Un antiguo empleado de OceanGate revela que la tragedia del submarino Titán era «inevitable»
David Lochridge, exdirector de operaciones, contó en la audiencia del hundimiento del batiscafo que solía discutir con el director porque la compañía solo buscaba «ganar dinero», subestimando las cuestiones técnicas
El dueño de Oceangate no quiso hacer caso de las advertencias: la Guardia Costera comienza las audiencias sobre el hundimiento del Titán
![Sumergible Titán](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2024/09/18/oceangate-RfJddleM74tSaC0znFyhxuJ-1200x840@diario_abc.jpg)
La Guardia Costera de Estados Unidos ha iniciado este lunes una audiencia sobre la implosión del sumergible privado Titán en el que murieron cinco personas en un viaje al Titanic el año pasado. La audiencia, de dos semanas de duración, presentará evidencia sobre qué salió mal y si un fallo físico o de diseño contribuyó al accidente, que atrajo la atención mundial.
David Lochridge, exdirector de operaciones de OceanGate, era uno de los testigos más esperados. Durante sus declaraciones este martes, calificó de «inseguro» el sumergible experimental, y añadió que discutía con el cofundador de la compañía frecuentemente porque sentía que se vulneraba por completo la seguridad de los viajeros. «La idea detrás de la empresa era ganar dinero, había muy poco en el campo de la ciencia», dijo Lochridge.
«Me sentía como un muñeco de exhibición»
Lochridge se incorporó a la empresa a mediados de la década de 2010 como ingeniero veterano y piloto de sumergibles y dijo que rápidamente se sintió utilizado para dar credibilidad científica a la empresa. Explicó que sentía que la empresa lo estaba vendiendo como parte del proyecto «para que la gente viniera y pagara dinero», y eso no le sentó bien. «Me sentía como un muñeco de exhibición», dijo. «La empresa me obligaba a pararme allí y dar charlas. Era difícil. Tenía que subir y hacer presentaciones. Todo eso».
Lochridge hizo referencia a un informe de 2018 en el que planteó cuestiones de seguridad sobre las operaciones de OceanGate y afirmó que con todos los problemas de seguridad que vio «no había forma de que aprobara esto». «La tragedia era inevitable», lamentó el ingeniero. Cuando se le preguntó si tenía confianza en el modo en que se estaba construyendo el Titán, dijo: «Ninguna confianza en absoluto». Finalmente, afirmó que fue despedido tras planear sus preocupaciones sobre la seguridad del Titán.
El dueño de OceanGate no quiso hacer caso de las advertencias
El testimonio de Lochridge se realizó un día después de que otros testigos pintaran una imagen de una empresa en problemas que estaba impaciente por lanzar al agua su embarcación de diseño poco convencional. El exdirector de ingeniería de OceanGate, Tony Nissen, dio inicio al testimonio del lunes diciendo a los investigadores que se sintió presionado para preparar el barco para bucear y se negó a pilotarlo. Nissen trabajó en un prototipo de casco anterior a las expediciones del Titán. «No voy a entrar en esto», afirmó Nissen haberle dicho a Stockton Rush, director ejecutivo de la empresa, que estabe entre los que murieron en la implosión.
Además, Nissen comentó que Rush «no se había inmutado» después de enterarse de que un posible impacto de un rayo en 2018 sobre el sumergible podría haber ocasiones problemas en el casco. Rush, que se negó a creer las noticias sobre los daños, insistió en que «todo estará bien», dijo Nissen, según el testimonio de la audiencia publicado en 'The New York Times'.
La implosión del Titán
Se cree que el buque, que tenía aproximadamente el tamaño de un todoterreno, implosionó durante su descenso el 18 de junio de 2023. El Titán perdió contacto aproximadamente una hora y 45 minutos después de sumergirse en el océano, y se produjo una misión de rescate de varios días que cautivó al mundo antes de que finalmente se confirmara la falla del submarino el 22 de junio. Se presume que las víctimas murieron instantáneamente en el desastre, que ocurrió bajo la aplastante presión del Atlántico Norte a una profundidad de más de dos millas (casi cuatro kilómetros).
Además de Rush, las otras cuatro personas a bordo del Titán eran el explorador británico Hamish Harding, el experto en submarinos francés Paul-Henri Nargeolet, el magnate británico-paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman. Se encontró un campo de escombros a 500 metros de la proa del Titanic, que se encuentra a 640 kilómetros de la costa de Terranova, Canadá.
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