El «padre» de los primeros bebés transgénicos quiere tratar ahora el alzhéimer
Prometiendo garantías éticas tras salir de la cárcel, el científico chino He Jiankui propone editar embriones humanos para curar esta enfermedad
He Jiankui, el ambicioso «Doctor Frankenstein» de China
![He Jiankui, el científico chino que realizó el primer cambio conocido en el ADN de un ser humano](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2023/07/07/he-jiankui-RChPduv3UWpcfDYCs8s0T5M-1200x840@abc.jpg)
Ni su paso por la cárcel ni la condena unánime de la comunidad científica han quitado al científico chino He Jiankui las ganas de seguir con sus polémicas investigaciones. Vilipendiado a finales de 2018 por crear los primeros bebés del mundo modificados genéticamente, el ... doctor He fue condenado en 2019 a tres años de prisión y a una multa de tres millones de yuanes (380.000 euros) por «violar deliberadamente las regulaciones nacionales sobre investigación científica y tratamientos médicos buscando fama y fortuna».
Tras salir en libertad el año pasado, volvió a sorprender a todo el mundo al abrir en Pekín un centro de investigación genética contra enfermedades raras. Desde entonces, ha concedido algunas entrevistas y publicitado sus estudios en Twitter, donde anunció el 29 de junio un nuevo experimento. «Propongo un proyecto de investigación sobre la edición genética de embriones humanos para proteger contra la enfermedad de Alzheimer», escribió sobre una foto de una página con un resumen del estudio.
I am proposing a research project "Human embryo gene editing to protect against Alzheimer’s disease" pic.twitter.com/hCn02eNsGQ
— Jiankui He (@Jiankui_He) June 29, 2023
En él, aboga por introducir en embriones de ratón y luego en óvulos fertilizados humanos una mutación genética (A673T) que, desde 2012, se cree que protege contra el alzhéimer y alarga la vida. Para comprobar la efectividad de dicha mutación, el doctor He quiere utilizar primero los embriones de ratón y, si la técnica funciona, inyectársela después a óvulos humanos de laboratorio descartados por las clínicas de fecundación «in vitro». Dichos cigotos anormales, que no consideran aptos para ser implantados en una mujer, pueden servir a su juicio como una alternativa para estudiar la reacción en los óvulos humanos normales.
Curándose en salud después de su controvertida experiencia, He Jiankui promete que «ningún embrión humano será implantado para embarazo en este estudio» y que solicitará «permiso del gobierno y aprobación ética antes de llevar a cabo ningún experimento».
El científico justifica la necesidad de su experimento en el cada vez mayor envejecimiento de la población, que es un grave problema socieconómico y médico porque «más del 5 por ciento de los mayores de 65 años sufre demencia y, de ellos, dos tercios padecen la enfermedad de Alzheimer». Como la prevalencia de dicho mal se dobla cada cinco años y no hay todavía ningún medicamento efectivo, el doctor He quiere probar si la mutación genética A673T confiere protección contra el alzhéimer.
Edición tecnológica genética
En esta ocasión, no utilizaría la famosa técnica de manipulación genética CRISPR-Cas9 que ya empleó en los primeros bebés transgénicos del mundo. Para evitar «peligrosos efectos adversos», esta vez recurriría a una edición tecnológica genética que, en su opinión, es más segura.
Con independencia de la técnica, y más allá de que pueda llevar a cabo o no el experimento, su proyecto ha vuelto a arquear las cejas de los científicos internacionales. Debido a sus similitudes con la primera alteración genética conocida en humanos, una línea roja que nadie se había atrevido a cruzar públicamente, los colegas de He Jiankui desconfían de sus intenciones incluso aunque prometa todas las garantías éticas.
«Doctor Frankenstein»
En la II Conferencia Internacional sobre la Edición del Genoma Humano, celebrada en Hong Kong en noviembre de 2018, el científico rompió un tabú y fue comparado con el «Doctor Frankenstein» al enorgullecerse de que había llevado a cabo el primer cambio conocido en el ADN de una persona. En realidad de dos, unas gemelas llamadas Lulu y Nana, que habían nacido «tan sanas como cualquier otro niño» pese a que su padre portaba el virus del sida. Con la técnica CRISPR-Cas9, que consiste literalmente en cortar y pegar los genes, había borrado el gen CCR5, puerta de entrada al VIH, para evitar que los bebés contrajeran la enfermedad. Ante las críticas de sus compañeros, que le llamaron «genio loco», se declaraba «orgulloso» de lo que había hecho e insistía en que su «único objetivo era curar, no crear bebés de diseño». Además, desvelaba que había un tercer bebé modificado genéticamente.
A pesar de sus palabras, el doctor He solo consiguió cambiar el gen que impide el contagio del sida en una de las gemelas. Posteriormente, se descubrió que también habría provocado alguna mutación genética que podría acortar la vida de las dos niñas, cuya verdadera identidad permanece en secreto. Cinco años después, He Jiankui vuelve a las andadas con otro experimento genético.
Rebasar los límites de la genética
Nacido en una familia campesina de Hunan, una de las provincias más pobres de China, He Jiankui era uno de los físicos más prometedores de su generación y recibió una beca para seguir formándose en Estados Unidos. Hasta allí llegó con el sueño de convertirse en el «Einstein chino», pero pronto se pasó a la biofísica en la Universidad de Rice (Houston), donde trabajó por primera vez con la tecnología CRISPR.
En 2012, y gracias al plan del Gobierno chino para recuperar a sus talentos nacionales en el extranjero, volvió a Shenzhen, ciudad fronteriza con Hong Kong donde se convirtió en el «padre» de los primeros bebés transgénicos del mundo. El doctor He pretendía pasar a la Historia como el primer científico que modificaba el ADN humano, pero solo consiguió la repulsa internacional y acabar en prisión. Entre las sospechas de la comunidad científica, ahora quiere erradicar el alzhéimer.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete