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Marilia: «La música es el idioma que he elegido para comunicarme porque es capaz de unir a las personas más allá de ideas y pensamientos»

La autora de canciones como 'Mujer florero' y 'Cuando los sapos bailen flamenco' con Ella baila sola actúa este sábado en la Fiesta de la Resurrección

La Fiesta de la Resurrección vuelve a Madrid con otro gran concierto en Cibeles

Marilia participa este sábado en la Fiesta de la Resurrección en plaza de Cibeles de Madrid ABC
José Ramón Navarro-Pareja

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«Que siempre haya lugares que descubrir en ti, que la luz te acompañe a donde quieras ir». 'Te estamos esperando' es la canción que Marilia ha dedicado al amor incondicional y a la amistad y que parece, por su título, una invitación a participar en la Fiesta de la Resurrección en la que participará este sábado junto a otros artistas como Hakuna Group Music, Modestia Aparte, el grupo inglés HTB Worship (Alpha), Juan Peña o la joven promesa del pop español, reconvertido desde el rap, Esténez.

Marilia (Cuenca, 1974), entró de golpe, con apenas 22 años, en el imaginario del pop español como el cincuenta por ciento de Ella baila sola. Autora de canciones como 'Mujer florero', 'Cuando los sapos bailen flamenco' y 'Amores de barra' (junto a su otro 50% entonces, Marta Botia), reempredió su carrera en solitario después de 12 años de silencio tras aquella -nunca explicada, pero siempre entendida- separación. Con su último disco, 'Bailar conmigo' (2023), reivindinca un estilo propio más cercano al 'indie'.

Así, el «sigo el río donde me diga, suelto costumbres, suelto mochilas. Quiero encontrar lo que soñé aquel día» de su canción 'Una cueva en el invierno', suena a declaración de principios sobre cómo vivió aquellos días y afronta el presente, al que se aferra con fuerza. Nos atiende por teléfono, bien pasado el mediodía, después de un largo ensayo y antes del siguiente compromiso. «No sé todavía cuando comeré», nos dice, porque le vencen las ganas de comunicar y transmitir esa emoción por tocar en directo que sigue manteniendo tras casi tres décadas en el mundo de la música.

— Según las previsiones de los organizadores, más de 60.000 personas abarrotarán el próximo sábado la plaza de Cibeles en la segunda edición de la fiesta de la Resurrección. ¿Cómo afrontas tu participación?

—Para mí es un regalazo, un honor tocar para tantas personas. La música es el idioma que he elegido para comunicar y siento que a través de ella podemos transmitir cosas que están más allá del pensamiento, de lo mental. Por eso, valoro mucho iniciativas como estas, que permiten unir a miles de personas con ideas y pensamientos distintos a través de la música. Independientemente de las creencias de cada uno, las canciones van más allá de lo mental y nos llegan al corazón. Y eso hace que la música sea un idioma maravilloso para compartir.

— Y ¿cómo se prepara un concierto de este tipo? Seguro que tendrá una dinámica diferente.

— Efectivamente, será una participación más breve de lo habitual, de unas cuantas canciones. No haré el concierto al uso. Pero lo que estamos preparando suena potente. Va a ser una oportunidad para reconectar con las melodías que compuse y grabé cuando era pequeña, y que ya nos han unido y que afortunadamente, el tiempo y la gente las ha mantenido vivas. Y a eso le unimos canciones de mi último disco que también buscan esa conexión con la gente, celebrar tanto el presente como el camino que llevamos recorrido. Es lo más bonito de mi profesión, hacer canciones y poder acompañar a los demás.

— Hablabas en la presentación de que sería un evento intergeneracional.

— Cuando doy un concierto siento que hay varias generaciones en el público. Siento que hay gente que se reúne para recordar canciones o que viene a descubrir las nuevas. Suele haber una parte más familiar y otra más joven. No me guío tanto por las edades, las canciones están hechas para llegar al corazón y la edad es algo circunstancial.

— Los organizadores plantean el evento como una gran fiesta para celebrar la Resurrección de Jesucristo. ¿Qué puede aportar ahí tu música?

— Claro, el evento celebra la resurrección de Jesús y creo que es un buen momento para cada uno plantearse que no estamos solos. Para mi es importante que con mi música pueda acompañar siempre, incluso dar esperanza, que quien escucha sienta que no está solo, que hay un sentimiento y una experiencia en común. En una época en la que hay tanta incertidumbre y en la que la vida es difícil, es bueno recordar que hay una luz dentro de uno mismo y de los demás. La forma de sentirlo y vivirlo de cada uno es perfectamente válida, porque la música lo unifica. Lo bueno de la música es que nos recuerda esa conexión con nosotros y con los demás y que por encima de todo está el amor.

— Hay una canción tuya 'Mi dragón' que habla de una fuerza interior que oscila por momentos entre lo espiritual y la capacidad de resiliencia, de seguir adelante a pesar de los problemas…

— Sí, totalmente. 'Mi dragón' habla de conectar con la fuerza de uno mismo. Siento que todos nos enfrentamos a dificultades en algún momento de la vida y necesitamos recordar que tenemos esa fortaleza, con la que podemos reconectar, renacer. Forma parte de la vida y del aprendizaje. Como te decía antes, la música nos regala esa posibilidad de conexión, pero también de un camino hacia dentro. En realidad la libertad hacia afuera comienza comienza desde dentro. Por eso el título de mi disco, porque «bailar conmigo» me lleva a bailar mejor con los demás, bailar juntos. Es un quererme a mí para querer mejor al otro, para querer bien al otro.

— ¿Es este disco, de alguna forma, una especie de resumen de tu viaje vital? Tu carrera en la música comenzó con el éxito con Ella baila sola, pero luego viviste muchos años de silencio mediático hasta que sacaste un nuevo disco. Doce años de silencio exterior, aunque imagino que no fue un silencio interior.

— La mía es, al fin y al cabo, la historia de la vida de cada uno de nosotros. Nuestras experiencias vitales son distintas pero todos nos enfrentamos a situaciones de altibajos. Estoy convencida de que todo lo que hago hoy es gracias al camino que he recorrido y estoy agradecida de todo lo que he vivido para llegar a hoy. El disco son fotografías de momentos y comparto pequeñas conquistas que no serían posibles sin todo lo que he vivido. De alguna manera sí está englobado todo lo que he vivido y en ese sentido siento que es un puente también entre todo lo que hemos compartido anterior y este momento de hoy.

— Dos mujeres -que más allá de su físico y voces eran jóvenes, autoras y protagonistas- y canciones como 'Mujer florero' o 'Amores de barra' que, con mucha ironía ya hablaban en 1996 de un empoderamiento de la mujer, justo cuando se acabara de acuñar el término en la conferencia de Pekín. ¿Fuisteis adelantadas a vuestro tiempo?

— Sí, era una forma de contar las cosas o de contar lo que ocurría que no era tan habitual en ese momento que salió el disco. Hace poco me pidieron colaborar con la exposición Maestras del Museo Thyssen-Bornemisza y elegí un cuadro de Maruja Mayo, pero lo que más me sorprendió fue descubrir todas esas mujeres pintoras tan desconocidas, porque los libros no las han mencionado, no han reflejado esa voz. Ha ocurrido algo parecido en la música. Desde ahí siento que vivimos el regalo de poner voz a algo que estaba ocurriendo, y lo hicimos con toda naturalidad, sin ningún afán de protagonismo, simplemente con la idea de expresar y con un público receptivo que lo supo escuchar. Ahora mismo hay muchas voces femeninas, más que cuando salió ese primer disco en el 96 y siento que seguimos avanzando y que cada vez será más habitual y más normal.

— Orson Welles con 'Ciudadano Kane', 'Nada' de Carmen Laforet, o 'El guardián entre el centeno' de Salinger. Cuando pienso en las dificultades de los autores para remontar sus carreras después de tan altas cotas de gloria con su primera obra, me viene a la mente un relato corto de Asimov en el que un amante despechado urde, junto a un espíritu perverso, una venganza para la mujer que le ha dejado: que ella, cantante de segunda, disfrute, sólo una noche, de una voz perfecta. Después de aquello nadie, ni la protagonista ni el público, es capaz de superar aquel momento sublime. En tu caso, aquel primer gran éxito con Ella baila sola te persigue desde aquel momento. Parece paradójico, pero ¿cómo puede un artista sobreponerse a un éxito tan temprano e impactante?

— No hay una vida sin retos. No sería real. Para cada uno su camino está lleno de aprendizajes, tenga un momento de más éxito al principio, en el medio, al final. Siempre va a haber retos, en lo profesional o en otros ámbitos. No considero que yo haya vivido algo que sea digno de drama por decirlo en ese sentido. Yo estoy muy agradecida a aquella etapa, haber vivido todos esos conciertos y compartir con tanta gente aquellas canciones. Siento a la vez que lo viví con alegría, aunque con las pocas herramientas que puedes tener con 20 años. Lo hicimos lo mejor que pudimos. Todo ha sido un camino de aprendizaje.

En mi caso he descubierto que el éxito desde fuera es muy distinto a como lo vives desde dentro. Todos queremos hacer algo maravilloso, que llegue a la gente, pero luego te das cuenta de que el éxito real es hacer las cosas en las que uno cree, las que ama. Ese es el éxito diario para mi, poder conectar, viajar, reunirme con mi banda y compartir una canción nueva y ver como unos disfrutan tocándola y otros escuchándola. Es bonito aceptar el movimiento y permitirte avanzar y crecer. Y como autora, permitirme seguir expresando a través de una canción y poder conectar con la gente.

— Hablabas de retos y ahora ¿cuál es ahora el próximo? ¿Qué te estás planteando?

— Soy una persona con curiosidad y con ganas de seguir componiendo, sé que seguiré escribiendo, siempre pensando en la siguiente canción, pero no por eso me quiero perder el presente. Por eso ahora estoy centrada en la gira, 'Bailar conmigo', que tiene conciertos en España y en Latinoamérica, marcho el 26 de abril, que tocaré en México, en Ciudad de México. Voy construyendo donde me llevan estas canciones: ensayos, viajar, presentar el disco. Estoy sorprendida y a la vez muy agradecida por cosas que van pasando, por personas que se van acercando a mí, por personas que me han ayudado.

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