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Francisco dice que los obispos que hayan encubierto abusos «tienen que hacerse cargo de esa irresponsabilidad»

Repite que «la Iglesia está abierta a todos, también a los homosexuales. Recibe a todos y ayuda a cada uno en su propio camino»

El Papa niega tener problemas de visión: He recortado los discursos para no aburrir a los jóvenes

El Papa se despide de los jóvenes en Portugal: «No tengáis miedo»

El Papa ha atendido a los periodistas durante más del media hora, durante el vuelo a Roma. En vídeo, las declaraciones del Papa. J. Martínez-Brocal | VÍDEO: VATICAN MEDIA
Javier Martínez-Brocal

Javier Martínez-Brocal

A bordo del avión papal

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No parece que el calor ni el cansancio de Lisboa hayan hecho mella en el Papa de 86 años. Francisco ha llegado a la zona trasera del avión veinte minutos después de despegar y durante media hora no ha esquivado las cuestiones más polémicas de su viaje a Portugal, desde los abusos en la Iglesia, hasta la situación de homosexuales católicos o la moral de los jóvenes de la JMJ.

Aclara en primer lugar que no tiene problemas en los ojos y que el viernes dejó de lado un discurso durante la visita a una parroquia sencillamente «porque había un foco luminoso que me molestaba». Añade que ha evitado leer otros discursos que tenía preparados en este viaje «para no aburrir a los jóvenes, que pierden la atención después de 8 minutos de homilía».

Por ejemplo, en la vigilia del sábado por la noche no leyó los folios que llevaba en la mano, y en el rosario del sábado en Fátima se vio cómo adaptó sobre la marcha el discurso que tenía preparado y que no recitó la oración que tenía prevista según la agenda. «En Fátima recé por la paz, pero no hice publicidad», ha justificado.

Las palabras más duras las ha reservado para los abusadores y los obispos que han encubierto abusos. Una comisión independiente convocada por los obispos lusos reveló en febrero que desde el año 1950 y hasta 2022, al menos 4.815 menores fueron abusadospor miembros de la Iglesia en Portugal.

«Es grave, es grave. Ante los abusos, tolerancia cero. Hay que tomar el toro por los cuernos. Y los pastores que de alguna manera no lo hicieron, tienen que hacerse cargo de esa irresponsabilidad. Veremos el modo concreto», ha adelantado. Ha añadido que «el proceso (contra los abusos) en Portugal va bien, estoy notificado de cómo van las cosas. Aunque quizá las noticias lo agrandaron».

Francisco ha dado detalles de su reunión a puerta cerrada el miércoles con víctimas de abusos. «Hablar con personas abusadas es una experiencia dolorosa. Me hace bien, me ayuda a hacerme cargo de este drama. En Lisboa dialogamos sobre esta tremenda peste», ha confesado.

Ha reconocido que hasta la crisis de los abusos en Boston (año 2000), «en la Iglesia se seguía la conducta que más o menos se sigue ahora en las familias y en los barrios». «Ayuden a que todo tipo de abusos sea solucionado», -ha pedido a la prensa, «también la explotación laboral de niños, la mutilación genital femenina y la explotación sexual de menores por Internet».

«La Iglesia abierta a todos»

Su expresión más repetida en esta JMJ ha sido que «la Iglesia está abierta a todos, todos, todos». Le preguntan «cómo es posible, si las mujeres no pueden recibir el sacramento del sacerdocio y la Iglesia no admite a los homosexuales». Ha respondido que se trata «de dos planos diferentes».

Lo central es que «cada uno encuentra a Dios para su propia vida en la Iglesia, y que la Iglesia guía a cada uno por su propio camino como una madre. También a los homosexuales, a todos. Hay quien cree que la Iglesia es como una empresa que para entrar hay que hacer las cosas de un modo específico». «Lo importante es la paciencia, acompañar a cada uno, paso a paso, hacia su propia maduración. La Iglesia es una madre que recibe a todos y cada uno sigue su propio camino», repite.

Recuerda por otro lado que «el hecho de que las mujeres no puedan recibir un sacramento -en referencia a la ordenación sacerdotal-, no significa que la Iglesia esté cerrada para ellas, porque es una norma de la legislación interna sacramental».

El Papa estaba visiblemente satisfecho por la JMJ de Lisboa, «es la mejor organizada de las que he vivido». Pensando en el millón y medio de jóvenes que han participado, ha respondido a quienes ponen en duda que sean jóvenes que aceptan integralmente la moral católica. «Bueno, ¿quién de nosotros no ha cometido un error moral en su propia vida, contra uno de los mandamientos? Dios es misericordioso y va más allá».

Ha asegurado además que se encuentra «mejor de salud». «Me han quitado los puntos de la operación de julio y hago vida normal, pero debo usar una faja». «Tendré que llevarla durante dos meses, hasta que los músculos se curen», ha explicado.

Sale al paso de críticas en Francia por viajar en septiembre a Marsella, sin considerarlo una visita al país. «No tengo nada contra Francia. Estoy visitando los países pequeños y dejo para después los países grandes», ha dicho. «Voy a Marsella porque me preocupa la situación en el Mediterráneo, la explotación de emigrantes en los campos de concentración en el norte de África. En Europa son más cultos y no los explotan. Pero el Mediterráneo es un cementerio, y el norte de África es un cementerio aún más grande», ha explicado, adelantando los temas del viaje que hará el 22 y el 23 de septiembre. Aún no había regresado a Roma, y ya está pensando en su próxima salida.

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