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¿Héroe o vándalo? 'Fleximan', el saboteador de radares que divide a Italia

Siempre encapuchado y a veces acompañado de un cómplice, este individuo ha sido captado desconectando radares con una sierra circular en varias zonas del país

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Un coche pasa por delante de un radar de tráfico en una carretera de Lagnasco, al noroeste de Italia. A la izquierda, una representación de Fleximan de un seguidor de Twitter AFP / @vignetterosse

Ángel Gómez Fuentes

Corresponsal en Roma

El caso de los radares derribados en varias zonas del norte de Italia, para evitar las multas en las carreteras, se inició en noviembre pasado y se ha convertido en una historia de debate nacional. Los carabineros investigan quién está detrás, si una o varias personas.

De momento, se le ha dado el nombre de 'Fleximan', que corresponde a la sierra radial eléctrica utilizada para cortar las torres o columnas que sostienen los radares. Hasta ahora se han destruida una veintena en las regiones de Véneto, Lombardía y Emilia-Romaña.

Para representar a 'Fleximan' sólo existen decenas de imágenes creadas mediante software de inteligencia artificial, que hacen que la popular figura del momento sea representado con la ropa de Superman o la de Flash, mientras sobrevuela las ciudades en busca de radares.

En Padua apareció incluso un grafiti de 'Fleximan', representado como la protagonista de la película Kill Bill, dirigida por Tarantino, con interpretación de Uma Thurman, con la katana en mano y un radar derribado. Aunque el fiscal de Treviso, Marco Martani, ha declarado estos últimos días que el apoyo social al autor de la destrucción de radares podría constituir una apología del delito, hay quienes todavía simpatizan con 'Fleximan'. Algunos alcaldes le hacen concesiones al mostrar comprensión. Es el caso de la regidora Sarah Gaiani, abogada, de 36 años, de Villanova di Camposampiero, municipio de 6.100 habitantes en la provincia de Padua (Véneto). Gaiani ha declarado a varios medios italianos que los radares derribados en su zona probablemente no serán reinstalados: «Debemos tener en cuenta el desacuerdo de la gente, no podemos ignorarlo», dijo Gaiani.

 

El fenómeno que se está desencadenando en torno al esquivo 'Fleximan', lleva a algunos a considerar a la persona o grupo que está detrás como una especie de héroe. Este lunes, el Corriere della Sera, principal periódico italiano, publicó esta carta de un lector: «Nuestro país cuenta con el mayor número de radares instalados en las carreteras: 11.130 detectores automáticos de velocidad, más que Gran Bretaña, Alemania y Francia. Las autoridades locales recaudan cada vez más ingresos por multas, con un aumento de más del 60 por ciento. Por eso los automovilistas se sienten irritados, acosados por las multas y la multiplicación de los controles.

Con demasiada frecuencia, los radares se instalan con el único fin de ganar dinero y utilizar a los ciudadanos como cajeros automáticos», escribe Gabriele Salini. Le responde el director del Corriere della Sera, Luciano Fontana, destacando que no se puede considerar a 'Fleximan', símbolo de la destrucción de los radares, «como un superhéroe y ni siquiera un pequeño Robin Hood que defiende a los oprimidos por las multas». Resalta el director Fontana que «si hay límites de velocidad y hay un instrumento que señala su incumplimiento, la culpa de la multa es el conductor, que va demasiado rápido poniendo en riesgo su seguridad y la de los demás. A menos que se quiera argumentar que uno puede hacer lo que quiera en las carreteras». «No quisiera -concluye el director del Corriere della Sera- que quienes gobiernan pretendan hacer un guiño a una idea errónea de libertad personal, en la que cada uno hace lo que le da la gana. Incluso aunque el costo para los demás (y a veces para ellos mismos) sea muy alto». El líder de la Liga, Matteo Salvini, vicepresidente y ministro de Transportes, afirmaba el 21 de enero en las redes sociales: «Hay que parar la jungla de radares. Estamos trabajando -añadió- para limitar su uso a los casos en los que existen problemas reales de seguridad, evitando que se utilice para gravar y acosar a los trabajadores».

 La conocida criminóloga, Simona Ruffini, considera que «el descontento por las multas se extiende a los ciudadanos, que se sienten de alguna manera reivindicados» por la destrucción de los radares. Ruffini ha trazado un perfil de 'Fleximan', que estaría lo más alejado de un héroe. La criminóloga lo describe como alguien que puede sufrir «un trastorno de personalidad antisocial», caracterizado por «desprecio de las normas y leyes, la realización de actos ilícitos y fraudulentos y destrucción de bienes públicos».

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