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Los lobos mutantes de Chernóbil, inesperados aliados para la lucha contra el cáncer en humanos

Un estudio ha descubierto una sorprendente resistencia a los efectos de la radiación en los cánidos de la zona de exclusión de Prípiat

¿Está creando la radiación en Chernóbil una nueva raza de perros?

La justicia europea se inclina por permitir la caza del lobo solo al norte del Duero

Dos lobos en la nieve AFP
David Sánchez de Castro

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Cuando ya han pasado casi cuatro décadas de la catástrofe de la central nuclear de Chernóbil, en la localidad de Prípiat, los efectos a largo plazo para la flora y la fauna están empezando a constatarse. La zona de exclusión está tomada por los animales salvajes que no entienden de vallas ni fronteras, lo que no les impide verse afectados por la radiación que aún existe. Aunque no necesariamente sea negativo para ellos.

Los perros y lobos salvajes que campan a sus anchas por la antigua ciudad soviética están, literalmente, mutando. Hay estudios que apuntan a que incluso se han creado nuevas especies de perros, mientras que otros han detectado que para estos animales se están obteniendo unos inesperados beneficios.

Y es que las conclusiones de un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton ha desvelado que los lobos de la zona de exclusión tienen unos sistemas inmunológicos que se han visto genéticamente alterados, gracias a lo cual han desarrollado una inusual resistencia al cáncer.

Los datos del estudio, presentados a la Sociedad de Biología Integrativa y Comparada en Seattle, Washington (EE UU) el pasado mes de enero, son inesperadamente esperanzadores para los investigadores de biología comparada. Y todo viene gracias al abandono forzado de la zona de Chernóbil.

¿Por qué hay vida en pleno desierto nuclear?

Una de las teorías que ha la naturaleza ha contravenido es la presencia de numerosas especies de animales salvajes en la zona, en la que se han llegado a detectar hasta 11,28 milirem de radiación. Todo tipo de cánidos (zorros, lobos, perros), plantígrados (osos), cérvidos (ciervos, corzos y alces), caballos, jabalíes o aves de múltiples clases habitan en la zona de manera prácticamente libre.

¿Cómo han sobrevivido?, se preguntó Cara Love, bióloga dedicada al campo de la evolución de la Universidad de Princeton. La científica montó un equipo de investigadores a los que pidió la labor de tomar muestras de sangre de lobos y colocarles sistemas de medición GPS para saber por dónde se movían y hasta qué punto se exponían a la radiación.

Una casa y sus alrededores, tomados de maleza, en la zona de exclusión de Chernóbil cara love

En las muestras sanguíneas de los lobos, descubrieron varias mutaciones en genes relacionados con el cáncer que les había permitido desarrollar una inmunidad impropia para lobos que no estaban expuestos a la radiación. Se basaron en los datos obtenidos de especímenes que vivían en los 2.600 kilómetros cuadrados de la zona de exclusión frente a otros que estaban fuera de ellos.

Dicho en términos darwinianos: han evolucionado para adaptarse a esta nueva realidad, en apenas una o dos generaciones, algo que es sorprendente.

Este es un primer paso, aunque muy esperanzador, si Cara Love puede regresar a la zona. Se ha topado con dos serios problemas: primero el cierre por el Covid-19 y después por la guerra en Ucrania han impedido que pueda viajar de manera segura, si bien espera que en breve puedan volver allí.

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