«He visto de cerca la creación de la vida»
Un estudio muestra el vínculo que une a las parejas con embriones de pocos días
¿Cuándo comienza la vida? ¿desde el momento en que un espermatozoide fecunda un óvulo? ¿a qué llamamos embrión? Preguntas como éstas llevan años alimentando debates. Más aún en plena reforma de la ley del aborto y con la reciente irrupción en escena de la clonación terapéutica, la técnica que permite generar embriones sin la participación de un espermatozoide. Sólo se necesita una célula adulta humana (por ejemplo, una célula de la piel de cualquier individuo) y el óvulo de una mujer para obtener un embrión clónico humano. ¿Es eso un embrión si no media en el proceso un espermatozoide?
Cuando el Gobierno socialista aprobó la clonación terapéutica en España, la entonces ministra de Sanidad, Elena Salgado, se refiriró a esos embriones como «conjuntos de células». Así evitaba el término que tanta polémica generaba cuando se destruían.
Pero esos conjuntos de células son, sin embargo, capaces de conmover a una pareja en pleno tratamiento de fertilidad. Un estudio del Instituto Marqués, un centro de medicina reproductiva de Barcelona, muestra el vínculo y las emociones que despierta un embrión en una pareja al que asocian con su futuro hijo. El estudio se ha podido hacer gracias a una nueva aplicación que permite a los pacientes observar desde su propia casa y en cualquier momento del día cómo se están desarrollando sus embriones. Y también a nuevas tecnologías, que permiten ver los embriones fuera del útero como nunca antes se había visto.
Al mismo tiempo se les preguntaba cuáles eran sus sensaciones, qué sentían al ver en su ordenador, en su móvil o en su televisión la evolución de sus embriones. Para todos la experiencia resultó «emocionante» y «sorprendente», pero sobre todo muestra cómo se genera una relación entre los futuros padres al ver a su futuro hijo en un estado de pocas células.«Mi corazón de madre se emociona al verlos», «Me siento infinitamente pequeña ante el milagro de la vida», «He visto de cerca la creación de la vida», «Fue maravilloso vivir tan de cerca la evolución del inicio de la vida de los que estoy convencida serán mis hijos...». Estos son algunos de los comentarios de los padres que aparecen en el estudio del Instituto Marqués.
Gran hermano embrionario
El dispositivo que lo permite se llama embryoscope y es mucho más que un «gran hermano» del proceso de la vida. Funciona como un incubador que proporciona las condiciones fisiológicas que requiere el embrión in vivo. Y además incorpora una cámara que continuamente captura imágenes del desarrollo embrionario. De alguna manera, hace una película del inicio de la vida.
En el Instituto Marqués, el embryoscope no sólo les ayuda a seguir la evolución de los embriones, también les ayuda a calmar a las parejas que están en tratamiento para tener un hijo. «Poder comprobar el estado de los embriones aumenta la sensación de control y disminuye la incertidumbre. Los futuros padres mantienen una implicación positiva a lo largo del proceso. Esa tranquilidad será beneficiosa y necesaria no sólo durante el tratamiento, sino durante el transcurso del embarazo y la futura maternidad», explica Laura Solana, psicóloga especializada en reproducción asistida.
Una de las mayores preocupaciones de las parejas que hacen fecundación in vitro es saber cómo están sus embriones en el laboratorio y si evolucionarán bien. «Ideamos este sistema para darles mayor control sobre el proceso del laboratorio, para que pudieran verlos como los ven los embriólogos», detalla Marisa López-Teijón, jefa de reproducción asistida del Instituto Marqués.
Los resultados de esta experiencia se presentarán en el próximo congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana, que se celebrará en Londres el próximo mes de julio.
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