El Papa crea 21 nuevos cardenales, entre ellos tres españoles
El arzobispo de Madrid, el rector de los salesianos y el obispo de Ajaccio son los nuevos españoles que reciben la púrpura cardenalicia
José Cobo, neocardenal: «Posponer decisiones en la cuestión de los abusos sólo potencia el dolor de las víctimas y es inadmisible»

El Papa ha comparado al colegio de cardenales con una orquesta, en la que «la diversidad es indispensable» y nadie va por su cuenta. «Cada uno aporta algo, a veces solo, a veces unido a algún otro, a veces con todo el conjunto, pero ... cada sonido debe contribuir al proyecto común», ha subrayado. Lo ha dicho justo antes de nombrar 21 nuevos cardenales de 14 países, 18 de ellos electores, durante un consistorio en la plaza de San Pedro. Entre los nuevos purpurados hay tres españoles: José Cobo, de 58 años, arzobispo de Madrid; el rector mayor de los salesianos, el asturiano Ángel Fernández Artime, de 63; y Francisco-Xavier Bustillo, franciscano pamplonica de 54 años. Bustillo cuenta como francés, pues es obispo de Ajaccio (Córcega).
Francisco ha usado una metáfora musical para alertar del peligro de instrumentos que desafinan y comprometen la partitura, pues para que la orquesta funcione «es fundamental la escucha recíproca, porque si uno sólo se escuchase a sí mismo, por más sublime que pudiera ser su sonido, no beneficiará a la sinfonía».
El ministro de presidencia en funciones, Félix Bolaños, presidió la delegación oficial que el gobierno envió al consistorio. El ministro destacó que «es un gran día para la Iglesia española» y que espera «trabajar con ella para alcanzar nuevos acuerdos, pactos y puntos de equilibrio, buscando el bien común y lo mejor para todos».
Hablando de sí mismo, ha explicado que «el director de la orquesta está al servicio de esta especie de milagro. Él debe escuchar más que todos los demás y al mismo tiempo su tarea es ayudar a cada uno y a toda la orquesta a desarrollar al máximo su fidelidad creativa, fidelidad a la obra que se está ejecutando, pero creativa, capaz de darle un alma a esa partitura, de hacerla sonar en el aquí y ahora de una manera única».
«Un gran día para la iglesia española»
«Es un gran día para la Iglesia española» ha destacado el ministro de presidencia en funciones, Félix Bolaños, que ha presidido la delegación oficial del gobierno español en el consistorio. En una declaración sin preguntas a varios periodistas españoles, ha destacado que «el gobierno de España ha trabajado mucho con la Iglesia católica durante estos años, hemos llegado a acuerdos, hemos encontrado puntos de equilibrio, hemos hecho públicos pactos, y espero que también en el próximo gobierno también continuemos así, buscando el bien común y lo mejor para todos, que es lo que hacemos el gobierno y, en el marco de su actuación, la Iglesia católica.
Tras la ceremonia, el arzobispo de Madrid, José Cobo ha destacado que como cardenal vestirá de «púrpura, un color que evoca el sacrificio. Entro en una nueva etapa de la vida y este es su color, que significa dar la vida y arrimar el hombro». El otro «neocardenal» español, Ángel Fernández Artime ha asegurado a ABC que en este día «llevo conmigo la cercanía y preocupación por los jóvenes y el dolor que siento cuando los más pobres son golpeados, y si puedo desde allí ayudar, ofrezco toda mi disponibilidad para servir». «Hemos recibido una responsabilidad y una misión en la Iglesia. Somos cardenales no por el prestigio sino para dar la vida», ha dicho a este diario el tercer nuevo cardenal español, Francisco Javier Bustillo.
Los nuevos cardenales
Además de los tres españoles, entre las estrellas del consistorio está el argentino Víctor Manuel 'Tucho' Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, de 61 años. «No lo tomo como un honor, sino como una llamada de Dios a entregarme más», ha explicado a ABC tras recibir la púrpura cardenalicia.
Junto a Fernández hay otros dos latinoamericanos, el jesuita Ángel Rossy, de 65 años, arzobispo de Córdoba (Argentina); y Luis Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá (Colombia), de 61.
Francisco también ha hecho cardenales al prefecto del dicasterio vaticano encargado de nombrar nuevos obispos, Robert Prevost, de 68 años, nacido en Chicago, cuya madre tiene ascendencia española; y el franciscano Pierbattista Pizzaballa, de 58 años, que se convierte en el segundo patriarca latino de Jerusalén que recibe la púrpura cardenalicia.
Europa es el territorio que recibe un mayor número de nuevos cardenales, siete. Tres de ellos tienen gran experiencia diplomática. Se trata del suizo Emil Tscherrig, de 76 años, nuncio en Italia; el francés Christophe Pierre, de 77, nuncio en EE.UU; y el veronés Claudio Gugerotti, de 67 años, ex nuncio en Ucrania, Bielorrusia y Reino Unido, y actual prefecto para las Iglesias Orientales en la curia vaticana. Los otros dos son Grzegorz Ryś, arzobispo de Łódź (Polonia), de 59 años y Américo Manuel Alves Aguiar, obispo de Setúbal (Portugal) de 49 años y el más joven de este consistorio.
El Papa ha incluido a tres nuevos purpurados africanos. El primero, Stephen Ameyu Martin Mulla, de 59 años, fue víctima del tribalismo, pues varios sacerdotes emprendieron una campaña en su contra cuando fue nombrado arzobispo de Yuba, en Sudán del Sur pues no es de su etnia. Los otros dos son Stephen Brislin, arzobispo de Ciudad del Cabo, de 67 años; y el tanzano Protase Rugambwa, 63 años, arzobispo coadjutor de Tabora, expresidente internacional de las Obras Misionales Pontificias y hasta hace unos meses subsecretario del Dicasterio para la Evangelización.
En este consistorio, el Papa añade a la lista dos nuevos cardenales de Extremo Oriente, Sebastian Francis, de 71 años, obispo de Penang, en Malasia, pero cuya familia procede de Kerala (India); y Stephen Chow Sau-yan, de 63 años, obispo de la delicada diócesis de Hong Kong.
Aparte de estos 18 cardenales electores, el Papa ha «creado» 3 nuevos cardenales eméritos, título informal que se da a los purpurados mayores de 80 años en el momento en el que pierden el derecho a votar en un cónclave. Los ha nombrado para hacer un gesto de agradecimiento hacia una tarea o a una región. En esta ocasión, Agostino Marchetto, de 83 años, es uno de los grandes historiadores italianos del Concilio Vaticano II; el venezolano Diego Rafael Padrón, de 84, es un formador de cientos de seminaristas; y el capuchino Luis Pascual Dri, de 96, lleva años dedicando sus jornadas a escuchar confesiones en un santuario de Buenos Aires (Argentina).
Su principal prerrogativa
Como la elección de nuevos cardenales no obedece a especiales méritos sino a una decisión personal del Papa, se dice que el Pontífice los «crea». Su principal prerrogativa es tanto votar como ser elegidos como obispos de Roma en un eventual cónclave, derecho que conservan hasta cumplir 80 años. Tras esta ceremonia, el número de cardenales electores se eleva a 137, pero ya este domingo el cardenal Patrick D'Rozario, arzobispo emérito de Daca (Bangladés), cumple 80 años, y el número de electores pasará a ser 136.
Italia va a seguir mucho tiempo siendo el país con más cardenales electores, 16; seguido de EE.UU. que tiene 11, y España, que técnicamente tiene 8. En la clasificación de purpurados con derecho a votar en un cónclave, Francia, está en cuarta posición con 6, seguida de Portugal, Polonia y Argentina con 4.
Los cardenales españoles menores de 80 años y que a día de hoy podrían entrar en la Capilla Sixtina para elegir un nuevo Papa son Luis Ladaria, de 79 años; Carlos Osoro, de 78; Fernando Vérgez, de 78; Antonio Cañizares, de 77 años; Juan José Omella, de 77; y Miguel Ángel Ayuso, de 71. A ellos se le añaden desde ahora Ángel Fernández Artime, de 63 y José Cobo, de 58.
La realidad es que hay otros cuatro cardenales electores españoles, pero que presiden diócesis de otros países y por eso no se cuentan bajo nuestra bandera en la clasificación oficial del Vaticano. Todos ellos pertenecen a congregaciones religiosas, que les han destinado fuera de nuestras fronteras. Se trata del pamplonica José Luis Lacunza, agustino recoleto y obispo de David, en Panamá, de 79 años; el también navarro Celestino Aós Braco, capuchino, arzobispo de Santiago de Chile, de 78 años; el almeriense Cristóbal López Romero, de 71, salesiano y obispo de Rabat; y Francisco-Xavier Bustillo, franciscano, obispo en Córcega.
Lo habitual es que el Papa nombre nuevos cardenales cuando el número de purpurados con derecho a entrar en un cónclave -o sea, menores de 80 años-, ronda los 120 cardenales. No es casualidad, pues éste es el número orientativo que fija la ley canónica para la elección papal. El último cónclave se celebró con 115 cardenales.
Si se tienen en cuenta sólo las fechas de nacimiento, pues los eventuales fallecimientos son imprevisibles, esa cifra volverá alcanzarse el 10 de octubre de 2024, cuando Baltazar Porras, arzobispo de Caracas (Venezuela), cumpla esta edad. Por consiguiente, lo más probable es que para entonces, dentro de máximo un año, haya una nueva hornada de cardenales. Con nuevos españoles para este club tan selecto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete