Cataluña lanzó su plan estrella de cribado masivo sin tener la logística preparada
Los centros de investigación que debían hacer parte de los 300.000 tests previstos admiten que la Generalitat se precipitó; sólo se han realizado un 10%
![Profesionales sanitarios realizan test PCR en los Centros de Atención Primaria](https://s3.abcstatics.com/media/sociedad/2020/05/30/cribado-coronavirus-kBlB--1248x698@abc.jpg)
Con las UCIS colapsadas por la punta epidémica y los profesionales sanitarios en estado de shock por el violento envite de la infección y la falta de recursos para sortearlo. Así gestó en los últimos días de marzo la Generalitat su plan estrella de ... cribado masivo de la población, que consistía en poner a los tres centros de investigación de referencia y a las universidades a trabajar a destajo para que en solo seis semanas realizaran 170.000 test de diagnóstico PCR (la consejera de Salut, Alba Vergés, elevó después la cifra a 300.000) de cara a una desescalada segura en Cataluña. El plan, según explican a ABC algunos de los encargados de materializarlo, «naufragó por la falta de previsión del Govern, que no tuvo en cuenta las complicaciones logísticas que conllevaría».
La orden de materializar el proyecto salió del propio presidente catalán, Joaquim Torra. El día 28 de marzo, el «president» junto a la consejera de Empresa, Àngels Chacon y el director general de Investigación, Joan Gómez Pallarès, mantuvieron una reunión telemática con los responsables de los tres centros catalanes de referencia en investigación biomédica -el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, el Instituto de Investigación Biomédica (IRB, por sus siglas en catalán) y el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC)-, según ha informado a ABC uno de los presentes en el encuentro. Las autoridades sanitarias catalanas querían calibrar si la capacidad tecnológica de las tres infraestructuras permitía sustentar su ambicioso proyecto, que pretendía multiplicar la capacidad diagnóstica de Cataluña en muy poco tiempo.
¿Cuántas PCR podéis hacer en vuestros centros?, le preguntaron los políticos a los investigadores. De esa reunión nació el «Programa Orfeo», un proyecto que emergía con la voluntad de que la excelencia en investigación de Cataluña y, en una segunda fase las universidades, trabajaran a toda máquina, las 24 horas del día y los siete días de la semana, para poder realizar 170.000 pruebas PCR en el tiempo récord de seis semanas. La consejera de Salud, Alba Vergés, anunció el plan el 7 de abril a bombo y platillo y avanzó también que lo dotaría de 1,38 millones de euros . Sacó pecho y amplió las pruebas hasta las 300.000. La realidad, sin embargo, fue muy diferente. El «Programa Orfeo» debía ponerse en marcha el 20 de abril pero no arrancó hasta el 4 de mayo, y a día de hoy en los tres centros de investigación implicados sólo se han realizado una quinta parte de las pruebas (32.000 en el CRG y unas 6.700 en el IRB y el IBEC).
No habrá segunda fase
Ante el estrepitoso fracaso del programa catalán, la Generalitat anunció el pasado día 22 de mayo que la segunda fase del proyecto quedaba desactivada . Alegó que como la epidemia está más controlada no es necesario mantener ese refuerzo de tests. Los profesionales de la atención primaria que han estado recogiendo las muestras y los titulares de los centros de investigación implicados en el plan tienen una visión diferente de lo acontecido.
Meritxell Sánchez-Amat, médico de cabecera del Centro de Atención Primaria (CAP) Besós y responsable del Foro Catalán de Atención Primaria (Focap) explica a ABC el «despropósito» que ha supuesto el proyecto. El grueso de los tests del programa debían realizarse en puntos calientes de la epidemia, como residencias, centros penitenciarios, centros de internamiento de salud mental y mutuas, según precisan fuentes de la consejería de Salud. Las muestras las tomaban los profesionales de los ambulatorios colindantes a estas instalaciones. También algunos CAPs de Barcelona entraron en el programa realizando pruebas a pacientes con síntomas. Sánchez-Amat trabaja en uno de esos ambulatorios. A su juicio, uno de los principales problemas de este «despropósito» de plan ha sido el retraso en la obtención de resultados. «Debían llegar en 12 o 24 horas y nos han llegado al cabo de seis días, lo que ha hecho que, ante la incertidumbre de no saber si el paciente está o no infectado, lo aisláramos de forma preventiva junto a sus contactos más directos», apunta Sánchez-Amat.
¿Por qué naufragó el plan de cribado masivo del Govern? Los implicados coinciden en que el gran escollo fue la falta de previsión del gobierno autonómico , que no tuvo en cuenta que para arrancar el proyecto no sólo era necesario tener la capacidad tecnológica para realizar los tests, sino que se requería también un sofisticado mecanismo informático para garantizar un proceso ágil y eficiente desde la toma de muestras hasta el diagnóstico. «Las autoridades sanitarias no pensaron en la complicada logística que conllevaba. La Generalitat hizo un planteamiento naïf y los centros también pecamos de ingenuidad», dice a ABC el director del CRG de Barcelona, Luis Serrano. Su centro es el eje principal del proyecto, ya que debía realizar 100.000 de los 170.000 planteados. A día de hoy sigue recibiendo muestras, unas 1.800 diarias, frente a las cerca de 3.000 que recogía al inicio. Serrano asegura que el 95 por ciento de las mismas se procesan en menos de 48 horas. El investigador Jorge Domínguez, coordinador de gestión científica del IRB, coincide con él en que hubo precipitación al lanzar públicamente el proyecto . «Los resultados están rápido, el problema es que nosotros, una vez están procesados debemos volcarlos en un sistema para que los virólogos de los hospitales emitan el diagnóstico y lo envíen a los centros y ahí se acumulan demoras», señala. La falta de personal para recoger las muestras, debido a las necesidades de la pandemia, y el desbordamiento de los especialistas que debían emitir el diagnóstico han sido, según reconocen, «dos cuellos de botella importantes». La Generalitat ha ordenado a los centros que el 23 de junio se entierre finalmente este ambicioso proyecto que nació condenado al fracaso.
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