España entra oficialmente en una sequía de larga duración tras tres años con déficit de lluvias
Las precipitaciones del invierno no han logrado revertir la escasez y la predicción estacional para la primavera no da señales de mejorar la situación
Europa se seca en pleno invierno y se prepara para un verano sin agua

Tras tres años consecutivos de escasez de lluvias, España ha entrado oficialmente en una sequía de larga duración, además de en una «sequía socioeconómica», aquella en la que el déficit hídrico ya causa perjuicios a los ciudadanos o a la economía. No parece que la situación vaya a terminar a corto plazo. La predicción para la primavera no da señales de unas precipitaciones lo suficientemente abundantes como para compensar la escasez.
Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ofrecidos este viernes reflejan que España recibió este invierno un 3% más de lluvia de lo normal. En total, entre diciembre y febrero se recogieron 194 litros por metro cuadrado. Sin embargo, esta cantidad no ha logrado eliminar la sequía general. El pasado diciembre el país entró oficialmente en un escenario de escasez de larga duración, caracterizado por abarcar al menos tres años con precipitaciones por debajo de lo normal.
«Si nos vamos a los últimos tres años, España está en una sequía de larga duración», ha explicado el portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, en rueda de prensa. «Es incipiente, solo llevamos dos meses», ha puntualizado, pero habrá que estar alerta.
Las cuencas de acumulación (parecidas a las hidrográficas) más afectadas por la escasez de lluvias son las del Guadalquivir, Sur y Pirineo oriental, algo que de hecho se refleja en el agua embalsada. Los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica indican que la reserva hídrica del Guadiana está al 34,7%; la del Guadalquivir al 25,8% y las cuencas internas de Cataluña están al 27,2%, lo que ha obligado a la Generalitat a aplicar restricciones en más de 300 municipios. En conjunto, los embalses españoles están al 51,2 por ciento de su capacidad total. Han mejorado desde principios de diciembre, cuando estaban al 35,7%, pero siguen muy por debajo de la media de la última década (63,6%).
La escasez de precipitaciones se refleja a todas las escalas de tiempo. Si solo se tienen en cuenta las precipitaciones de los últimos 12 meses, España también está en sequía meteorológica. En este periodo, la sequía ha afectado «a todas las cuencas de acumulación salvo las del Tajo, el Júcar y el Segura, que están ligeramente fuera», ha explicado Del Campo.
Por ahora la actual sequía meteorológica no es la más intensa de las vividas en España. Se han registrado antes otras más duras, como la de 1992-1995 o la de 2005-2007, así como en los años de 2012 y 2017.

Sin embargo, la primavera no parece que vaya a revertir la situación. Marzo está siendo cálido y seco. Las lluvias hasta ahora han estado un 36% por debajo de lo normal, ha explicado Del Campo. Y de cara a los próximos meses, «no se ven claras anomalías de precipitaciones como las que harían falta para revertir la sequía».
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El escenario más probable es el de una primavera con precipitaciones en torno al promedio normal, aunque podría tener un carácter más lluvioso de lo normal en la vertiente atlántica (es decir, buena parte del oeste y zona central de la Península) y más seco de lo normal en la vertiente mediterránea y Balear. «Los modelos no se decantan por una primavera especialmente seca… ni lluviosa», ha explicado el portavoz. Además, la primavera y el verano podrían tener un caracter cálido. Si se confirma, todo podría llevar a «un verano complicado de incendios», ha avisado Del Campo, debido a la sequedad de la tierra, la falta de agua y las altas temperaturas.
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