Primer examen MIR sin nota de corte: «No es la solución para cubrir las plazas»
Más de 15.000 médicos se presentan este sábado a la prueba para optar a una de las 9.007 plazas de formación
Sanidad y las comunidades decidieron eliminar una puntuación mínima para que no queden puestos sin elegir
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Meses de estudio llegan este sábado a su fin con la celebración del examen MIR (médico interno residente) al que se presentan más de 15.000 graduados en Medicina que optan a una de las 9.007 plazas para formarse en una especialidad. Este año, además de contar con récord de plazas (hay un 3 por ciento más que el pasado), hay una novedad: se elimina la nota de corte, de manera que para poder elegir una plaza solo habrá que sacar más de un 0. Todos aquellos que superen esta puntuación podrán optar a una plaza; no los que obtengan una nota negativa, pues las respuestas incorrectas restan puntos, por lo que el resultado final puede ser en negativo. Hasta el año pasado, había una nota mínima a partir de la cual se podía optar a uno de los puestos de formación, pero el Ministerio de Sanidad, junto a las comunidades autónomas, decidió eliminarla en esta convocatoria «para facilitar el acceso de profesionales a las plazas de formación», en palabras de la ministra Mónica García.
Con esto, ministerio y autonomías buscan acabar con las plazas que quedan desiertas, es decir, que haya más personas que puedan elegir para que no haya puestos de médicos que se queden sin cubrir. Sin embargo, cuando se anunció la medida, el Foro de la Profesión Médica la criticó, alegando que no era la solución para que se cubran todas las plazas -especialmente las de Medicina Familiar y Comunitaria, que son las que cada año no logran cubrir el cupo-, sino que había que buscar condiciones que hicieran atractiva la especialidad. Los candidatos que ahora realizarán el examen tampoco creen que sea la medida óptima. «No creo que sea la solución correcta. Se tendría que hacer mucho más atractiva la medicina de familia empezando por dedicarle más tiempo en la carrera. No te puede gustar algo que no conoces bien», explica Rafael Martínez García, un joven de La Alberca (Murcia) que se presenta este sábado a la prueba para lograr una de estas plazas. Precisamente entre sus opciones está la de elegir una plaza de medicina de familia, aunque también le llama la atención medicina interna. Será cuando sepa qué nota ha obtenido cuándo tome una decisión.
Rafael se ha preparado el examen junto a su hermana Ana, dos años menor que él, pues cuando ella terminó Bachillerato y se marchó a estudiar Medicina a Bratislava (Eslovaquia) él decidió abandonar sus estudios de Enfermería y marcharse con ella para ser también médico. Ana sí tiene clara la especialidad en la que quiere formarse: traumatología. En caso de que no obtenga la nota suficiente para poder elegirla, asegura, repetirá el examen en la próxima convocatoria, aunque confía en poder lograrlo a la primera, pues la preparación que ha tenido durante los últimos meses ha sido constante. «Es muy estresante. Son muchos meses en los que estás comparándote constantemente con la gente de la academia y a veces no ves frutos y te agobias», relata.
Las jornadas de Rafael y Ana han sido desde hace unos meses una repetición constante: despertarse temprano, ir a una sala de estudio, parar a media mañana para tomar un café, seguir estudiando, otra parada para comer y más estudio. Después, tras todo el día aprendiendo conceptos, han intentado dedicar algo de tiempo al deporte: él, al baloncesto; ella, al tenis. «Nos viene muy bien para despejar la mente», aseguran.
Hacer deporte
Este viernes, el último día antes del examen, su plan era hacer algo de deporte y terminar la jornada con algún plan como ir al cine. De todo este tiempo de estudio valoran la posibilidad de haberlo hecho juntos, apoyándose continuamente y ayudándose a comprender bien la materia, aunque con alguna rencilla de hermanos que con el estrés no se puede evitar. «Lo mejor de este tiempo ha sido poder prepararlo juntos», coinciden.
También Fernando Bilbao, mexicano de 28 años, se presenta este sábado al examen MIR. Y lo hace por segunda vez. El año pasado consiguió una plaza de medicina de familia, «una especialidad muy bonita», pero durante sus rotaciones por el hospital vio que prefería la atención hospitalaria, así que decidió hablar con su tutora y ambos coincidieron en que lo mejor para él era volver a presentarse a la prueba, aunque aún no tiene clara qué especialidad quiere cursar. «Si pudiera, haría diez diferentes, pero aún no sé cuál. Me gusta cirugía, ginecología, digestivo, oncología... todas tienen su encanto», cuenta. Lo que sí tiene claro, asevera, es que quiere que su trabajo implique estar en contacto con pacientes.
A Fernando tampoco le afecta el hecho de que en esta ocasión no haya nota de corte. «La nota a la que quiero aspirar es la que me permita elegir la especialidad que quiera», dice, pues el año pasado su resultado ya le permitía elegir entre bastantes opciones.
Estudio
Su rutina estos últimos meses también ha sido «dura», con el estudio presente hasta en el gimnasio. «Me levanto a las 6 de la mañana, voy al gimnasio y mientras entreno muchas veces me pongo vídeos de las clases para ir escuchando», relata. Después, continúa con el estudio hasta la hora de comer, lo retoma realizando algún test o con clases y a descansar hasta el día siguiente para volver a empezar.
Estudiar el MIR, cuenta este joven, que estudió la carrera en México pero decidió trasladarse a España para seguir formándose y ejercer aquí la medicina, también es duro psicológicamente. «Hay días en los que me he sentido muy agobiado, cansado y frustrado, en los que el resultado no es el esperado», lamenta. Pero también los hay buenos, afirma, en los que siente que ha cogido el ritmo de estudio y que hace todo lo que puede. Este viernes, su intención era descansar para poder llegar «fresco» a la prueba y cumplir su objetivo: «Tratar de cumplir todo lo posible».
Condiciones laborales
Las condiciones laborales de los médicos residentes que trabajan en los centros sanitarios, apunta por su parte Javier Suárez, vocal de la asociación MIR España en el Hospital Reina Sofía de Murcia, varían mucho en función del centro y servicio en el que se recaiga. Suárez, residente de tercer año de traumatología, asegura haber tenido mucha suerte en su hospital, pero denuncia que, a través de la asociación, tienen conocimiento de muchos casos en los que a los MIR «se les usa como mano de obra muy barata para cubrir las necesidades de los servicios», sin anteponer la formación que deberían recibir.
«Es cierto que las condiciones de los MIR han mejorado», admite Suárez, pero insiste en que hay «mucha desigualdad» entre hospitales y servicios. Como ejemplo, señala, mientras algunos residentes tienen asegurado el descanso tras las guardias, otros, por trabajar en otros centros, no lo tienen, pese a que es un derecho reconocido. Para fidelizar a los profesionales y que quieran trabajar en el sistema sanitario, insiste, hay que empezar por cuidar a los que se están formando, que son «el futuro» de la profesión.
Más de 400 plazas desiertas
En este examen MIR, un año más la especialidad con más plazas disponibles es Medicina Familiar y Comunitaria, que es a su vez la que mayor déficit de profesionales tiene. Tras la convocatoria del año pasado, 400 plazas de esta especialidad quedaron sin cubrir, contando las plazas que nadie eligió y otras a las que los médicos renunciaron o no se incorporaron tras haberlas escogido. Este año, el Ministerio de Sanidad tiene intención de retomar la elección en tiempo real -ya ha iniciado el trámite de la norma para poder hacerlo- para evitar esta situación.
Pero además de médicos este sábado también se examinan enfermeros, farmacéuticos, psicólogos, químicos, biólogos y físicos. En total, se ofertan 11.943 plazas para un total de 32.212 personas que se presentan a las pruebas de esta tarde.
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