Ian, el niño de diez años al que un robot le salvó el riñón: «En una semana, mi hijo volvía a la escuela, y en dos, a natación»
El Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, referente en cirugía robótica urológica pediátrica, ha intervenido a 130 menores con el robot Da Vinci
Barcelona realiza las primeras operaciones robóticas a niños con cardiopatías congénitas
![Ian posa junto a su madre frente a las instalaciones del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2024/06/14/ian-RU9yfVwE4v4UaNuoafO8V3M-1200x840@diario_abc.jpg)
Hace quince años, el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona hacía historia al convertirse en el primer centro de Europa que operaba un paciente pediátrico con el robot Da Vinci, creado con tecnología de la NASA y que ofrece una mayor precisión que la cirugía laparoscópica tradicional. Los intervenidos mediante esta técnica tienen un postoperatorio más rápido y con menos dolor con respecto a la cirugía abierta tradicional. La gran ventaja con respecto a la cirugía laparoscópica, también mínimamente invasiva, es, según precisan fuentes del centro barcelonés, que los cirujanos ganan precisión a la hora de manipular el tejido y tienen más juego para realizar suturas intracorpóreas en espacios reducidos.
El robot Da Vinci se ha convertido en un gran aliado en numerosas especialidades quirúrgicas del paciente adulto y cada vez más del paciente pediátrico, una de ellas la urología. Desde que empezó a usarse el robot se han realizado en el centro barcelonés más de un centenar de cirugías urológicas pediátricas (unas 130). Ian Sánchez, un niño de diez años de edad, ha sido uno de los últimos pacientes operados con el robot Da Vinci. En concreto, el número 125, según explica a ABC la doctora Gloria Royo, cirujana adjunta de Urología Pediátrica y Trasplante Renal del Hospital Vall d'Hebron.
Con sólo nueve años, el pasado verano, Ian, nacido en Los Ángeles pero de madre catalana, sufrió un cólico nefrítico durante un viaje con su padre a la selva argentina que hizo saltar las alarmas. Los médicos que le atendieron observaron que la obstrucción del flujo de orina desde el riñón hasta la vejiga que le causaba el problema no era culpa de unas piedras, sino de una malformación congénita: la parte que une el riñón con el uréter, el conducto que lleva la orina a la vejiga, era muy estrecha y provocaba crisis de dolor.
Su madre, Laia Torné, explica que cuando nació no le detectaron ese defecto congénito. Su riñón estaba sufriendo porque acumulaba orina, pero hasta el cólico renal no tuvieron señales. Tras ser diagnosticado, el pequeño fue trasladado en avión a Barcelona -él reside con su madre en Molins de Rei (Barcelona)- y en febrero de 2024 le operaron en Vall d'Hebron. «El niño había sido intervenido ya de una pieloplastia, por lo tanto era una reinterevnción lo que lo complica todo un poco«, señala Royo. Matiza que «es importante operar esta obstrucción lo antes posible para preservar la función del riñón y hacerlo en un centro altamente especializado y con experiencia, dadas las características del paciente».
«La intervención requería mucha precisión por la complejidad del caso, por eso optamos por la cirugía robótica», dice la especialista. «Accedimos a la zona con pequeñas incisiones de menos de un centímetro en la barriga y en el ombligo, para proceder a una cirugía de manera muy precisa y con movimientos previamente calculados, lo que evita complicaciones y facilita una recuperación precoz», describe Royo. «En una semana, Ian iba a la escuela y en dos volvía a las clases de natación», añade su madre.
Máxima precisión
La cirugía robótica se realiza mediante una consola, situada fuera del campo estéril, que controla virtualmente tres brazos robóticos colocados en el paciente: uno lleva una cámara y los otros dos manipulan el material quirúrgico. «El robot Da Vinci no tiene autonomía para realizar movimientos quirúrgicos, los cirujanos y cirujanas somos el cerebro de las intervenciones y los brazos del robot sólo traducen el movimiento de las manos de los profesionales«, explica la especialista. El panel proporciona una visión en tres dimensiones del interior del paciente con un nivel de realidad aumentado hasta 10 veces.
Los brazos robóticos permiten realizar una intervención de gran precisión, así como realizar incisiones mínimas, menos invasivas y precisas. También eliminan el temblor, movimientos involuntarios y la fatiga postural que pueden sufrir los cirujanos y cirujanas en intervenciones largas. Además, los brazos robóticos permiten realizar movimientos imposibles para el brazo humano.
El Hospital Universitario Vall d'Hebron es el único equipo del Estado con un programa de cirugía robótica para realizar cirugías urológicas pediátricas de forma ininterrumpida . interviene pacientes de toda Cataluña y otras comunidades autónomas. Interviene pacientes de toda Cataluña y otras comunidades autónomas. «Hemos superado el número simbólico del centenar de operaciones», destaca el doctor Marino Asensio, jefe de sección de Urología Pediátrica y Trasplante Renal.
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