Miguel Lázaro, presidente de CESM, sobre el Estatuto Marco: «Confío en que el PSOE haga rectificar a Mónica García como hizo con el 'mufacecidio'»

-Este jueves hay convocada una manifestación contra el nuevo Estatuto Marco, ¿ha habido algún intento por parte del Ministerio para frenarla?

-Por ahora no. Sé que se han reunido con las consejerías de Salud en Toledo. Este miércoles se reúnen con recursos humanos y ahora empieza a hacer lo que tendría que haber hecho: darlo a conocer a las diferentes comunidades. Sabemos que va a recular en el tema de las incompatibilidades, pero quedan otras cuestiones fundamentales por atender. Las concentraciones de este lunes han evidenciado el rechazo y el hartazgo de los médicos, que era algo que la ministra no había calibrado. Ella quería pasar a la posteridad enarbolando la bandera de que había modificado el estatuto tras 22 años, pero eso revela lo alejada que está de la realidad sanitaria y que el cargo le viene grande.

-¿Por qué dicen que el nuevo Estatuto desprecia a la profesión médica?

-No resuelve los agravios, sigue discriminando al médico en sus condiciones laborales y no hay un reconocimiento a la singularidad que el médico tiene.

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Elena Calvo

-Llevan casi dos años negociando este Estatuto Marco, ¿qué ha pasado para que estalle la guerra ahora?

-Estalla porque en enero sale este borrador vergonzoso, lesivo, regresivo y que penaliza al colectivo médico. La ministra nos da un borrador, filtrado previamente, que es un bodrio. Eso reactiva la lucha sindical sin cuartel con el apoyo de la OMC, algo importante ya que los colegios de médicos se han posicionado en contra de la discriminación que se ejerce de los derechos y de las condiciones laborales de los médicos. La ministra debería ser humilde y reflexionar: en algo estará equivocada cuando tiene en contra a 175.000 médicos, todos los sindicatos médicos españoles, la OMC, la asociación de MIR, la asociación de estudiantes de Medicina… El rechazo más absoluto.

-La actual normativa lleva más de 20 años en vigor, ¿Cómo iban las negociaciones y dónde se han encallado?

-Las negociaciones iban más o menos… Pero se habían dejado el artículo 2 y el 10 porque eran muy conflictivos. Uno era el de la reclasificación, el famoso grupo A1 plus que pedimos que se vincule a unas retribuciones básicas —sueldo, paga extra, complemento de destino, nivel 30 y las extraordinarias—. Y el otro, el referente a la jornada. Es más, el tema de las incompatibilidades había pasado sin ningún problema y de repente, por sesgo ideológico y porque tiene anticuerpos contra la sanidad privada, saca el tema de las incompatibilidades como algo nuevo, parte de la movilidad forzosa y la evaluación del desempeño.

Ella quería pasar a la posteridad por acabar con las guardias de 24 horas, que era un tema que nosotros estamos abiertos a negociar. Pero nos plantea una trampa: dice que a partir de ahora serán de tres de la tarde hasta las siete de la mañana, de 17 horas, que son las que hacemos de lunes a viernes. Ahora bien, los que hagan guardias por las tardes, por las mañanas no vendrán a trabajar, pero la deberán. O sea, ¡si esto es lo que hacemos los médicos cubriendo las vacaciones de un compañero! Esto es el timo de tocomocho.

-Se oponen a la jornada laboral obligatoria de 48 horas semanales, ¿qué proponen?

-Nosotros queremos trabajar 35 horas, como el resto de los trabajadores. Todo lo demás es ser esclavos, no hay ninguna categoría que lo haga. Esto incide en la vida familiar, el desgaste profesional e incide en la salud laboral del médico. Queremos trabajar 35 horas y todo lo que no sea jornada ordinaria, que sea considerada jornada extraordinaria.

-Actualmente las guardias obligatorias no computan para la jubilación, ¿qué pérdida económica supone para los facultativos?

-Son obligatorias y significan en toda la vida laboral de un médico tres años. Además, son voluntarias a partir de los 55 años y nosotros proponemos que sean voluntarias a partir de los 50. Nos impide jubilarnos de forma anticipada parcial si no computa para la jubilación. Y eso es un agravio que persiste.

-Este Estatuto plantea además incompatibilidades para los jefes de servicio y los residentes, a los que se les exige exclusividad tras su formación. ¿Es este tema el que más escuece?

-No, éste es un tema que la ministra pone en marcha de forma demagógica y populista en este borrador. En el caso de los MIR es demencial porque los necesitamos y esto sólo conseguirá que se vayan o emigren. Por otro lado, en el caso de los jefes de servicio, está matando moscas a cañonazos. Si hay alguno que intoxique la pública y la privada, que le abra expediente. Pero con este régimen de incompatibilidad conseguirá no retener a las personas que tienen más competencias, liderazgo y técnicas. Muchos jefes van a elegir entre la privada y la pública y se van a ir a la privada porque cobran más y además no tienen guardias y concilian mejor la vida familiar. ¿Qué pasará? No van a ser los mejores los que sean jefes de servicio de la pública. Es una medida ideológica 100%.

-Alertan de que podría generar una fuga de profesionales...

-La fuga de profesionales ya la está habiendo. Ya hay médicos de la pública que se van a la privada; y hay muchos médicos formados aquí que siguen emigrando fuera de España. ¿Qué hace la ministra? En vez de evitar el autoexilio y favorecer el retorno, hace un Estatuto que discrimina al médico, lo desincentiva, no lo reconoce, favorece la fuga y que va en contra de la sanidad pública de 48 millones de españoles.

-Piden que el Estatuto recoja una nueva clasificación profesional. ¿Sería como el que tenían en 2002?

-Queremos un estatuto propio, sí, recuperar el que teníamos en 2002. Todos los países europeos tienen uno para los médicos. Proponemos un grupo A1 plus con vinculación retributiva porque actualmente nos han puesto junto con categorías que no tienen el currículum formativo ni la responsabilidad que tenemos los médicos. No es que el resto no tengan, es que tienen menos que nosotros, y se nos tiene que ser reconocido.

-¿Qué medidas de presión plantean? ¿La huelga está sobre la mesa?

-Hacer huelga nos cuesta muchísimo porque afecta a los pacientes. Por eso empezamos con unas medidas 'low cost', como las concentraciones masivas que ha habido el lunes en toda España y la concentración del día 13 en Madrid. Si la ministra no rectifica nos planteamos una manifestación por Madrid. Si admite nuestras propuestas, fenomenal; pero si no las admite iremos graduando la escalada confrontativa. Nosotros no queremos llegar a la huelga pero si tuviera que hacerse espero que los ciudadanos entiendan que lo hacemos por defender la calidad de la sanidad pública. No creo que haya huelga y espero que antes de eso el PSOE, que no ha dicho ni mu, haga rectificar a la ministra, al igual que hizo con el intento de 'mufacecidio'. Y si no podemos pararlo, que lo pare el Parlamento.

-A pesar de que los sindicatos no pueden negociar fuera del ámbito sindical, ¿sabe si se están llevando a cabo distintas conversaciones entre el ministerio de Sanidad y los tres sindicatos de Madrid (AMYTS), Cataluña (Metges de Catalunya) y País Vasco (SME)?

-Sí que ha habido conversaciones y reuniones que han salido en la prensa. Pero la única negociación posible por parte de los sindicatos médicos es de la CESM que yo presido. La ministra se ha reunido con otros sindicatos y nosotros respetamos que se reúna pero, cuidado, porque incluso se ha hablado de un documento de mínimos, eso ya es negociar. La ministra va contra la normativa de acción sindical al negociar con sindicatos que no están en el ámbito de negociación. La CESM, en un acto de generosidad, decidió colaborar con otros sindicatos que no estaban en este ámbito pero que evidentemente son importantes y defienden igual que nosotros un respeto al colectivo y una serie de derechos que se recortan más.

-¿Un intento de 'divide y vencerás' de la ministra?

-Podría ser una lectura. Como todo en la vida, el tiempo es el juez implacable. Pero de entrada ellos están con nosotros. La ministra toma un riesgo innecesario. Pueden hacer propuestas pero no pueden negociar.