Uno de los padres de AstraZeneca denuncia que las dosis de refuerzo en países ricos provocarán miles de muertes en el resto
Junto al director ejecutivo de la Alianza para las Vacunas, reconocen que estas «han traído esperanza» en medio de la tristeza
Quiénes necesitarán ponerse una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus
¿Habrá tercera dosis de AstraZeneca?
Si millones de personas reciben dosis de refuerzo de la vacuna contra el Covid-19 sin que se haya demostrado científicamente que es necesario, «la historia recordará el momento en que los líderes políticos decidieron rechazar su responsabilidad para con el resto de ... la humanidad en la mayor crisis de nuestras vidas». Con estas duras palabras, Andrew Pollard , el jefe del grupo de vacunas de la Universidad de Oxford y uno de los padres de la vacuna de AstraZeneca, y Seth Berkley, el director ejecutivo de la Alianza para las Vacunas Gavi, denunciaron este viernes en una columna publicada en el diario británico 'The Guardian' que priorizar las dosis de refuerzo para los habitantes de los países ricos provocarán miles de muertes en el resto del mundo.
Ambos expertos reconocen que las vacunas, que califican como «un triunfo de la ciencia», «han traído esperanza» en medio de la tristeza por las millones de muertes provocadas por la pandemia, pese a lo cual «miles de personas siguen muriendo de Covid cada semana». «Los hospitales están abrumados y muchos países están desesperados, pidiendo con urgencia vacunas porque prácticamente no tienen ninguna. Estamos en esta posición simplemente porque las dosis que tenemos no se distribuyen primero a quienes tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente o, peor aún, de morir», aseguran, y afirman que «la gran mayoría de las personas que morirán de Covid este año podrían haberse salvado si hubiéramos hecho las cosas bien ». A esto se suma que, según su criterio, «vacunar a quienes están en riesgo en todas partes es en nuestro propio interés» ya que esto «puede reducir el riesgo de que surjan nuevas variantes y aliviará la presión sobre los sistemas de salud, abrirá los viajes, resucitará la economía global y elevará la autoridad internacional de los políticos para asumir ese liderazgo moral».
Estas declaraciones llegan después de que el Gobierno británico anunciara su intención de inyectar una tercera dosis de refuerzo a los mayores de 50 años antes del invierno . Francia, Alemania, Israel y Estados Unidos también están a favor medidas similares. Pero más allá de la discusión ética y moral, Pollard y Berkley se basan en los datos científicos actuales para justificar su oposición a las dosis de refuerzo, que sí consideran que podrían ser necesarias para ciertos grupos vulnerables . «El enfoque de la política de vacunación no puede estar en mantener niveles muy altos de anticuerpos para prevenir una infección leve», escriben, y añaden que «si nos enfocamos solo en los niveles de anticuerpos, podríamos terminar vacunando a todas las personas repetidamente para hacer frente a un virus que sigue mutando» y destacan que «el objetivo de la vacunación no es evitar que las personas contraigan infecciones leves» sino «prevenir la hospitalización y la muerte».
«Este es un momento clave para los tomadores de decisiones», reclaman ambos científicos en el texto, en el que avisan que la puesta en marcha de programas de «dosis de refuerzo «a gran escala en un país rico enviaría una señal a todo el mundo de que se necesitan refuerzos en todas partes. Esto absorberá muchas dosis de vacunas del sistema y muchas más personas morirán porque nunca tuvieron la oportunidad de recibir una sola dosis». «No debemos apresurarnos a dar dosis de refuerzo a millones de personas, mientras el tiempo se agota para aquellas que no tienen ninguna. Primeras dosis primero. Es así de simple», concluyen.
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