Un psiquiatra desvela las seis cosas de las que más nos arrepentimos antes de morir
El reputado psiquiatra Enrique Rojas, revela algunas de las inquietudes que más se repiten en la mente de quienes se acercan al momento de su muerte
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Un experto en psiquiatría desvela las cosas de las que más se arrepiente la gente al final de la vida
Pensar en la muerte no es algo que se haga habitualmente y, de hacerlo, es importante saber gestionar cómo nos sentimos frente a ese destino inevitable que a todos nos aguarda. En la vorágine que supone la rutina diaria para casi cualquier persona, estamos pendientes de lo que ocurre en un presente o un futuro muy próximo, incluso a veces nos anclamos al pasado, y en pocas ocasiones tenemos presente que un día la vida se termina.
En su nuevo libro 'Comprende tus emociones', Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría y Psicología Médica y director del Instituto Rojas-Estapé de Psiquiatría, abarca un manual para ayudarnos a gestionar y reconocer lo que sentimos, intentando hacernos llegar a un equilibrio emocional. El experto ha recibido recientemente el premio Pasteur de la Asociación Europea de Competitividad por su trayectoria profesional.
Dentro de los muchos temas que trata, en este artículo destacamos los sentimientos y emociones que las personas experimentamos al acercarnos a la muerte, pues, como psiquiatra, ha acompañado a muchas personas que se acercan al final de su vida, por lo que cuenta con una gran experiencia en analizar y recoger qué sienten la mayoría de personas en esos momentos tan complejos.
Siguiendo una recopilación recogida por Telva, a continuación te contamos las cosas de las que más se arrepienten o se lamentan quienes ya están cercanos a la muerte, momento en el que ya se ha aceptado este destino y se suele realizar un 'examen de conciencia' y de vida en el que se valora lo que hemos hecho y lo que no.
Cosas de las que más se arrepiente la gente cuando se acercan a la muerte
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Vivir para el trabajo: Según el psiquiatra Rojas: «Son mayoría los que se arrepienten de haber trabajado demasiado. De pasar la vida con una sobrecarga profesional excesiva, de haber vivido para trabajar, y, en esos momentos estelares de lucidez total, sienten que su vida ha estado descompensada, que ha faltado equilibrio entre los diferentes ingredientes de los que debe ser la existencia de un ser humano»
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Pasarlo mal sin necesidad: adelantarse a los acontecimientos os sobredimensionar lo que nos pasa también es algo de lo que muchos se arrepienten: «Haber sufrido mucho por asuntos y problemas que realmente no tenían tanta importancia», indica el experto.
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No haber disfrutado más de la vida: Según explica Rojas: «Esto tiene un amplio espectro: desde no haber sido capaz de captar y gozar de cosas positivas de la vida ordinaria, en una especie de carpe diem (aprovecha el momento, vive esto y saboréalo), pasando por no haber planificado tiempo libre para uno y buscar esas satisfacciones según las aficiones que uno ha fomentado. Saber descansar también es un arte. Y, al mismo tiempo, ser organizado para dar lo que más nos relaja en el tiempo libre, que es una manera de retratarse»
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Haber dedicado poco tiempo a la familia: Algo que también se repite bastante cuando no nos queda ya más tiempo de vida. «Hoy lo vemos esto con bastante frecuencia. De hecho, tiene mucha actualidad la figura del padre/madre ausente, que es aquel que no ha tenido casi influencia en la educación de sus hijos, por no tener tiempo y haber dejado esta tarea en manos de la madre/padre, porque la profesión le ha absorbido demasiado y no ha tenido presencia psicológica y afectiva con sus hijos».
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No haberse atrevido a hacer lo que realmente se quería: Tener demasiado en cuenta lo que los demás esperan de uno mismo es algo que suele ocurrir a la gran mayoría. «Esto tiene mucho que ver con atreverse a ser uno mismo. Saber desarrollar la propia personalidad, puliendo y limando las aristas y puntos negativos de la misma, con la ayuda de los más cercanos y, a la vez, trabajar el programa personal diseñado previamente, teniendo claros los objetivos y luchando y batallando por irlos alcanzando», aclara el psiquiatra.
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No haber tenido mayor y más sólida espiritualidad: Esto tiene que ver con creer en algo que hubiera facilitado dar respuesta a los grandes interrogantes de la vida, según indica Rojas.
Aunque estas consideraciones dependen de la experiencia vital de cada persona y de muchos otros aspectos por los que pueden variar los elementos de la lista anterior, esta se basa en la experiencia de un experto en psiquiatria que ha estado presente en estos últimos momentos de la vida de muchas personas.
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