¿Deben vacunarse antes los sanitarios y mayores? «No, no sería ético»
19 expertos en Ética proponen dar prioridad a los países con menos recursos y con mayor transmisión de la enfermedad
Rechazan el criterio de la OMS de repartir por número de habitantes o por edad porque beneficiaría a los países ricos
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Primero fue la carrera para conseguir una vacuna eficaz. Pero cuando se alcance esa meta científica comenzará una lucha política para conseguir el mayor número de dosis. Sabemos que no habrá suficientes vacunas para abastecer a la población mundial. El próximo debate de los países ... será decidir a quién da prioridad en la inmunización . ¿A los sanitarios que trabajan en primera línea? ¿al personal de servicios esenciales? ¿a las poblaciones de más de 65 años y con mayor riesgo de morir? En definitiva, cuál sería el reparto más justo y equitativo.
Esta reflexión es la base de un artículo que firman 19 relevantes expertos en ética y salud global en la revista «Science» . Tras estudiar las propuestas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros expertos han lanzado su propia iniciativa que ha bautizado como «Modelo de Prioridad Justa».
Aunque se ha avanzado poco para describir un marco de distribución global para las vacunas del Covid-19 han surgido dos propuestas principales. La primera apuesta por vacunar primero a los sanitarios y a las poblaciones de alto riesgo, como los mayores de 65 años o con enfermedades asociadas. La OMS, sin embargo, sugiere que todos los países reciban dosis proporcionales a la cantidad de población . La Comisión Europea sigue este criterio de proporcionalidad para repartir las vacunas adquiridas a través de la compra centralizada. Ese criterio dejará a España unos 30 millones de dosis en una primera fase.
Más dosis en manos de países ricos
Pero desde un punto de vista ético, ambas estrategias tienen fallos graves, advierten el artículo firmado por Ezekiel Emanuel y otras 18 firmas más. «Se asume erróneamente que la igualdad requiere tratar de manera idéntica a países en diferentes situaciones», señala el experto en ética médica de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.). Si se da prioridad a los países por el volumen de personal médico y población mayor de 65 años, «dejaría en manos de los países ricos el mayor número de dosis», advierten . Además, opinan que médicos y enfermeros tienen acceso a equipos de protección personal -mascarilllas, guantes, batas..- y otros métodos que no reduciría sustancialmente el daño en los países con más recursos y buenos sistemas de salud.
Emanuel también argumenta que si se tiene en cuenta la proporción por número de habitantes, se trataría por igual a todos. Cuando lo justo sería «responder de manera equitativa a sus diferentes necesidades».
Tres valores fundamentales
En su opinión, los tres valores fundamentales que deberán tenerse en cuenta al distribuir una vacuna entre países deberán ser: beneficiar a las personas y limitar el daño, priorizar a las personas más desfavorecidas, así como tratar con la misma preocupación moral a todas las personas.
Su «Modelo de Prioridad Justa», como lo llaman, se centra en esos principios. El objetivo no es distribuir de forma equitativa entre países sino con la idea de evitar el mayor sufrimiento posible y número de muertes prematuras con una vacuna . Su enfoque es que la vacuna pueda evitar la muerte y daños permanentes en la salud, consecuencias indirectas para la salud, tensión en el sistema de atención médica y daños en la economía.
El Modelo de Prioridad Justa daría ventaja a los países más pobres y con tasas de transmisión elevadas . «Nadie estará a salvo si no estamos todos a salvo», como ha recordado en varias ocasiones la Organización Mundial de la Salud, temiendo el acopio de fármacos de los países desarrollados.
Contra el acopio de vacunas
Sería razonable, dicen, que los países se concentren en la distribución de vacunas dentro de sus fronteras hasta que la tasa de transmisión sea inferior a 1 , momento en el que no habría razón para hacer acopio de una vacuna. «Cuando un gobierno alcance el límite de la parcialidad nacional, debería lanzar vacunas para otros países», dicen.
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