La campaña para que a partir de 2025 se celebre la Pascua a la vez en todas las Iglesias cristianas
Se barajan tres hipótesis de solución, que combinan política, religión y astronomía
El Papa felicita a su «hermano» Bartolomé en el 30 aniversario de elección como Patriarca Ecuménico

Aunque técnicamente los cristianos celebran la resurrección de Jesús el domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera del hemisferio Norte, esto no significa que la celebren el mismo día, pues hacen el cálculo de modos diferentes. Algo ... que podría cambiar a partir del año 2025, pues muchos presionan para unificar la conmemoración. La cuestión es más delicada de lo que parece y combina cuestiones políticas, religiosas y astronómicas.
El problema se remonta a los primeros siglos del cristianismo, pues según los relatos de la Pasión de Mateo, Marcos y Lucas, Jesús celebró el Jueves Santo la cena de Pascua, y según Juan, Jesús murió el mismo día de Pascua. Ya entonces, algunas comunidades la celebraban coincidiendo con la Pascua judía, o sea, el día 14 (o luna llena) del mes de Nisán, y otras esperaban al domingo sucesivo para distinguirse. Como resultado, en el siglo IV había al menos cuatro modos de calcular el día de esta fiesta.
Pare resolver la cuestión, el Concilio de Nicea, en el año 325, estableció que la Pascua se celebraría el domingo que sigue a la primera luna llena después del equinoccio de primavera y que no podía coincidir con la Pascua judía, en cuyo caso se aplazaría una semana.
La cuestión se enrevesó de nuevo cuando en 1582 el papa Gregorio XIII reformó el calendario precisamente para que la Pascua se acercara al equinoccio de primavera solar, y los países ortodoxos no adhirieron a esta reforma. Aunque han pasado casi 450 años, aún la mayoría de las Iglesias ortodoxas calculan las fechas a partir del calendario antiguo – el «juliano», introducido por Julio César- que tiene un desfase de hasta trece días respecto al nuestro, y que llega a «retrasar» la Pascua hasta cinco semanas.
Como resultado, aunque los católicos, ortodoxos, coptos, protestantes, anglicanos y los cristianos orientales creen en la Resurrección, la conmemoran a la vez en muy pocas ocasiones, cuando la luna llena toca lejos del 21 de marzo.
Como en 2025 el Concilio de Nicea cumplirá 1700 años, y por casualidades astronómicas, todos los cristianos celebrarán la Pascua al mismo tiempo, se ha reabierto el debate sobre la oportunidad de que los líderes cristianos alcancen un acuerdo sobre esta cuestión para esa misma fecha. En noviembre, el principal líder de la Iglesia ortodoxa, el Patriarca Bartolomé, aseguró que junto al Papa está explorando alternativas para conseguirlo. También en 2014 lo propuso al Pontífice el papa de la Iglesia copta de Egipto, Tawadros II, y Francisco dio su disponibilidad a convertirlo en realidad.
«Unidad visible de las iglesias»
Uno de los foros más activos en esta iniciativa es el Consejo Mundial de Iglesias, en el que se sientan representantes de todas las confesiones cristianas. «Todos creemos en el único Jesucristo y por lo tanto, debería ser un objetivo deseado por todos que celebremos juntos la fiesta de su Resurrección, en un mismo momento», explica a ABC su moderador, el obispo luterano alemán Heinrich Bedford-Strohm. Asegura que ha «hablado con el Papa sobre esta posibilidad» y que «Francisco comparte nuestro deseo de avanzar hacia la unidad visible de las Iglesias».
Tradicionalmente, la Iglesia católica ha sido muy reacia a la posibilidad de modificar esta fecha. Cuando a principios del siglo XX el entonces Patriarca Ecuménico de la Iglesia ortodoxa sondeó la posibilidad entre los suyos, Roma se negó preventivamente a afrontar la cuestión. Años más tarde, en el Concilio Vaticano II, en 1963, aseguró que si había un acuerdo entre todas las Iglesias, aceptaría modificarla la fiesta.
«Si el criterio para uniformar la fecha es solo funcional, no creo que valga la pena sincronizar los calendarios. Pero si la unificación implica un paso ecuménico significativo, lo valoraría positivamente», confía a ABC Francesco Patton, superior de los franciscanos en la Custodia de los Santos Lugares de Tierra Santa.
En general, todos coinciden en el valor de celebrarla juntos, aunque Patton, más práctico, subraya que «lo esencial no es conmemorar la Resurrección el mismo día, sino que celebremos todos ese mismo misterio». Apunta además que celebrar la Pascua en fechas diferentes tiene también algunas ventajas. «Paradójicamente, en el lugar más importante para la celebración de la Pascua, es decir, el Santo Sepulcro de Jerusalén, es mejor celebrarla en fechas distintas, porque cuando los calendarios coinciden todo se vuelve mucho más complicado desde todos los puntos de vista, incluido el orden público y la seguridad», explica Francesco Patton.
Explica que «el doble calendario nos permite felicitarnos dos veces, y celebrar la fiesta con calma y dignidad, evitando normalmente las tensiones que inevitablemente surgen cuando coinciden las fechas».
A lo largo de los años, se han propuesto varias soluciones. La primera es celebrarla un día fijo, por ejemplo, el segundo o el tercer domingo de abril. La apoyan tradicionalmente las Iglesias protestantes, y algunas Iglesias orientales como la copta o la siro ortodoxa. Esta opción rompería con siglos de continuidad de celebrarlo según el mismo criterio bíblico que siguió Jesús y difuminaría su vínculo con la Pascua judía.
Lo más fácil sería celebrarla en todo el mundo calculando la fecha según el calendario gregoriano, que es el más extendido civilmente. Esta opción no es vista con buenos ojos por los líderes ortodoxos, pues en el siglo XX provocó pequeños cismas en sus Iglesias.
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Por eso, lo más probable es que, de celebrarse el mismo día, se haga haciendo el cálculo según el calendario juliano, desfasado respecto al equinoccio. «Dado que las Iglesias occidentales están dispuestas incluso a renunciar a la norma de Nicea en aras de la unidad, en su lugar podrían renunciar a la idea de mantener la precisión astronómica», bromea la teóloga luterana Dagmar Heller en una publicación del monasterio de Bose, comunidad ecuménica situada en Italia.
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