El Papa, enfermo de bronquitis, hace nombramientos estratégicos para el futuro cónclave
Las reuniones de cardenales para buscar un sucesor estarán guiadas por dos purpurados que no intervendrán en la elección para evitar protagonismos
El Papa Francisco pone a prueba su salud con un 2025 repleto de eventos
«Cada vez que un Papa tiene un problema de salud, soplan vientos de cónclave«, escribe Francisco en su autobiografía »Esperanza«. Se ha confirmado esta semana cuando, mientras se ha quedado en casa por una bronquitis, ha hecho dos nombramientos muy relevantes ... para cuando inicie la «Sede Vacante».
Al pontífice se le notaba muy resfriado desde el domingo, y ya el miércoles, en la multitudinaria audiencia general, él mismo prefirió que un colaborador leyera su catequesis. «Con este fuerte resfriado para mí es difícil hablar», explicó. Un día más tarde, el jueves, el portavoz del Vaticano comunicó que «debido a una bronquitis que padece estos días, y para poder continuar con sus actividades, el viernes y el sábado, las audiencias del Papa tendrán lugar en Casa Santa Marta». Es una «convalecencia» poco rigurosa para un paciente de 88 años, pero es lo máximo que han obtenido quienes le aconsejan sobre su salud: no reduciría su agenda, pero tampoco saldría de casa.
«Estoy enfermo. Tengo una bronquitis muy fuerte», se disculpó este viernes durante la entrega de cartas credenciales del nuevo embajador de Kazajistán. Este sábado estaba un poco mejor. Atendió al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien acompañó al arzobispo de Sevilla José Ángel Saiz Meneses y a los organizadores del Congreso internacional de hermandades y piedad popular que Sevilla acogió en diciembre. Iba a ser una audiencia de treinta minutos, pero duró tres cuartos de hora.
«Al principio se le notaba dificultad para hablar, pero conforme pasaba la audiencia se iba animando más, y ha estado muy simpático y alegre», explicó el arzobispo. «Ha leído él mismo un discurso y hemos ido interactuando: lo han saludado el presidente de la Junta, el alcalde, el presidente de la Fundación Caja Sol. Él iba contando cosas y nos preguntaba», aseguró.
Sorprendentemente, a pesar de la bronquitis, el Papa tiene previsto celebrar una misa este domingo en la plaza de San Pedro, por el Jubileo de las Fuerzas Armadas, que al cierre de esta edición no había sido cancelada. En la ceremonia participarán unos 30.000 militares de al menos 22 países, entre ellos 400 españoles.
La bronquitis ha coincidido con una importante decisión de Francisco, que impactará en el próximo cónclave. Este jueves, el Papa «prorrogó» por otros cinco años a los actuales decano y vicedecano del «Colegio de cardenales», los prestigiosos Giovanni Battista Re, que acaba de cumplir 91 años, y Leonardo Sandri, de 81. Su mandato de cinco años había concluido a mediados de enero, y teóricamente, los trece cardenales del «orden de obispos», quienes están más alto en el escalafón, deberían elegir entre ellos un nuevo decano y un nuevo vicedecano, que posteriormente serían confirmados por el Papa.
En vez de esto, el jueves el portavoz del Vaticano comunicó que «el 7 de enero de 2025 el Papa prorrogó la aprobación a la elección de Giovanni Battista Re como Decano del Colegio Cardenalicio», y que una semana más tarde hizo lo mismo con el cardenal Leonardo Sandri como vicedecano.
A Re y a Sandri les espera un papel muy relevante en caso de «Sede vacante», el periodo que va desde que un pontífice fallece o renuncia hasta que se elige a su sucesor. Ellos deben presidir el funeral del pontífice difunto, guiar las reuniones de cardenales en las que definen el perfil del próximo papa, tener la homilía de inicio de cónclave, y – si tuvieran menos de 80 años- gobernar la marcha de las votaciones.
Es una decisión estratégica. Una hipótesis es que, como tienen más de 80 años y no podrán participar en el cónclave, Francisco pretenda asegurar que ningún «cardenal elector» tenga demasiada visibilidad en este periodo de luto, de forma que no condicione indirectamente a los purpurados electores.
La votación que fue estratégica
A día de hoy, la votación en la Capilla Sixtina sería gobernada por el cardenal Pietro Parolin. Su papel es muy delicado. Durante el último cónclave, en marzo de 2013, en la quinta votación, cuando era inminente la elección del Papa Francisco, uno de los participantes introdujo equivocadamente dos papeletas, por lo que se anuló el escrutinio. El cardenal Re era el responsable del proceso y consultó al resto de cardenales electores si debían votar de nuevo o aplazar la elección al día después. Aplazarla suponía dar una noche a los detractores de Bergoglio para convencer a los indecisos de que no apoyaran esa candidatura. Es imposible saber si lo habrían conseguido. El cardenal Re decidió repetir inmediatamente la votación y poco después comenzó el pontificado del Papa Francisco.
Es cierto que cada vez que le sube la fiebre al Papa, Roma piensa en un cónclave. Pero en este caso no ha sido la bronquitis, sino la curiosa prórroga que ha hecho el Papa Francisco.
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