Los 'preparacionistas' están aquí: «Llevo guardando comida durante 10 años para 2035»
Mientras en Europa cada vez más países se plantean recuperar el servicio militar obligatorio, en España proliferan los 'preparacionistas', aquella masa sigilosa que en la pandemia acabó con el papel higiénico. Hoy –dos guerras después–, se interesan por adquirir conocimientos militares y de supervivencia por miedo al estallido de un gran conflicto
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Los superricos preparan el minibar de su nuevo refugio posapocalíptico, al mismo tiempo que el ciudadano raso mira con miedo el panorama internacional. El temor ante posibles desabastecimientos empezó en 2020, con la pandemia, y luego llegó el pánico al gran apagón. Pero todavía faltaban las guerras de Ucrania e Israel para terminar de 'moldear' el perfil del 'preparacionista': ese ciudadano que en pleno Covid arrasaba con el papel higiénico, hoy busca tener nociones militares, de supervivencia, por si un gran conflicto bélico estallase.
Como señala a este diario Marcos Cámara, portavoz de Madrid Jungla, «el 'prepping' (termino inglés para el fenómeno) no es sólo hacer acopio de latas». Pues, dice, cada vez más perfiles se interesan por la dimensión militar del 'preparacionismo'. «Yo soy un civil normal, pero he aprendido a hacer un torniquete. Es más, en nuestras clases contamos con varios exsoldados, personas que, por ejemplo, han servido en Afganistán y de las que aprendemos mucho», relata Cámara. Este profesional, que capitanea esta asociación madrileña que reúne semanalmente a personas que quieren 'prepararse' para lo peor, asegura que la tendencia llega tan lejos y afecta a tantos sectores que sabe de grupos que viven a las afueras de Madrid que están recopilando grano desde que Putin invadió Ucrania. La cosa ha ido a más. «Llevo diez años almacenando comida que sé que me voy a comer en 2035», augura este instructor.
Pero, ¿cuál es el perfil del preparacionista? ¿Cómo reconocerle? Es común que algunos vecinos del mismo bloque no se conozcan. Bien porque no coincidan en los rellanos o bien porque algunos prefieren no establecer vínculos. Esta segunda opción es la que escogen los preparacionistas, por lo general, personas discretas y que procuran no llamar demasiado la atención. Ignacio Ortega, que es instructor de la Escuela Española de Supervivencia, forma parte de esa tipología de 'vecinos' y asegura que en los últimos años se ha incrementado en un 150% la demanda de cursillos. Además, apunta que, si bien al principio el prototipo de clientes eran hombres de mediana edad interesados en la naturaleza y el aprovechamiento de entornos rurales, la horquilla de edades y sexo se ha ido ampliando.
De hecho, según Ortega, «vienen familias enteras, matrimonio e hijos, pero normalmente son personas de 22 a 55 años». No es el único curso que ha notado la creciente demanda de peticiones. Federico Díaz, CEO de Ociuspark, cuenta que «el aumento se notó desde la pandemia y se ha ido incrementando motivado por las actuales guerras». Pero también señala otra razón: la saturación de programas en la parrilla televisiva de diferentes concursos como 'Supervivientes' o 'El conquistador'. «Normalmente el perfil es de mediana edad (25-45 años), un 80% hombre, un 15% mujeres y un 5% menores«, añade Díaz.
Este interés por la supervivencia convive con el estilo de vida 'prepper', el término con el que designan el fenómeno los anglosajones: «No sólo es válido el preparacionismo en caso de una invasión zombi, pensemos en cosas más factibles. Por ejemplo, en el incendio del edificio del Campanar en Valencia. Los vecinos huyeron con lo puesto, perdiendo incluso sus documentos de identidad y de propiedad. Esto a un preparacionista no le hubiera pasado«, cuenta Cebreiro, administrador del blog 'Preparacionismo y supervivencia', que no para de crecer en visitas.
Porque una regla básica de un 'prepper' es tener lista una pequeña mochila cerca de la puerta de casa con elementos para sobrevivir 72 horas donde se incluya un 'pen-drive' con nuestros documentos importantes escaneados, explica otro 'preparacionista' con el que contactamos en un cursillo de supervivencia y que prefiere ocultar su identidad porque «la primera máxima es que nadie sepa que lo eres». En resumen, el 'preparacionismo' puede ser útil para «cualquier situación en la que se anulen las necesidades básicas», precisan desde la Escuela Española de Supervivencia.
Independencia del Estado
Un preparacionista, por tanto, es alguien que se preocupa por lo que sucede a su alrededor y está dispuesto a informarse y formarse. Las motivaciones que impulsaron a Cebreiro a educarse sobre este movimiento se relacionan con alcanzar mayor independencia: «La seguridad de uno mismo y de su familia no pueden depender de la magnanimidad o disposición del Gobierno», asegura Cebreiro. «Te das cuenta de que dependes totalmente de grandes superficies o del Estado», explica López, que comparte todo lo que sabe sobre el preparacionismo y la supervivencia en la Escuela desde hace una década.

Antonio Martín-Cabello, sociólogo y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos, explica que el fenómeno bebe de dos elementos: uno ideológico y otro realista. «El elemento real se refiere a que vivimos en un mundo cada vez más complejo y que está controlado por fuerzas impersonales». Se refiere a la globalización o incluso a las guerras, fenómenos de los que «no tenemos ningún control, lo que genera inseguridades». El otro factor que incide es la ideología liberal en la que encaja nuestro sistema. «Esto se explica con la idea de que cada uno debe valerse por sí mismo. Si combinas el 'miedo' al mundo incontrolable y que cada uno debe buscarse la vida, la solución podría encontrarse en los preparacionistas», detalla Martín-Cabello.
Aunque el movimiento sigue siendo sigiloso, quién sabe si se seguirá extendiendo a más hogares españoles. Las amenazas que se lanzan los distintos líderes europeos invitan a prepararse. Por ahora, lo que está claro es que en España, ante cualquier desgracia, «se crean redes de solidaridad entre las personas«, explica el sociólogo de la Universidad Rey Juan Carlos. Así es como actuaron los vecinos de Valencia tras el incendio del edificio en el Campanar, o los de la Palma con aquellos que perdieron su hogar cuando erupcionó el volcán. Quizás sean los 'preparacionistas' los que guíen al 'resto del grupo' si es que una nueva catástrofe nos golpea.
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