Ante el desafío de la Iglesia alemana
El Vaticano recuerda que los asuntos doctrinales son competencia de los concilios
El Papa salió al paso de alarmismos sobre el «camino sinodal» de la Iglesia en Alemania con una carta a los obispos en junio de 2019
En una carta escrita en español y dirigida «al pueblo de Dios que peregrina en Alemania», el papa Francisco manifestó el 29 de junio de 2019 su deseo de «brindarles mi apoyo, estar más cerca de ustedes para caminar a su lado y ... fomentar la búsqueda para responder con valentía a la situación presente».
Su mensaje, firmado en la fiesta de San Pedro y San Pablo, salía al paso de alarmismos sobre el «camino sinodal» de la Iglesia en Alemania y aportaba algunos elementos de a nálisis sobre las causas del declive del sentimiento religioso en Alemania y Europa , al tiempo que sugería modos para buscar soluciones entre todos pues «sínodo» significa en griego «caminar juntos», laicos y clérigos.
Y, naturalmente, «hablar juntos» de todos los temas, en una línea constructiva que implica «escucha» serena de todas las opiniones: las bien fundamentadas y las erróneas. El sínodo es un instrumento pastoral y consultivo. Las decisiones las toman los obispos y el Papa, pero solo después de haber escuchado activamente a los fieles.
Aparte del sínodo de Alemania, hay otros en fase preparatoria en Australia, Irlanda, Italia e incluso uno a nivel continental: la «asamblea eclesial» convocada por el Consejo Episcopal Latino Americano (CELAM).
En el verano de 2019, la congregación de los Obispos, sin embargo, recordó a la conferencia episcopal de Alemania que los asuntos doctrinales son competencia de los concilios. Las dudas fueron clarificadas en una visita posterior del entonces presidente de los obispos alemanes y miembro del consejo de cardenales del Papa, Reinhard Marx.
El pasado 21 de mayo, el Papa ha extendido al mundo entero un «camino sinodal» - precisamente sobre el modo de entender los sínodos- que inaugurará el obispo de cada diócesis el 17 de octubre e incluirá después de la fase diocesana una nacional. Con la síntesis de las aportaciones nacionales se abordará, por primera vez, un debate de las conferencias episcopales continentales antes del encuentro final en Roma en octubre de 2023.
Según la subsecretaria del Sínodo de Obispos en Roma, Nathalie Becquart, el largo proceso de estudio y debate ayudará a pasar «de una Iglesia clerical a una Iglesia sinodal».
A este proceso se oponen ruidosamente obispos y sectores conservadores - sobre todo, norteamericanos- que ya hostigaron los sínodos precedentes a través de sus terminales mediáticas.
El cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de Obispos y coordinador de todos los trabajos, ha precisado que «no se trata de democracia, ni de populismo. Se trata de que la Iglesia es el Pueblo de Dios, y este pueblo, por el bautismo, es sujeto activo de la vida y de la misión de la Iglesia».
Según Grech, la etapa «jerárquica» de esas asambleas, necesaria en la fase confusa del post-concilio Vaticano II, «no puede ser la modalidad ordinaria de vivir la comunión eclesial, que necesita circularidad, reciprocidad, camino juntos, en el respeto de las distintas funciones del pueblo de Dios».
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