con la persona que lo suele cuidar.

- Se pone celoso si tienes muestras de cariño con otras personas o animales delante de él o ella.

- Es esquivo y agresivo con las visitas: Sean habituales o no, si tu gato es demasiado dependiente puede ser intolerante al trato con otras personas o animales, por lo que se esconde o se muestra violento.

- No juega con nada ni nadie que no seas tú: Si está solo no utiliza juguetes u objetos con los que se pueda entretener, solo le sirve jugar con el humano del que siente dependencia.

¿Cómo actuar con un gato demasiado dependiente?

Cuando nos encontramos ante un minino con mucha dependencia hacia su humano, una de las primeras cosas que se deben comprobar es que el animal no sufra ninguna dolencia o enfermedad, ya que muchas veces se vuelven dependientes por encontrarse mal físicamente y lo expresan de esta forma.

Una vez descartada esta opción, podemos proceder a tomar decisiones al respecto. Según el portal 'Experto animal' se recomienda acudir a un etólogo felino para diagnosticar con seguridad que es dependencia lo que tu gato está experimentando. No obstante, si no puedes contar con esta opción, hay una serie de recomendaciones que puedes llevar a cabo para intentar reducir la dependencia de tu minino.

Es importante que refuerces el ambiente en el que vive, aumentando el número de estímulos que puedan llamar su atención como rascadores, plataformas, zonas para que escale o juguetes más interactivos. Esto puede hacer que se interese por sí mismo en algo más que en ti.

Hacer autocrítica e identificar si lo sobreproteges también es crucial, pues hay que dejar que experimenten y tengan vivencias propias de su naturaleza, aunque tengamos miedo por si les pasa algo, al protegerlos en exceso se coarta su libertad y se les resta autonomía.

Ignorarlo y castigarlo debe ser lo último que les hagas. Esto puede hacer que se sientan muy inseguros y se refuerce todavía más su necesidad de protección por parte de un humano. En su lugar, prémialo cuando haga las cosas correctamente, enfocándolo a la independencia.

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