Doña Manolita reabre hoy sus puertas en el número 22 de la calle del Carmen
El nuevo local, a 90 metros del de Gran Vía, es el cuarto emplazamiento de la popular administración desde su fundación en 1904
Decenas de jugadores de lotería recorrieron ayer la Gran Vía con cierta sensación de desamparo. Buscaban en vano la suerte de Doña Manolita , esos «polvo mágicos» que hasta ahora repartía la fortuna en el número 31 de la principal arteria de Madrid. Eran los últimos en enterarse de que la administración con más solera de la capital cerró definitivamente el pasado viernes la que ha sido su casa durante los últimos 80 años .
Pero no hay que desesperar. Hoy Doña Manolita reabre sus puertas en la que será su nuevo hogar: la calle del Carmen 22 .. «Ya toca abrir de nuevo. Ayer se pasó muchísima gente por Gran Vía y por el nuevo local, un poco desubicada porque aún estábamos cerrados. Teníamos que atar los últimos detalles de la mudanza», comenta Concha Corona, la administradora actual.
El nuevo local, a apenas 90 metros del anterior, presenta diversas novedades. Para empezar es ligeramente más amplio y está a pie de calle, con lo que desaparecen los tres escalones de acceso. Además Doña Manolita contará a partir de ahora con una ventanilla extra, con la que se espera aliviar un poco las interminables colas tan típicas de diciembre y «la fiebre del oro» por la Lotería de Navidad .
Más de un siglo de mudanzas
El de la calle del Carmen será el cuarto emplazamiento de Doña Manolita desde que, en 1904, la susodicha Manolita de Pablo abriera con 25 años su primer local en San Bernardo 18. Allí, frente a la que por entonces era la Universidad Central, comenzó a ganar una gran clientela entre los estudiantes. No solo por su fama de atraer suculentos premios, sino por tratarse -según dicen- de una de las vecinas más atractivas y agradables del barrio.
De ahí Doña Manolita puso rumbo en 1931 a su local de Gran Vía, donde permaneció hasta su muerte en 1951. Paralelamente, la familia se puso a despachar billetes en la Puerta del Sol, en un local que permaneció allí hasta 1987, fecha en la que se convirtió en una tienda de regalos.
En 1951, Doña Manolita falleció sin descendencia , y la Administración de Sol pasó a manos de su hermana Carmen y luego a manos del hijo de esta. La familia dejo de ser propietaria de la administración de Sol en 1987, al ser vendida a manos ajenas. La misma suerte corrió el despacho de la Gran Vía. Sin embargo, aquellas ventas no le hicieron perder ni un ápice de su fama, como demuestran las larguísimas colas que se asoman cada año a partir del mes de noviembre y que este año se trasladarán a la calle del Carmen.
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