«Mi padre está sordo, no escuchó nada cuando gritaban ¡fuego! Las trabajadoras le han salvado la vida»

Eduardo J. Sánchez, jefe de Bomberos de Zaragoza, ha indicado que los servicios de emergencia llegaron sobre las cinco y media para extinguir el fuego. Pese a que la mayoría de internos se encuentran a salvo y pudieron salir del centro, los bomberos tuvieron problemas en sacar a los fallecidos, nueve de ellos por inhalación de humo y una quemada por el fuego.

Los diez cuerpos han sido trasladados al Instituto Anatómico Forense de Zaragoza y los familiares se encuentran auxiliados por psicólogos y trabajadores sociales en una sala habilitada en el Consistorio. Mientras a mediodía el resto de residentes han sido trasladados a la residencia Vitalia de la ciudad de Huesca y sus parientes han ido acudiendo en goteo al geriátrico a comprobar el estado de sus parientes, también con atención psicológica.

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Javier Palomo y Érika Montañés

José Ángel, hijo de Pilar Queralt, está más tranquilo después de ver a su madre de 98 años. «Algunos están más nerviosos —los internos—, pero mi madre no, está bien y nosotros nos hemos tranquilizado también al verla», dice. Hay que tener en cuenta que por sus discapacidades algunos no se han percatado de la tragedia, salvo por el sobresalto al despertarlos en plena madrugada.

Alfonso y Paloma han acudido raudos a la residencia en cuanto «han visto la noticia en los medios». «Mi padre José de 81 años está sordo total, así que no se ha enterado de nada cuando gritaban '¡fuego!'. Las dos trabajadoras le han salvado la vida», ha explicado Alfonso. «Mi padre estaba nervioso, inquieto, pero ya va camino de Huesca y nosotros estamos mejor del susto inicial». En general, todos los familiares han destacado la labor del centro concertado con el Gobierno de Aragón.

El presidente de Aragón, Jorge Azcón, que se ha trasladado a media mañana a la residencia, ha emplazado a la investigación sobre la causa inicial del trágico suceso, aunque sí ha incidido en que si es necesario revisar los protocolos de asistencia en estos centros su Ejecutivo lo hará. En el momento de la tragedia solo había dos trabajadoras. La directora, Carmen, «no puede no hablar», afirma Ramírez, todo el personal del centro «está deshecho». Desde Logroño especialistas de la Guardia Civil en infraestructuras han llegado también sobre el mediodía para revisar el inmueble y serán ellos quienes apuntarán posibles causas del suceso.

Ignacio Laguna, párroco del pueblo desde hace siete años, confraternizaba con algunas de las víctimas que se habían aferrado a la fe, y de hecho cuenta que en cuanto se han enterado de la muerte de sus familiares algunos han entrado en la parroquia abierta a rezar. Se han ido «tranquilos», pese a que es una noticia «muy triste, una tragedia gigantesca», explica. El cura ha comentado que hay gente de muy diferentes edades entre los residentes. La más joven de los fallecidos tenía 60 años, ha confirmado la alcaldesa del pueblo, Volga Ramírez.

También hay distintas procedencias entre los muertos: el párroco de la diocesis de Zaragoza comenta el caso de un hombre del norte de España, también hay gente del Burgo de Osma (Soria), Calanda (Teruel)… Enfrente de la Iglesia, donde se encuentra el Ayuntamiento, la corporación municipal y los vecinos de este municipio han guardado un minuto de silencio.