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El Papa denuncia la tortura de prisioneros de guerra, sin explicar a qué país se refiere

«La tortura de prisioneros es terrible, no es humana, hiere la dignidad de la persona», afirma el Pontífice

El Papa visitará la Bienal de Venecia por primera vez en la Historia

El Papa saluda a los representantes del a Fundación UAPO, de ayuda a pacientes oncológicos Copyright Vatican News
Javier Martínez-Brocal

Javier Martínez-Brocal

Corresponsal en el Vaticano

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Durante su catequesis semanal, el Papa Francisco se ha apartado del texto que tenía preparado este miércoles y ha recordado «a los prisioneros de guerra que son torturados». «La tortura de los prisioneros es algo terrible, no es humana. Pensamos en tantas torturas que hieren la dignidad de la persona, y en tantas personas torturadas. Que el Señor ayude a todos y los bendiga», ha dicho.

Acababa de recordar también «a los pueblos en guerra» y había pedido la liberación de todos los prisioneros de guerra. «Pensemos en Tierra Santa, en Palestina, en Israel. Pensemos en Ucrania, en la atormentada Ucrania. Pensemos en los prisioneros de guerra: que el Señor mueva la voluntad de liberarlos a todos», ha solicitado.

Ya en junio del año pasado el Papa demandó la abolición total de la tortura. «Paremos este horror de la tortura», clamó. Actualmente 173 países han firmado la Convención de la ONU contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. No la han firmado países como Irán, Myanmar, Bhutan, Corea del Norte, Zimbabue Tanzania o Papua Nueva Guinea.

El Vaticano no ha aclarado si este miércoles el Papa se refería específicamente a algún caso concreto de tortura, aunque ha enlazado su condena con las oraciones por la paz en Palestina, Israel y Ucrania.

La condena de Francisco ha coincidido con la publicación de un informe de Amnistía Internacional sobre las torturas en el Noreste de Siria, cuyo gobierno recibe apoyo de Estados Unidos. Las víctimas son prisioneros arrestados durante la guerra contra el Estado Islámico.

El informe de Amnistía Internacional se titula «Secuelas» y da un cuadro terrible de la situación a la que están expuestas 56.000 personas en campos y centros de detención en esta zona de Siria. Detalla que los métodos de tortura incluyen «palizas, azotes con cables eléctricos, suspensión por las muñecas en posturas dolorosas, violencia sexual y descargas eléctricas».

«Más de cinco años después de la derrota territorial del Estado Islámico, decenas de miles de personas continúan detenidas de forma arbitraria e indefinida. Muchas soportan condiciones inhumanas y sufren tortura, incluidas fuertes palizas, posturas en tensión, descargas eléctricas y violencia basada en el género. Miles más han sido objeto de desaparición forzada. Se ha separado ilegalmente a mujeres de sus hijos», denuncia el informe.

Asegura que entre los detenidos hay víctimas del Estado Islámico, como yazidíes, mujeres y niñas víctimas de matrimonio forzado con miembros del Estado Islámico, y varones menores y jóvenes víctimas del reclutamiento por el Estado Islámico.

La periodista francesa Agnès Callamard, secretaria general de Naciones Unidas, apunta a la responsabilidad de Washington y dice que «el gobierno estadounidense ha tenido un papel fundamental en la creación y el mantenimiento de este sistema».

Tras catorce años de guerra, esta zona de Siria no está bajo el control de Bashar al-Ásad, sino bajo la autoridad de las «Fuerzas Democráticas Sirias». Como respuesta al informe, sus representantes aseguran que hasta ahora nadie les había señalado estos casos y que se trata de «casos individuales», que tomarán medidas, y que la comunidad internacional les ha dejado «solos (en la tarea) para afrontar las consecuencias» de la lucha contra el Estado Islámico. Por su parte, el Departamento de Estado estadounidense solicita a todos los actores presentes en Siria que «respeten y hagan respetar los derechos humanos».

«Saborear el vino con pequeños sorbos»

Por otra parte, en su catequesis el Papaha explicado la virtud de la templanza, que ha definido como «la capacidad de autodominio, el arte de no dejarse arrollar por las pasiones rebeldes, de poner orden en lo que Manzoni llama 'el revoltijo del corazón humano'». Según Francisco, es la virtud de quien «en cada situación, se porta con sabiduría, porque las personas que actúan movidas por el ímpetu o la exuberancia son, en última instancia, poco fiables».

Así, «en un mundo en el que tanta gente se jacta de decir lo que piensa, la persona templada prefiere, en cambio, pensar lo que dice. No digo lo que se me ocurre, sin más; no: pienso lo que tengo que decir». «No permitir que un momento de ira arruine relaciones y amistades que luego sólo pueden reconstruirse con gran esfuerzo. Especialmente en la vida familiar, donde las inhibiciones son menores, todos corremos el riesgo de no mantener bajo control las tensiones, las irritaciones, la ira. Hay un momento para hablar y otro para callar, pero ambos requieren la justa medida», ha añadido. Por ejemplo, «a veces es necesario indignarse, pero siempre de la manera correcta, con la justa medida. Una palabra de reproche a veces es más saludable que un silencio agrio y rencoroso».

Para ilustrar qué significa «justa medida» el Papa ha recordado que «para apreciar un buen vino, es mejor saborearlo a pequeños sorbos que tragárselo todo de golpe». «Esto lo sabemos todos», ha bromeado.

Fundación de ayuda a enfermos de cáncer

Después de la audiencia, Francisco se ha detenido con dos directivos españoles de la «Fundación UAPO», Unidad de Apoyo a Pacientes Oncológicos. Al Papa le ha hecho gracia el nombre y les ha interrogado. Esta fundación española aporta gratuitamente a cientos de pacientes de cáncer un complemento al tratamiento médico tan agresivo que reciben. El Pontífice ha escuchado las explicaciones de su director general Javier Cánovas, quien durante años ha trabajado como preparador físico en equipos de primera división de fútbol y ahora dirige la fundación.

«Somos un equipo multidisciplinar de profesionales, trabajamos en la oncología integrativa, y a través de ejercicios físicos, nutrición, fisioterapia y psicología contribuimos a la recuperación y mejora en la calidad de vida de estos pacientes», le ha explicado Cánovas.

Como respuesta, el Papa los ha animado a seguir trabajando y ha bendecido a los «atletas oncológicos» a los que ellos atienden. «Usted es un Papa Uapo», le han despedido.

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