Una pareja alemana asesina a una refugiada ucraniana para quedarse con su bebé
El cuerpo de la mujer, de apenas 27 años, fue encontrado parcialmente quemado a orillas del río Rin
Los vecinos afirmaron que el marido supuestamente estaba «alardeando» de tener un nuevo hijo
Detenidos cinco niños de entre 12 y 14 años como sospechosos de matar a un anciano de 80 años en el Reino Unido
El pasado 7 de marzo, un transeúnte descubrió casualmente un cadáver a orillas del Rin, en las inmediaciones de una presa cerca de Hockenheim, Alemania. Aunque el cuerpo había sido parcialmente quemado, fue posible identificarlo: se trataba de una refugiada ucraniana de 27 años que había sido reportada como desaparecida y que pocos días antes había sido vista con su madre, con la que había llegado a Alemania para escapar de la guerra, y con su hija, un bebé de sólo cinco semanas de edad. El cadáver presentaba signos de violencia: golpes en la cabeza con un objeto contundente que le habían causado la muerte.
La policía de la ciudad de Mannheim apenas tardó unas horas en comprobar que la madre de la víctima y su hija también habían desaparecido y comenzó a reconstruir sus pasos, hasta dar con el cuerpo de la abuela y con la hija viva, secuestrada por una pareja alemana, contra la que la Fiscalía de Mannheim ha presentado ahora cargos por asesinato.
Contactada por Telegram
La mujer de 44 años y su marido, de 43, deseaban desde hacía años tener una hija en común y en marzo de 2023 comenzaron a planear el secuestro de una recién nacida a la que después harían pasar por suya. La esposa se puso en contacto con refugiados ucranianos a través de un grupo de apoyo de Telegram y contactó así con la joven, que buscaba ayuda para traducir formularios para el próximo nacimiento de su hija. La madre, la abuela y el bebé vivían en un albergue para refugiados en el distrito de Rhein-neckar y recibieron con gratitud la ayuda de la alemana, con la que fueron creando una relación de confianza.
Después del nacimiento del bebé, a más tardar en febrero según el informe de la Fiscalía, la pareja habría decidido matar a la madre y a la abuela para hacerse con el bebé en cuanto naciera. El 6 de marzo invitaron a las dos a un restaurante, con la excusa de celebrar el nacimiento, y administraron medicamentos sedantes a las dos mujeres sin que ellas se diesen cuenta. Cuando la abuela, de 51 años, se sintió mal, la pareja se ofreció a llevar a la madre y al bebé a casa, para después trasladarla al hospital.
Donde en realidad la llevaron fue a orillas de un lago cerca de Bad Schönborn, en el distrito de la ciudad de Karlsruhe, donde el hombre la golpeó varias veces en la cabeza con un objeto todavía no identificado hasta matarla. Después hundió su cuerpo en el lago. Posteriormente, la pareja regresó al albergue para refugiados y se llevó a la madre y al bebé, supuestamente para visitar en el hospital a la abuela. La condujeron en cambio hasta Hockenheim, cerca de la presa del Rin. Allí el hombre la asesinó por el mismo método y prendió fuego al cuerpo, para después dirigirse a su propia casa con el bebé.
El matrimonio se reía por tener una «nueva hija»
Estas idas y venidas al albergue sirvieron para que la policía se presentase en casa de la pareja el pasado 13 de marzo, donde ambos fueron detenidos tras comprobar que la niña estaba ilesa. Los interrogatorios permitieron buscar con buzos e incluso con un helicóptero el segundo cuerpo, el de la abuela Maryna, hallado finalmente días más tarde por investigadores de la comisión especial «Ramp». Los vecinos aseguraron que poco antes de que se descubriera el cuerpo de la mujer ucraniana, el matrimonio se jactaba de tener una «nueva hija».
El bebé, que ahora tiene unos siete meses, ha vivido desde entonces con una familia de acogida. Finalmente se admitió a trámite la solicitud de una tía, de 21 años y hermana de la mujer asesinada, que deseaba asumir la tutela de la niña, y a finales de junio regresó a Ucrania con ella, según ha informado el abogado de la familia. Allí ha solicitado la adopción, un proceso que durará todavía meses. La pareja permanece detenida, a la espera de que el Tribunal Regional de Mannheim decida sobre la admisión de la acusación.
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