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El Papa tiende una mano al exsecretario de Benedicto y lo nombrará nuncio

Le ha propuesto tres destinos diplomáticos, para que elija el que prefiera

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En el detalle,Georg Gänswein, el antiguo secretario de Benedicto XVI AFP
Javier Martínez-Brocal

Javier Martínez-Brocal

Corresponsal en el Vaticano

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El ex secretario de Benedicto XVI, Georg Gänswein, de 67 años, vuelve a la primera línea del trabajo en la Santa Sede y se convertirá próximamente en representante del Papa en una importante nunciatura europea. Tras unos meses de pausa, durante los que fue destinado a Friburgo sin encargo específico, Francisco ha decidido contar de nuevo con él.

En 'El Sucesor', el reciente libro entrevista con este corresponsal de ABC, el Papa Francisco reconocía «con pena» que Georg Gänswein «me lo hizo algunas veces difícil». Sin embargo, ahora quiere subrayar que no tiene cuentas pendientes con él.

El nombramiento, que aún no es oficial, es también una señal de agradecimiento del Papa y reconocimiento por la delicadeza humana con la que Gänswein cuidó de Benedicto XVI durante su pontificado y durante los diez años de papado emérito.

Tensiones

Pocos meses antes de anunciar la renuncia, Benedicto lo nombró además de secretario personal, «prefecto de la Casa Pontificia», cargo equivalente al de jefe de la Casa Real. La idea de esta doble función era que fuera el enlace entre Francisco y Benedicto. Sin embargo, ya desde los primeros años Francisco y Gänswein no consiguieron entenderse. La confianza entre ambos se quebró en enero de 2020 cuando el cardenal Robert Sarah anunció la publicación de un libro firmado junto al Papa emérito en defensa del celibato sacerdotal. En realidad, el Papa emérito había autorizado sólo la publicación de un artículo sobre el sacerdocio.

El libro de Sarah, con el título en plural 'Desde lo más hondo de nuestros corazones' fue leído como una maniobra de presión contra el Papa Francisco, que en ese momento estaba estudiando una propuesta de autorizar el sacerdocio en Amazonia a algunos indígenas diáconos permanentes casados, para garantizar la llegada de los sacramentos a zonas remotas. Benedicto hizo una elegante desautorización pública de su inclusión del nombre en la obra y solicitó que se retirara su firma de la portada. En paralelo, el Papa emérito anunció que no publicaría ningún otro artículo para evitar malentendidos.

Aunque Gänswein no había tenido ningún papel en esta historia pues el cardenal Sarah actuó por su cuenta, pocos días más tarde, el 20 de enero de 2020, Francisco le solicitó que se tomara una «excedencia» conservando el sueldo de prefecto, y que a partir de entonces se concentrara en cuidar de Benedicto.

Ruptura total

La ruptura total entre Francisco y Gänswein se produjo el día del funeral de Benedicto XVI, cuando anunció la publicación de un libro con sus recuerdos del Papa emérito. En esa obra, el secretario de Benedicto incluyó correspondencia inédita entre los dos pontífices y mencionó algunas perplejidades que el papa emérito había manifestado en privado sobre expresiones teológicas de los primeros documentos del Papa Francisco o sobre su decisión de recuperar la decisión del Concilio Vaticano II de limitar la celebración de la misa según el llamado rito tridentino.

En 'El Sucesor', Francisco explica que el hecho de que «el día del sepelio (de Benedicto) se publique un libro que me pone de vuelta y media, contando cosas que no son verdad, es muy triste». «Me dolió que se usara a Benedicto. El libro salió publicado el día del entierro, eso lo viví como una falta de nobleza y de humanidad», añadió.

El gesto fue considerado una violación del secreto profesional y hacía imposible que el Papa le encomendara una misión de confianza. Así, en julio, siete meses después del fallecimiento de Benedicto, el arzobispo Georg Gänswein se trasladó a su propia diócesis sin ningún cargo específico. Tras la reunión con el arzobispo Stephan Burger, se publicó una nota fría pero correcta que aseguraba que «previa consulta con arzobispo podrá aceptar encargos individuales como confirmaciones o servicios festivos locales».

En enero de este año, el Papa Francisco se reunió con él y con las cuatro mujeres que cuidaban de Benedicto. La conversación, familiar y cordial, sirvió para deshacer malentendidos y dio pie a un acercamiento entre el Pontífice y Gänswein. El Papa comprendió que el exsecretario de Benedicto se encontraba en una situación difícil. «Ser secretario es muy difícil. Un buen secretario te ayuda y no deja huella», había subrayado en 'El Sucesor'.

Por eso, recientemente, el Papa le ha ofrecido un encargo como nuncio y ha puesto a su disposición tres destinos diferentes para que elija el que prefiera. Lo más probable es que sea nombrado nuncio en una sede europea y que el nombramiento se anuncie en cuanto reciba el plácet de ese gobierno.

Los nuncios representan al Papa ante los Estados y ante las Iglesias locales. Como experto en derecho canónico y con la importante experiencia internacional que acumula en su currículum sin duda Gänswein hará un gran trabajo. Paradojas de la vida, desde ahora, representará a Francisco y hablará en su nombre.

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