Enfermos neurológicos y de cáncer, los que más pidieron la eutanasia
En 2023 se practicaron un total de 334 eutanasias, 35 más que el año anterior. España ha atendido 1.515 solicitudes desde que entró en vigor la ley
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En 2023 se llevaron a cabo un total de 344 eutanasias
Desde que en junio de 2021 entró en vigor la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE) y hasta diciembre de 2023, España ha recibido un total de 1.515 de solicitudes de eutanasia. La mayor cifra se alcanzó el año pasado, con 766 peticiones, casi 200 más que en 2022 (576). Según el informe publicado este jueves por el Ministerio de Sanidad, se llevaron a cabo en 2023 un total de 334 eutanasias, 35 más que el año anterior, cuando fueron 299.
Cataluña fue la comunidad autónoma que más peticiones recibió el año pasado (219), así como la que más eutanasias realizó (94). En Madrid, la segunda en cifra de peticiones, se solicitaron 89 y se autorizaron 35. En Ceuta y Melilla no consta ninguna solicitud. En porcentaje de eutanasias practicadas respecto a la solicitadas, sin embargo, son otras comunidades las que encabezan el listado. En Extremadura y Murcia se practican el 100% de las que se piden, pero el año pasado solo hubo 2 en cada una de las regiones. El porcentaje de las realizadas es del 81 por ciento en País Vasco, donde de las 58 peticiones se llevaron a cabo 47. En Andalucía el porcentaje fue del 56 por ciento, con 43 peticiones y 24 eutanasias que se practicaron.
En total, de las 766 solicitudes de 2023, se aceptaron el 76%. Hubo 188 que fueron denegadas, pero tras presentarse 78 reclamaciones 32 se resolvieron favorablemente. Desde que la ley entró en vigor y hasta el pasado 31 de diciembre España ha realizado 697 eutanasias.
La mayoría de las solicitudes se dieron en las personas de entre 70 y 79 años. La media de edad de los solicitantes de la eutanasia en 2023 fue de 68,78 años y la mediana de 78,46 años. En concreto, 7 personas tenían menos de 30 años, 19 personas tenían entre 30 y 39 años, 57 personas estaban entre los 40 y 49 años, 106 entre los 50 y 59 años, 181 personas entre 60 y 69 años, 215 entre 70 y 79 años y 181 de ellas eran mayores de 80 años. No hay prácticamente diferencias entre sexos, pues la pidieron 389 hombres y 377 mujeres.
Cáncer y enfermedades neurológicas
El cáncer y las enfermedades neurológicas fueron el año pasado las principales causas por las que se pidió la eutanasia. De las 766 solicitudes, 271 fueron de pacientes oncológicos, 266 de personas con enfermedades neurológicas, 49 con pluripatología orgánica severa, 24 personas tenían enfermedades respiratorias, 13, cardiológicas y en 105 casos no se especifica la enfermedad.
La mayoría de las eutanasias se llevaron a cabo en hospitales (159) pero las que se practicaron en domicilios suponen también una cifra alta (147). Del resto, 19 fueron en instituciones sociosanitarias y otras 9 en centros no hospitalarios. La inmensa mayoría fueron en centros públicos. En 316 de los casos fue el personal sanitario el que administró los fármacos para ayudar a morir a las personas que así lo solicitaron, pero hubo 18 casos de autoadministración.
Revocaciones
Además, de las 766 solicitudes de 2023 hubo 21 revocaciones, es decir, casos en los que las personas solicitantes optaron finalmente por que no se les practicara la eutanasia. Otras 33 personas pidieron aplazar el procedimiento.
La realización de la eutanasia tuvo una espera media de 67 días desde la solicitud. Y hubo 190 personas que fallecieron esperando la eutanasia, el 24,8 por ciento del total de solicitantes. La media de fallecimientos antes de que se practique la eutanasia se sitúa en 30 días.
El procedimiento para solicitar la eutanasia se inicia con una primera solicitud, presentada por escrito y en presencia de un profesional sanitario, que debe contener la fecha y firma de ambas partes. Durante todo el proceso hay un médico responsable que verifica que se cumplen los requisitos para que el paciente pueda morir por eutanasia, como que tenga una enfermedad grave e incurable y plena capacidad para decidir en el momento de la solicitud. Si no se cumplen, el facultativo emite un informe desfavorable a la Comisión de Garantía y Evaluación (CGyE), ante la que la persona interesada puede reclamar en un plazo de 15 días. Si se cumplen, el médico informa al enfermo sobre su diagnóstico, las alternativas de tratamiento, los cuidados paliativos disponibles y las prestaciones sociales a las que podría tener derecho. Una vez pasados quince días de esa primera solicitud la persona que pide la eutanasia debe hacer una segunda solicitud y el médico deberá consultar con otro compañero sobre el caso, que emitirá otro informe. Si este es favorable a la eutanasia, deberá realizarse otra valoración con otro sanitario y un jurista que podrán revocarla o autorizarla definitivamente.
La inmensa mayoría de los profesionales que han atendido estos procesos en el tiempo que lleva la ley en vigor han sido médicos de familia, pero también neurólogos, oncólogos o geriatras han participado en los procesos de solicitudes de eutanasia.
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