La oposición sustituye el debate de educación por la bronca política
La mayoría absoluta del Grupo Popular rechazó la devolución de la ley, pero la tensión hizo acto de presencia desde el inicio del debate

Entre amenazas de moción de censura al Gobierno y peticiones de dimisión por el caso Bárcenas, el clima parlamentario de este martes, probablemente, el más hostil de la legislatura. Sin duda, el menos idóneo para defender, contra toda la oposición, la que se ha convertido en una de leyes más polémicas y cuestionadas de la era Rajoy: la reforma orgánica de la ley educativa. La Lomce se enfrentaba a once enmiendas de totalidad que el ministro de Educación, José Ignacio Wert , intentó repeler con un argumento directo. «Si queremos un sistema educativo que les permita obtener resultados adecuados en las pruebas internacionales, es un ejercicio de responsabilidad abordar la reforma del sistema educativo».
La mayoría absoluta del Grupo Popular rechazó la devolución de la ley, pero la tensión hizo acto de presencia desde el inicio del debate. No había arrancado la sesión y el PSOE, UPyD e Izquierda Plural pedían la palabra para protestar contra la decisión de los populares de celebrar hoy Pleno sin sesión de control -preguntas- al Gobierno. Era sólo la primera de las interferencias en un debate educativo que estuvo salpicado de alusiones, llamadas al orden e incluso expulsiones de la tribuna de oradores por el caso Bárcenas.
Atisbando el Pleno que se avecinaba, Wert tomó la palabra dispuesto a poner en valor los beneficios que acarreará la nueva ley y combatir los principales ataques que está encajando. Pero no había hecho más que comenzar su alocución y sus señorías de la Izquierda Plural se ponían en pie ataviados con la camiseta verde reivindicativa de la escuela pública, y portando pancartas en las que se podía leer « Gobierno dimisión, elecciones ya ».
El presidente del Congreso, Jesús Posada , tuvo que interrumpir el Pleno, llamar al orden hasta dos veces y amenazar con expulsar del Pleno a los diputados de la Izquierda Plural para que éstos abandonaran su protesta. Wert, no obstante, no se dejó amedrentar y siguió con su extensa exposición. Casi una hora que transcurrió sin más interrupciones en las que el titular de Educación repasó los principales objetivos de la ley, reducir la tasa de abandono escolar temprano y mejorar la empleabilidad de los jóvenes, recalcando que el actual sistema no proporciona los resultados deseados. Además, combatió la furiosa acusación de CiU y PNV -la recentralización de competencias-, haciendo hincapié en que la Lomce realiza «una nueva distribución de competencias más acorde con la Constitución».
Numerito en el Pleno
La intervención de los grupos estuvo marcada por un tono aún más combativo. Como común denominador, la acusación de que la nueva ley nace sin consenso, es intervencionista, segregadora, expulsa a los alumnos con dificultades, asalta el sistema de becas o atenta contra la igualdad de oportunidades. Una vez más, la tensión alcanzó su punto álgido en el turno de los partidos minoritarios de la izquierda, que anteponen el «numerito» al debate como estrategia de cabecera para arañar espacio en los medios de comunicación.
El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, dejó a un lado del debate educativo para centrar su intervención en el caso Bárcenas pese a las advertencias de Posada que acabó retirándole la palabra por desviarse del orden del día. Minutos después, fiel a su estilo, el portavoz de ERC, Joan Tardà, hizo uso de sus descalificaciones habituales para cargar contra el nuevo sistema educativo. El consabido «fascista» o «su clasismo no tiene perdón» además de aventurar que Cataluña «no acatará» la nueva ley o dedicar el apelativo de «carcuña política» al PP y al Gobierno. Esto superó el aguante de un diputado popular que, a gritos desde su asiento, vociferó una acusación de «payaso» que resonó en el Pleno. «Si yo soy payaso imagínese cuando se mira usted en el espejo», le replicó desde la tribuna de oradores como si de una pelea de barrio se tratara.
Al Constitucional
Las aguas se apaciguaron, relativamente, con la subida a la tribuna de las grupos más mayoritarios. Ninguno dejó pasar la oportunidad de reclamar la comparecencia del presidente del Gobierno por el caso Bárcenas durante su intervención lo que acabó de politizar el debate educativo pero el grueso de las alocuciones se centró en la educación. UpyD avisó de que la Lomce no resuelve los principales problemas del sistema actual. En una dura intervención, el portavoz de educación del PSOE, Mario Bedera, advirtió de que su grupo no va a «consentir» que la ley «se quede así» por lo que adelantó que «llegaremos hasta donde haga falta» apuntando a un recurso ante el Tribunal Constitucional. «Usted es pasado y la ley nace muerta» llegó a asegurar después de subrayar que «nunca antes una reforma educativa tuvo tanta contestación social» y fue «repudiada por todos».
Wert retomó la palabra crecido, acusando al resto de oradores de realizar un «ejercicio destructivo» y una exhibición de «ignorancia palmaria», lo que desató los apalusos en la bancada popular y las protestas en el resto. El ambiente de «bronca» era tal que la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, tuvo que interrumpir el Pleno otra vez para pedir a sus señorías: «Guarden silencio y demuestren que son parlamentarios». Wert, ya más calmado, fue rectificando las aseveraciones de los grupos a los que pidió «dejar a un lado la propaganda» para poder debatir de educación, y remató con una nueva invitación al diálogo.
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