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El Libro Guinness revisa el título al perro más viejo del mundo ante las dudas de algunos veterinarios sobre su edad

De momento lo ostenta el portugués Bobi, de 31 años: «Una élite está intentando hacer creer que la historia de Bobi no es real», ha lamentado su dueño

El mito de los siete años: cómo calcular realmente la edad de un perro

El perro Bobi en una imagen de archivo REUTERS/Catarina Demony/File Photo

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El pasado mes de octubre todos los medios dedicados al mundo de las mascotas nos hacíamos eco del fallecimiento de Bobi. Se trataba de un Rafeiro do Alentejo de pura raza que había fallecido en el pueblo de Conqueiros, cerca de la costa oeste de Portugal a la edad de 31 años y 165 días. De inmediato, el Guinness World Records lo coronó como el perro más viejo del mundo.

Su gran edad fue avalada por la base de datos de mascotas del gobierno portugués, administrada por la Unión Nacional de Veterinarios. Estos datos los confirmaron los responsables de confeccionar la lista de los Guinness World Records. Hasta la muerte de Bobi, el perro más viejo de todos los tiempos era un Bluey australiano (perro de pastor) que murió allá por 1939 a la edad de 29 años. Este récord lo mantuvo durante un siglo hasta la llegada de Bobi.

Sin embargo ahora este título ha quedado en duda, después de que algunos expertos veterinarios cuestionaran la evidencia de la edad de nuestro protagonista. De momento, el título ha quedado en suspensión y se ha dado inicio a una investigación. ¿El motivo? A medida que se difundió rápidamente la noticia de su «coronación», surgieron las sospechas.

Así una investigación de la revista Wired descubrió que Bobi había sido registrado en la base de datos de mascotas de Portugal como nacido en 1992, pero no tenía «ningún registro ni datos que pudieran confirmar o desmentir esta afirmación». También hubo dudas sobre fotografías antiguas de la mascota que mostraban diferentes marcas en su pelaje, y algunos sugirieron que era un perro completamente diferente.

Danny Chambers, miembro del Royal College of Veterinary Surgeons, dijo a The Guardian que «ni uno solo de mis colegas veterinarios cree que Bobi tenía en realidad 31 años». Tras seguir y reconocer las posibles dudas el equipo de el libro Guinness de los récords ha iniciado una investigación formal para aclarar la situación. En palabras de un portavoz a la agencia AFP, «Mientras nuestra revisión está en curso, hemos decidido suspender temporalmente las solicitudes tanto para los títulos de récord de perro vivo como para (el perro más viejo) hasta que todos nuestros hallazgos estén en su lugar y hayan sido comprobados».

Por su parte, Leonel Costa propietario de Bobi asegura ante esta polémica que «una élite dentro del mundo veterinario ha intentado dar a la gente la idea de que la historia de vida de Bobi no era cierta» y cree que esta reacción se produjo porque atribuyó la longevidad del perro a una dieta similar a la de los humanos, en lugar de comida para mascotas y «esto va en contra de las recomendaciones de muchos veterinarios partidarios solo de pienso paras mascotas. Todo sería diferente si hubiéramos dicho que comió comida para mascotas durante tres décadas».

En lo referente a la inscripción en los registros oficiales aseguró que se había cumplido todo lo que los responsables del Guinness World Records le habían solicitado para validar la edad de Bobi. Desde los Récord Guinness aseguran que aún no se ha tomado ninguna medida y que todas las acciones que se lleven a cabo dependerán de la revisión hecha.

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