Evaluación de adultos de la OCDE: «Los alumnos que pincharon en PISA no han mejorado en diez años, han ido a peor»

¿Qué significa eso? Pues, según los especialistas, que «algo no funciona bien» . «Con los años deberíamos ser más competentes y este informe dice justo lo contrario», precisan. «Los adolescentes que hace años, en el Informe PISA, presentaban bajos niveles en estas materias no han mejorado en esta última década sino todo lo contrario, se alejan más de sus coetáneos en los países de la OCDE, han ido a peor», coinciden los especialistas, que reclaman «una mejora urgente del sistema educativo y más formación continua para frenar esta tendencia que acaba impactando en la economía, en la salud de la población y, por ende, en su bienestar».

«Evaluaciones como PIACC, de largo plazo porque se realizan cada diez años, reflejan que los malos datos de PISA se agudizan con el paso de los años y eso es preocupante», precisa Oscar Marcenaro, quien recuerda que ha aumentado también la distancia con respecto a la OCDE. Eso, a juicio del catedrático, tiene una primera lectura: que España no ha hecho los deberes en formación continua. «El hecho de que perdamos competencia durante la vida adulta, significa que el aprendizaje a lo largo de la vida no se produce», señala Marcenaro. Y relaciona esa falta de formación durante el trayecto vital con «un empeoramiento de la economía, en general y el aumento de los desajustes laborales».

Recuerda, en este sentido, uno de los datos del PIACC: que el 43% de los encuestados declara que está ocupando un puesto laboral para el que no ha sido formado, es decir, que no corresponde con su campo de estudio. «La universidad no está preparando a las personas para lo que demanda el actual mercado laboral y eso impacta en la economía pero también en la salud de las personas», indica el catedrático de la Universidad de Málaga. Recuerda en este sentido, que los países nórdicos son los que declaran en PIACC una mayor satisfacción laboral, y son también países en los que la demanda del mercado y la oferta de las universidades están más ajustados, lo que no sorprende a la vista de los resultados de PIACC.

Irene Ferrando, presidenta de la Comisión de Educación de la Real Sociedad Matemática Española (RSME) y profesora de Didáctica de las Matemáticas en la Universidad de Valencia, considera «bajos» los resultados de España en matemáticas y pone énfasis en el alto porcentaje de población adulta con nivel bajo o muy bajo de rendimiento. «Un 31% de la población adulta tiene una baja competencia matemática y eso es preocupante», señala Ferrando. Considera, igualmente, alarmante los pocos adultos brillantes en las competencias evaluadas.

«PIACC confirma la tendencia que también se identifica en las pruebas PISA o TIMSS, donde la proporción de estudiantes con alta competencia matemática está muy por debajo de la media de la OCDE», explica la experta. Al igual que Marcerano insta a los gobiernos a que «tomen medidas a largo plazo para mejorar la educación de los estudiantes» y subraya la necesidad de que la población siga formándose a lo largo de la vida.

Relativiza, sinembargo, el impacto de la edad en las marcas obtenidas por la población adulta en este nuevo informe. «Obviamente, los resultados varían según la franja de edad, pero en este caso, las diferencias son menores que la media de la OCDE, es decir, que la diferencia en la competencia matemática y en resolución de problemas entre adultos de 55 a 65 años y jóvenes de 25 a 34 es menos acusada en España que en la OCDE».

Sin embargo, apunta como factor determinante los cambios sociales y demográficos de los últimos años.«Estos datos hay que leerlos teniendo en cuenta los cambios sociales en España, concretamente los cambios demográficos, pues la proporción de adultos nacidos en el extranjero aumentó en los últimos años y este perfil que no ha seguido la escolarización en España tiende a tener un nivel educativo más bajo (a menudo trabajan en empleos de baja cualificación que requieren menor formación)», puntualiza la experta.

El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga reconoce también el impacto de la inmigración en estos últimos años y señala, en este sentido, una tendencia «preocupante»: «La distancia, en cuanto a resultados, entre la población nativa y la población inmigrante nacida en el extranjero no ha aumentado en estos últimos años, lo que significa que el sistema educativo español no está mejorando porque, dado el inferior nivel de esta población, la brecha con los autóctonos debería ser mayor», precisa en declaraciones a ABC.