Sánchez tarifa con los obispos
Al presidente no le interesan las dimensiones reales de la pederastia en la sociedad y en la Iglesia
![El día de su nombramiento, el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, sale a dialogar con un grupo de personas que protestaban por los abusos en la Iglesia](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2024/04/27/arguello-RRwt55Vn6kZ7osbAoaVmh4I-350x624@diario_abc.jpg)
Hacía tiempo que la Conferencia Episcopal no emitía un comunicado tan contundente contra una decisión del Gobierno como ha ocurrido esta semana con el Plan de respuesta sobre abusos sexuales en la Iglesia. El antecedente quizá fuera el dedicado a las inmatriculaciones. En ... ese caso, y en el de ahora, el interlocutor es Félix Bolaños, conocido en ambientes eclesiales por sus artes sibilinas. Pedro Sánchez ha dado el visto bueno a «un juicio condenatorio de toda la Iglesia, realizado sin ningún tipo de garantía jurídica, un señalamiento público y discriminatorio por parte del Estado», según reza la nota episcopal. Sin tener en cuenta lo que ha hecho y hace la Iglesia, elabora un proyecto que manipula la dimensión del fenómeno de la pederastia, obviando a 9 de cada 10 víctimas.
Además «cuestiona el principio de igualdad y de universalidad que debe tener todo proceso que afecta a derechos fundamentales».
A Pedro Sánchez no le interesan las dimensiones reales de la pederastia en la sociedad y en la Iglesia. Menos todavía le interpelan las causas últimas del fenómeno. Es dudoso, incluso, que le preocupen de verdad las víctimas al establecer distingos. Es demasiado sospechoso que se centre sólo en las de la Iglesia obviando a la gran mayoría de ellas. A Pedro Sánchez lo que le mueve es acosar a la Iglesia y reforzar la imagen de político volcado en las minorías vulnerables.
La Iglesia, que ha perdido en no poca medida el relato social de su respuesta a la pederastia, debe ser consciente que lo que está en juego. Aquí se dilucida también la libertad de la Iglesia frente al poder del Estado, en manos de un Gobierno ideologizado. Un poder que tiene la pretensión de invadir, para limitar, los ámbitos de la libertad, también de denuncia, de una Iglesia en la que existe, en determinados sectores, un buenismo que limita su capacidad de respuesta. No se trata de buscar la confrontación. Se trata de servir a la verdad principalmente de las víctimas ¿O acaso lo que está haciendo Sánchez no es enfangar la imagen pública de la Iglesia?
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