Así se ha concentrado la población española en un puñado de grandes ciudades
Madrid, Valencia, Zaragoza y Málaga están en su pico histórico de población
Siete de cada diez localidades vivieron su esplendor demográfico antes de 1960
España crece, pero envejece
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Madrid, Valencia, Zaragoza, Málaga, Murcia, Palma de Mallorca y Alicante están en su pico histórico de población. La inmigración interna hacia las grandes urbes y la ubicación de la inmigración externa es el factor desequilibrante en la competición ... entre localidades por atraer nuevos vecinos. En cambio, la mayoría de los municipios españoles hace tiempo que vivieron su apogeo. A pesar de que la población española ha pasado de treinta millones de habitantes en la década de los sesenta a casi cincuenta millones hoy, siete de cada diez localidades no sólo no se han beneficiado de esos veinte millones de personas extra, sino que han perdido población.
El siguiente mapa muestra el momento de esplendor demográfico de cada uno de los municipios españoles actuales, contando los censos desde 1900 a 2023, recogidos en las estadísticas del INE. Pincha en cada municipio para conocer la evolución de su población y cuándo alcanzó su población máxima.
Madrid capital es el gran núcleo de absorción de población, con una corona metropolitana que se extiende hasta las regiones limítrofes. Las provincias de Guadalajara y Toledo, que habían perdido población con el éxodo rural, viven hoy su esplendor demográfico por el efecto de la metrópoli. Municipios madrileños como Rivas-Vaciamadrid en el censo de 1981 no llegaba a los 700 habitantes, y hoy son más de 100.000; Tres Cantos no existió hasta 1991, y hoy cuenta con 50.000 vecinos.
Corona metropolitana
La población de Madrid capital, no obstante, se ha mantenido relativamente estable en el siglo XXI, con un ligero incremento, a la espera de los nuevos desarrollos urbanísticos que supondrán un nuevo impulso a la metropolización. Entre la ciudad central y su corona se da una situación de complementariedad, no de competencia. La dinámica se articula en conjunto, con una ciudad central como foco de atracción, pero con un mayor crecimiento demográfico en las afueras.
Así, por ejemplo, Sevilla o Barcelona han perdido población en comparación con décadas pasadas, pero se ha compensado con creces por el crecimiento de su corona. Sevilla capital ha perdido habitantes paulatinamente desde que alcanzó su pico con 705.000 vecinos en el censo de 1991, mientras que su corona ha crecido por miles.
Barcelona capital también vivió su pico en el censo de 1981, con 1.750.000 habitantes, 10.000 más que en el censo de 2023. En el caso de la corona metropolitana de Barcelona, es su segunda corona la que vive una reciente expansión, ya que la primera, con localidades como L'Hospitalet de Llobregat o Badalona, al igual que la capital, vivió su apogeo en los años ochenta.
El litoral mediterráneo es un gran núcleo de atracción de población actual, con prácticamente todas sus localidades en su esplendor demográfico. De las diez ciudades más pobladas de España, Murcia, Palma de Mallorca y Alicante son las que más han crecido este siglo.
Éxodo rural
La situación más desfavorable la sufren las ciudades medias interiores, con los efectos negativos que eso tiene para las zonas rurales más desfavorecidas, que dependen de estos núcleos para dinamizar su territorio. De las ocho capitales de provincia que más población han perdido este siglo, seis son de Castilla y León. Todas han perdido población la última década, y ni siquiera el crecimiento de su corona compensa la caída demográfica. Todas las provincias de la región excepto Valladolid vivieron su esplendor a mediados del siglo XX.
Siete de cada diez municipios españoles vivieron su momento de esplendor demográfico antes de 1960, el comienzo de una década que supuso un impulso del éxodo rural ya en marcha. El éxodo rural se notó sobre todo en pequeños municipios, especialmente en provincias del interior. La provincia de Teruel, en su conjunto, logró su esplendor demográfico en la primera década del siglo XX, con más de 250.000 habitantes, más que entonces las provincias de Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife o Guipúzcoa. Un siglo más tarde tiene la mitad de población y solo supera a la provincia de Soria, que hoy cuenta con menos de 90.000 habitantes, la mitad que la registrada en el censo de 1950.
Los damnificados no siempre eran pueblos pequeños. Algunas localidades eran tan grandes como Écija, entonces el segundo municipio por tamaño de población en la provincia de Sevilla. Llegó a los 50.000 habitantes en 1960, pero en apenas diez años perdió 14.000 vecinos. Aunque ha conseguido mantenerse y no perder más población desde entonces, ya tan solo es la sexta localidad sevillana, superada por municipios de la corona metropolitana de la capital como Dos Hermanas o Alcalá de Guadaíra, ahora en su pico demográfico.
Reconversión industrial
La reconversión industrial fue otro agitador demográfico, con el vaciamiento de los centros de producción. Las provincias de Vizcaya y Asturias, por ejemplo, vivieron su esplendor demográfico en los años 80 del siglo XX. Mientras que la población española ha aumentado en su conjunto desde entonces, en Vizcaya solo han conseguido mantenerse, y Asturias se ha dejado un 10% de habitantes, con localidades entonces industriales como Mieres y Langreo que han perdido la mitad de población. Bilbao llegó a tener 430.000 habitantes, según el censo de 1981, mientras que hoy son 100.000 menos. Superada por Alicante, ya ni siquiera está entre las diez más pobladas de España
Ocaso de la minería
Uno de cada cuatro municipios actuales vivieron su esplendor demográfico antes de 1910. La mayoría son pueblos pequeños, pero no todos. Las localidades más grandes que alcanzaron un tamaño que después no han podido igualar eran fundamentalmente centros mineros. En La Unión (Murcia) vivían más de 30.000 personas, según el censo de 1900, más habitantes que en Pamplona, Tarragona o Vigo. Hoy son apenas 20.000 vecinos, diez veces menos que en las otras ciudades. A principios del siglo XX, La Unión estaba entre las treinta localidades con más habitantes de toda España, mientras que hoy a duras penas se mantiene entre las veinte con más población de la Región de Murcia.
Cuevas del Almanzora (Almería), Valdés y Salas (Asturias) son otros casos de grandes municipios mineros que alcanzaron su esplendor a finales del siglo XIX o en la primera década del siglo XX, pero que jamás se volvieron a recuperar del cierre de sus minas. En Cuevas del Almanzora y Valdés, de los cerca de 25.000 vecinos que llegaron a ser ahora no llegan a la mitad; y en Salas, de los casi 20.000 habitantes que llegaron a habitar la localidad ahora apenas se cuentan 5.000 vecinos.
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