India pide al Tribunal Supremo que no endurezca las penas por violación conyugal
La petición de las autoridades se enmarca en una causa abierta por activistas que pretenden ilegalizar el término
¿Por qué violan a tantas mujeres en la India?
El gobierno indio ha pedido al Tribunal Supremo del país que no endurezca las sanciones penales contra las violaciones maritales. El estamento recoge que 10 millones de mujeres de entre 18 y 49 años, han denunciado abusos sexuales en el espacio conyugal.
Según recogen los medios locales, el Ministerio del Interior indio ha presentado ante la Justicia una declaración jurada en la que afirma que, aunque la violación marital debe tener «consecuencias penales», el sistema legal debe tratarla con más indulgencia que la violación cometida fuera del matrimonio.
«Un marido no tiene ciertamente ningún derecho fundamental a violar el consentimiento de su esposa».«Sin embargo, atraer el delito de naturaleza de violación, tal y como se reconoce en la India, a la institución del matrimonio puede considerarse excesivamente duro».
El Código Penal introducido en el siglo XIX durante la dominación colonial británica de India establece explícitamente que «los actos sexuales de un hombre con su propia esposa no son violación».
El gobierno del primer ministro Narendra Modi promulgó en julio un código revisado que mantiene esa cláusula, a pesar del recurso judicial interpuesto durante una década por activistas que pretenden ilegalizar la violación marital. El actual regimen penal indio establece una pena mínima de 10 años para los condenados por violación conyugal.
Un hábito extendido en el país
La declaración del gobierno afirma que la violación dentro del matrimonio se aborda adecuadamente en la legislación vigente, sin embargo, no impone ninguna sanción penal a los autores.
Según la última Encuesta Nacional de Salud Familiar realizada por el gobierno, el 6% de las mujeres indias casadas han sufrido violaciones en el ámbito marital.
El divorcio sigue siendo tabú en gran parte de India, donde sólo uno de cada 100 matrimonios acaba en disolución, a menudo debido a la presión familiar y social para mantener matrimonios infelices.
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