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Saber catalán, requisito para tocar el clarinete en la banda municipal

Colau exige el nivel C1 a un músico que toca en la orquesta desde 1997 para hacerle fijo

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José Joaquín posando con el clarinete frente al Ayuntamiento inés baucells
Esther Armora

Esther Armora

Barcelona

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No imparte clases, ni ocupa ningún puesto en la administración pública que le requiera habilidades lingüísticas. José Joaquín Sánchez, de origen sevillano y músico de profesión, toca el clarinete en la banda municipal del Ayuntamiento de Barcelona. Lo hace desde 1997 con contratación permanente (primero de obra y servicio, y después de interino, «ambas en fraude de ley teniendo carácter de indefinido no fijo», asegura su abogado) y nunca le han exigido dominar el catalán para desempeñar su función. Ahora, el Consistorio dirigido por Ada Colau le ofrece hacerle fijo pero le exige como condición obligatoria dominar el catalán, acreditar el nivel C1. Amparado por la asociación Hablamos Español (HE), el músico ha recurrido a la Justicia.

Para adaptarse al nuevo marco legal establecido por la ley estatal 20/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público, el Consistorio barcelonés decidió estabilizar sus plantillas y presentó, entre otras, su plaza a concurso. Los responsables municipales comunicaron la noticia a José Joaquín en diciembre a través de un correo electrónico y le dieron también el detalle de qué plaza era la suya para que buscara las condiciones estipuladas para acceder a ella en las bases de la convocatoria.

Su sorpresa fue ver que el dominio del catalán «no era un mérito sino un requisito obligatorio». «Después de 26 años tocando, ahora me exigen dominar el catalán para dejar de ser un trabajador temporal y pasar a ser fijo. Nunca me han advertido de que el dominio de la lengua era condición indispensable para mi trabajo. Es totalmente surrealista, no se necesita dominar ninguna lengua para tocar el clarinete. El lenguaje musical es universal, es todo política», subraya indignado Sánchez, que ha llevado su denuncia ante los tribunales. Representado legalmente por el abogado Ángel Escolano, presidente de Convivencia Cívica Catalana (CCC), el músico ha presentado un recurso contencioso-administrativo contra el Ayuntamiento de Barcelona al considerar que la base del citado concurso que exige como condición para acceder a la plaza el requisito lingüístico «atenta contra la Constitución».

El Ayuntamiento impone a José Joaquín el nivel C1 de catalán, el mismo que la Generalitat lleva años reclamando a sus funcionarios para que su empleo temporal se convierta tras casi tres décadas en fijo. Así consta en las Bases de la Convocatoria del Proceso de Estabilización del Ayuntamiento de Barcelona, publicado en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC), de 28 de diciembre de 2022 (Base 5.1).

«Obligatoria y eliminatoria»

En el citado apartado, se especifica que la prueba de conocimientos de lengua catalana es «obligatoria y eliminatoria» para todos los aspirantes a acceder a una plaza fija, y también se especifica que el nivel de dominio del catalán dependerá de la plaza a la que se opte –en el caso de la suya es el C1–. En las bases, consultadas por este diario, la exigencia del castellano, por contra, solo es obligatoria para los aspirantes que no tienen nacionalidad española.

Sánchez lleva 26 años tocando de forma ininterrumpida en la banda municipal de Barcelona, donde, según explica, «siempre ha habido un ambiente de cordialidad y nunca ha habido diferencias por cuestiones lingüísticas».

«Es totalmente surrealista. El lenguaje musical es universal, es todo política»

El nombre que le han dado a su categoría ha ido, según explica, variando con los años. «Han ido rebautizando la plaza que ocupo. Primero, constaba como profesor de música, luego como técnico de ciencias sociales, y ahora como gestor de la administración general. Nunca lo he entendido, siempre he tocado en la banda y siempre he tocado el clarinete pero le han puesto nombres diferentes a mi función», denuncia Sánchez. Asegura, en declaraciones a ABC, que en este último caso también le han dado la certeza de que «aunque ponga en la categoría de mi plaza gestor de la administración general seguiría, en caso de conseguir la plaza, como siempre, tocando el clarinete».

«Es muy fuerte que para dar respuesta a un proceso de estabilización marcado por una ley estatal se nos pida el C1 obligatorio», añade. Critica que el dominio del catalán sea una imposición. «En 2006, voluntariamente, decidí sacarme el nivel A2, el más básico. Pese a mi buena predisposición porque nadie me lo pidió, tras el examen final, me hicieron comentarios discriminatorios por mi acento», explica el músico. No entiende la falta de flexibilidad del Ayuntamiento para con trabajadores como él que llevan tantos años contratados.

«He consultado las bases para acceder a puestos indefinidos en distintas orquestas internacionales y en ninguna hay requisitos lingüísticos», asegura. Refiere también al caso de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. «Incluso en el caso de esta orquesta les dan cierto margen para acreditar el conocimiento de la lengua, no se lo piden como requisito de acceso», arguye. En el recurso ante el Contencioso-administrativo, el denunciante expone que las condiciones de acceso a la plaza «infringen lo dispuesto en la Sentencia del Tribunal Constitucional 46/1991, por cuanto se está exigiendo un conocimiento de la lengua catalana desproporcionado y de manera indiscriminada, hecho éste que infringe el artículo 23.2 de la Constitución».

«Va contra la Constitución»

Con respecto a la Base 5.1, la que le exige la obligación de tener el nivel C1 de catalán, precisa en el recurso presentado que «atenta gravemente contra el Derecho Fundamental a la Igualdad, reconocido en el artículo 14 de la Constitución», que establece que «los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición circunstancia personal».

«Mediante este requisito, todos los empleados de la demandada que no disponen del nivel de catalán no podrán participar en la convocatoria y no podrán adquirir la condición de fijos, pese a que muchos de ellos llevan de interinos desde hace más de diez años», alega Escolano. En paralelo a la denuncia, José Joaquín sigue con los ensayos. Al salir de uno de ellos, posa para ABC frente al Ayuntamiento con su inseparable clarinete. El 2 de octubre de 2023 está fijado el juicio.

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