Suscríbete a
ABC Premium

Más fiebre, más dinero

Se supone que Sierra Leona ha cerrado sus fronteras para contener la epidemia de ébola. Pero en África todo es relativo

Más fiebre, más dinero eduardo s. molano

eduardo s. molano

«Tienes 36,1». La cifra apenas dibuja una leve arruga en el rostro pétreo del sanitario. En el control militar de las afueras de la ciudad de Kenema, al este de Sierra Leona, están para pocas bromas.

Ante la epidemia de Ébola que asuela la región, el jueves, el Gobierno de Freetown declaraba la situación de cuarentena en los actuales epicentros del brote: los distritos de Kenema y Kailahun. En virtud del nuevo mandato, desde entonces, los accesos de entrada y salida a ambas regiones se encuentran sellados, permitiéndose tan solo los desplazamientos de efectivos militares y humanitarios. Aunque siempre hay fórmulas para saltarse bloqueos.

El periplo migratorio había comenzado mucho antes. Son las doce de la mañana, y en la jefatura de Policía de Kenema, el asistente del comandante duerme, con leves ronquidos. Despertado por nuestra entrada, se excusa en la sobrecarga de trabajo: desde que se iniciara la epidemia de virus Ébola a comienzos de año, solo en Sierra Leona se han registrado 647 contagios, con 237 muertes . Casi la totalidad en Kenema y Kailahun. Tras su primer gesto amable, llega la bofetada: «El comandante tiene otras preocupaciones mayores que otorgar permisos de salida. Tendréis que esperar 50 días para salir hacia Freetown», asevera.

Incapaces de hacerle entrar en razón y cabreados por nuestra primera derrota moral, decidimos acudir directamente al control militar. Situado a las afueras de Kenema, este se encuentra custodiado por una decena de militares. La orden es clara: ningún civil puede pasar. Sin embargo, tras un par de chistes, intercambio de papeles y un vistazo a nuestro pasaporte, uno de los militares accede a que continuemos nuestro camino hacia la capital del país, Freetown. Nuestro conductor, quien ha llevado el peso de las negociaciones, jura y perjura que no ha pagado nada «Es un conocido de mi familia. Tan solo nos pide que vayamos a la garita médica», asegura.

Dinero de mano en mano

Después de escuchar en los últimos tres días loas políticas (que no civiles) a este bloqueo militar, sorprende la facilidad para atravesar un dispositivo encaminado a cortar de raíz la epidemia. Mas aún, cuando, junto a nosotros, otros dos sierraleoneses lo cruzan a pie. El dinero circula de mano en mano a ambos lados de la frontera. «Voy a Bo (segunda ciudad del país) y a medio camino entre Kenema», reconoce uno de nuestros acompañantes. Mi mujer se encuentra enferma y no me puedo quedar aquí 50 días», añade. Detrás de nosotros, un centenar de civiles, obligados a quedarse, protesta airadamente.

Sin tiempo para grandes debates morales, a los pocos metros nos reciben cuatro sanitarios a cara descubierta. ¿Su único arma frente al virus? Un termómetro. No hay presentaciones. El proceso, totalmente electrónico, apenas se demora un segundo «Tienes 36,1», nos comunica el galeno. «Prosigue», añade. La ciudad de Kenema, el actual foco del virus, queda ya atrás. Sus cerca de 200.000 almas, también No habrá más controles.

«Sabes, lo del Ébola, yo creo es una estupidez», comienza a debatir uno de los sierraleoneses antes de comenzar a andar. «Para mí, que es obra del Gobierno», añade. Su compañero de fatigas suspira cómplice. Se despiden hacia Bo. A las dos horas de camino, le pregunto al conductor qué hubiera pasado si hubiéramos dado en el control unas décimas de fiebre. «Ni idea. Supongo que habría sido más caro», confiesa.

Más fiebre, más dinero

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación