Huida de médicos en Baleares: dos oncólogos para 70.000 habitantes
Los médicos abandonan las islas Baleares por los bajos sueldos, el peso del catalán y el precio de los alquileres
El jefe de Oncología de Ibiza también se marcha: «Tenemos radioterapia pero no hay especialistas»
¿Que se va Sergio?» Al otro lado del teléfono, Dalila Vallejo se acaba de enterar de que su oncólogo se marcha a trabajar fuera. La renuncia del jefe de oncología del hospital público Can Misses de Ibiza ya es oficial. Se va Sergio Sánchez pero antes se fueron Iker López e Iria González. En apenas un año y medio, este servicio del hospital público ibicenco ha sufrido la salida de tres profesionales , sumada a la sonada renuncia de Rafa Morales en 2010 tras negarse a reducir el tiempo de atención que dedicaba a cada paciente y rechazar crear listas de espera o derivar casos a la atención primaria.
La actual plantilla autorizada por Can Misses es de cuatro oncólogos, pero con esta renuncia se queda en dos y otro a media jornada. La gerencia busca desesperadamente tres oncólogos para llegar a cinco y atender la gran demanda que tiene la Isla .
«Es una gran pérdida porque aparte de las condiciones económicas, lo importante para un especialista es formar parte de un proyecto, tener formación continuada, tener residentes para estimular el prurito académico y crear una escuela. Si a esta carencia le añades los problemas más materiales, como el sueldo y las ofertas de otros hospitales , el éxodo no para», lamentan sus colegas.
Cambios y errores
También los pacientes de cáncer se quejan de la falta de personal en este servicio especialmente castigado por la falta recursos sanitarios y por la continua movilidad de la plantilla. A Beatriz- nombre ficticio-, de 73 años, le han cambiado varias veces de médico desde que empezó el tratamiento por un cáncer de riñón hace cinco años . La última vez que fue a la consulta la atendió una sustituta: «La pobre iba tan de bólido que se confundió y me preguntó si me habían operado de la vejiga», cuenta con condescendencia. Ahora está pendiente del resultado del TAC pero los oncólogos no dan abasto y su consulta de seguimiento se ha pospuesto 'sine die'.
Hace apenas un mes, Oncología se quedó puntualmente con dos médicos por diversas incidencias y las agendas tuvieron que reorganizarse, aunque no afectó a las primeras visitas ni al comité de tumores, precisan desde el hospital. Ahora, justo cuando habían cogido un poco de oxígeno, se marcha Sergio Sánchez , quien se incorporó a la plantilla del Can Misses en mayo de 2011, procedente del hospital sevillano Virgen del Rocío, con la ilusión de cambiar las cosas, implantar una técnica de ganglio centinela sin medicina nuclear y fichar un cirujano vascular. « Con el tiempo se pierde la ilusión », reconocen sus compañeros por la saturación del servicio.
Desde este mes de marzo, el servicio balear de Salud envía oncólogos de Mallorca a Ibiza para reducir la lista de espera de las citas de revisión. Pasan consulta trece días al mes y hacen doble turno, por la mañana y tarde , explican desde el área de salud de Ibiza y Formentera, que calculan que de esta forma se podrá atender a 260 pacientes adicionales mensuales. «Es una solución parcial pero no es lo mismo», avisan los pacientes, que reclaman una plantilla estable para sentirse en manos de su oncólogo.
A la Asociación Española Contra el Cáncer de Baleares (AECC) llegan quejas de enfermos por la falta de calidad asistencial, el retraso en los tratamientos médicos y, sobre todo, por la falta de oncólogos. «No puede ser que te cambien al médico a mitad de tratamiento porque se va a otra ciudad porque aquí la carga de trabajo es inaguantable», denuncian los enfermos.
Un destino que no compensa
Tras muchos años de reivindicación, el servicio de Radioterapia en Ibiza se hizo realidad en 2016. Hasta entonces, los pacientes tenían que trasladarse a Palma para recibir su tratamiento con los costes económicos y emocionales que eso suponía. «Ahora tenemos el servicio de Radioterapia pero no hay médicos», se queja Laura Ferrer , presidenta de la asociación contra el cáncer Better Life Ibiza, que advierte de que los casos han aumentado un 10% en el último año en la Isla mientras las plantillas siguen mermadas.
La insularidad, el alto precio del alquiler y los contratos precarios hacen que médicos y empleados públicos en general prefieran trabajar en la península o en Canarias, donde el plus de residencia en este archipiélago es muy superior al de Baleares. « Cobramos 100 euros al mes, mientras en Canarias son casi 600 euros más trienios , lo que asciende a los 800 o 1.000 euros mensuales más de plus», cifran desde el Sindicato Médico de Baleares.
La losa del catalán
Con un plátano en la mano, la Plataforma por la Igualdad de los Servicios Públicos (Unisep) se manifiesta periódicamente en la calle para exigir la equiparación del plus de residencia con Canarias. La falta de profesionales afecta a los hospitales, pero también a los juzgados o las comisarías. «Los políticos ni nos han recibido ni han movido un dedo», lamenta Claudio Triay , portavoz del Sindicato Médico en Menorca, molesto porque PSOE y Podemos han votado en contra. El jefe de Oncología de Can Misses se va precisamente a Canarias, «donde tendrá mejor sueldo, irá menos agobiado y tendrá más tiempo para formación», cuentan resignados sus colegas.
Otra de las trabas es el idioma. «La ley autonómica exige a los médicos el título B1 para optar a una plaza en propiedad o una interinidad, algo que no sucede en otra región; además, aquí la lengua vehicular en los colegios es la catalana, y si tienen hijos eso les hace repensarlo», apunta Triay sobre el efecto disuasorio del requisito lingüístico.
Aparte del déficit de oncólogos, en Can Misses hay carencias en otras especialidades. « En Anestesia hay 24 plazas pero hay gente con reducción de jornada , y cada vez que tienen problemas, vienen de un centro privado de Mallorca. En radiología, de las 10 plazas sólo hay cinco cubiertas, por eso se han inventado el 'anillo radiológico' que consiste en que los técnicos de rayos hacen los cortes y desde otra autonomía leen las imágenes. Luego hay especialidades como reumatología, que ha crecido de forma bestial . Los cinco cardiólogos están desbordados, los cuatro neumólogos se quedan cortos y los digestólogos no están cubiertos. Los internistas se han visto desbordados con la pandemia y han necesitado la ayuda de otros compañeros; los urgenciólogos son 24 pero hay un problema serio porque están por debajo de las necesidades para cubrir bien las urgencias hospitalarias; y los anestesistas, cuando tienen problemas para cubrir, vienen de un centro privado de Mallorca», resume Carlos Rodríguez, portavoz del Sindicato Médico en Ibiza.
«Para un médico venir a Ibiza debería ser un premio y no un castigo», reivindica Rodríguez, que destaca la « altísima » competencia de otros hospitales españoles para captar profesionales. Reconoce que aquí hay que echar mano de médicos no homologados para garantizar la asistencia a la población.
« Esto es un descontrol », critica Dalila, que ha lanzado una campaña en las redes para pedir al Gobierno balear que garantice una asistencia sanitaria de calidad. En su caso, tardaron ocho meses en diagnosticarle dos tumores malignos desde que acudió por primera vez al médico de cabecera con síntomas. Pide que no vuelva a pasar. Ahora que iba todo bien se queda sin oncólogo. «Es un profesional excelente, me entendía bien con él y era el único que quería venir a pasar consulta a Formentera», lamenta esta paciente oncológica de 28 años, que se plantea volver a Toledo con su madre para seguir el tratamiento.
En el Hospital público Mateu Orfila de Menorca hay una baja de media cada mes. La última afecta al servicio de Hematología tras la salida de María Cerdá, que se ha ido a Cataluña alegando la falta de incentivos para quedarse y el alto precio de vida por la insularidad. Cerdà llegó hace apenas un año para ocupar la baja de Pilar Galán. «Continuamente estamos con rotaciones; esto se ha convertido en un hospital de paso», denuncia Claudio Triay, portavoz del Sindicato Médico, que asegura que el Mateu Orfila busca cirujanos, digestólogos, rehabilitadores y hematólogos.
Menorca se ha convertido en un lugar de paso: «Hay bajas continuas»
«Hace poco también se han ido dos digestólogos: uno se jubiló y el otro -que tenía plaza fija- se fue a Francia porque le ofrecían un contrato mejor . A su vez se fue también su mujer, que era endocrina y ya sólo quedan dos de una plantilla de cuatro», cuenta Triay. Como parche, Salud ha enviado digestógolos los fines de semana desde Mallorca. La falta de estos especialistas ha impedido iniciar la campaña de detección de cáncer de colon.
El problema añadido es que las plantillas envejecen y hay servicios donde la mitad de los médicos no hace guardias.
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