El insomnio fue el «motivo principal» de la renuncia de Benedicto XVI
Una caída que sufrió en su viaje a Cuba fue el punto de inflexión que llevó al fallecido Pontífice a su histórica decisión
Fue el propio Papa alemán quien desveló las razones en una carta enviada a su biógrafo semanas antes de morir

La salud de Benedicto XVI se convirtió en un motivo de preocupación cuando sorprendió al mundo tras anunciar en febrero de 2013 que abandonaba el primado de la Iglesia católica porque no se sentía con las fuerzas suficientes como para continuar en el cargo. ... Sin embargo, en una carta enviada a su biógrafo, el periodista alemán Peter Seewald, y publicada ahora en el último número la edición en alemán de la revista 'Focus', él mismo reconoció que el «motivo central» no fue el cansancio, sino el insomnio.
En la misiva fechada el 28 de octubre de 2022, nueve semanas antes de su muerte, el Papa alemán fallecido el pasado 31 de diciembre, reveló que se medicaba desde 2005 contra el trastorno del sueño. «Me había acompañado ininterrumpidamente desde la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia», señaló asegurando que el insomnio apareció durante el encuentro con jóvenes celebrado en 2005.
Su médico personal le prescribió entonces unos «fármacos fuertes» que, si bien funcionaron al principio, garantizando su «disponibilidad» y rendimiento como Papa, «pronto alcanzaron sus límites» y se vieron, progresivamente, incapaces de «garantizar» su colosal tarea.
En los últimos años de emeritazgo, Benedicto XVI conservaba intacta la lucidez intelectual que caracterizó su pontificado, pero sus fuerzas se habían ido apagando mucho antes. El punto de inflexión que aceleró al decisión final de dar un paso atrás fue el accidente que sufrió durante su viaje a México y Cuba en marzo de 2012, cuando se despertó una mañana con su pañuelo «totalmente empapado de sangre». Benedicto XVI se tropezó con un felpudo mientras estaba en el baño afeitándose y se cayó espaldas golpeándose la cabeza con la repisa de la ducha.
Reducir el número de somníferos
«Debí haberme tropezado con algo en el baño, y me caí», escribió el Papa alemán tras confesar que un cirujano consiguió coserle de tal modo que «afortunadamente» los fieles no vieron sus lesiones. Esa caída marcó un antes y un después para el Pontífice que supo que «no podría hacer frente» a la siguiente gran cita, fijada para 2013: la Jornada Mundial de la Juventud de Brasil.
Tras el accidente, su nuevo médico personal le instó a reducir el número de somníferos, así como a aparecer en público únicamente por las mañanas durante sus viajes, y así evitar riesgos. «Esas restricciones solo podían aplicarse durante un breve período de tiempo», reconoció en la carta. El secretario personal del Papa emérito, Georg Gänswein, publicó a principios de enero de este año el libro 'Nada más que la verdad. Mi vida junto a Benedicto XVI', en el que revela que en realidad las primeras reflexiones acerca de la posibilidad de renunciar al pontificado se desataron en la conciencia de Benedicto XVI durante el viaje a la JMJ de Madrid en 2011.
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«Era precisamente la cuestión de la participación personal en aquella JMJ lo que desencadenó en él una reflexión que se fue haciendo cada vez más opresiva, sobre la continuación o no de su pontificado«, asegura Gänswein en el libro. Así, precisa que durante el encuentro en Cuatro Vientos para la Vigilia y la Misa tuvo la certeza de que un encuentro de este tipo «sin la presencia física del Pontífice habría sido estúpido».
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