Pensamiento

¿Conocen a alguien que quiera cambiar el mundo? Yo sí

El programa ‘Young Civic Leaders’ reúne a inconformistas que quieren cambiar nuestra sociedad

El programa cuesta sólo 250 euros, pero está valorado en 2.500 Toni Galán

¿Qué hacen cincuenta veinte añeros un viernes por la tarde en el Madrid del ‘after work’ con gin-tonic (y Ayuso en monopatín liberal) escuchando al socarrón profesor Ortigosa disertar sobre la dinámica del miedo de Maquiavelo versus la dinámica del realismo de Hobbes? Es más, ¿conocen a una sola persona que quiera cambiar el mundo? Piénsenlo con calma, aquí y ahora no existe el tiempo.

LA DEMOCRACIA...

En 2020, el 49,4% de la población mundial vivía en algún tipo de democracia. En 2021, el 45,7%. Los últimos años han sido un reto al orden liberal. El 37,1% de la población mundial vive hoy bajo regímenes totalitarios.

Las guerras del siglo XXI

(estimación del número de muertos)

SIRIA

470,000

Sudán

(Darfur)

200.000

Guerra de Irak

171.000

R.D. Congo

(Ituri)

60.000

México

(Cárteles de la droga)

47.000

Afganistán

45.600

Pakistán

(Al Qaeda)

36.000

Libia (Gadafi)

30.000

Ucrania

14.400

Terrorismo Yijadista

10.000

Sudán del Sur

10.000

Otros conflictos

16.000

Índice de democracia en el mundo

El índice de democracia en el mundo se ha basado en la valoración de cinco factores: pluralismo en los procesos electorales, funcionamiento de los gobiernos, participación ciudadana, cultura política y derechos civiles

9

8

7

6

5

4

3

2

1

CLAVE

Democracia

plena

Democracia

defectuosa

Regímenes

híbridos

Regímenes

autoritarios

Noruega

9,75

Rusia

3,24

Canadá

8,87

Islandia

9,18

Océano

Pacífico

EEUU

7,85

Japón

8,15

España

7,94

China

2,21

Argelia

3,77

México

5,57

India

6,91

Océano

Atlántico

Rep.

Democrática

del Congo

1,4

Indonesia

6,71

Brasil

6,86

Océano Pacífico

Océano

Índico

Chile

7,92

Sudáfrica

7,05

Nueva

Zelanda

9,37

...Y LAS DICTADURAS

En 32 países del mundo todavía se vive bajo una dictadura, según el índice de la organización intergubernamental IDEA, fundada en 1995 por 14 estados, entre ellos España, Finlandia, India, Países Bajos o Chile.

Años en el poder de cada dictadura actual

Sobre el mapa se muestran todas las dictaduras actuales en función del tiempo de cada una de ellas. Se remarca la más longeva en cada continente.

CLAVE (años)

0-5

6-10

11-15

16-20

21-25

26-30

+31

Tayikistán

31 años

Turkmenistán

16 años

Corea del Norte

12 años

Kazajistán

4 años

Uzbekistán

7 años

Azerbaiyán

20 años

Laos

7 años

Bielorrusia

29 años

Vietnam

5 años

China

11 años

Siria

23 años

Irán

34 años

Egipto

9 años

Cuba

4 años

(Miguel Díaz-Canel)

Baréin

Libia

7 años

Qatar

Camboya

28 años

Chad

33 años

Océano Atlántico

Venezuela

10 años

(Nicolás Maduro)

Guinea Ecuatorial

44 años

Tailandia

9 años

República

del Congo

21 años

Arabia

Saudí

Emiratos

Árabes

Unidos

Océano Pacífico

Ruanda

23 años

Yemen

Burundi

18 años

Somalia

6 años

Océano Índico

Esuatini

37 años

Eritrea

30 años

Sudán del Sur

12 años

FUENTE

EIU.COM, ONU, STATISTICS OF WARS, OPPRESSIONS AND ATROCITIES OF THE TWENTY-FIRST CENTURY / INTERNATIONAL IDEA (MAPA DE ABAJO)

INFOGRAFÍA

PEDRO JIMÉNEZ, MODESTO CARRASCO Y MUFFINMAKER STUDIO

LA DEMOCRACIA...

En 2020, el 49,4% de la población mundial vivía en algún tipo de democracia. En 2021, el 45,7%. Los últimos años han sido un reto al orden liberal. El 37,1% de la población mundial vive hoy bajo regímenes totalitarios.

Las guerras del siglo XXI

Estimación del número de muertos

SIRIA

470,000

Sudán

(Darfur)

200.000

Guerra

de Irak

171.000

60.000

R.D. Congo (Ituri)

47.000

México

(Cárteles de la droga)

45.600

Afganistán

36.000

Pakistán (Al Qaeda)

30.000

Libia (Gadafi)

14.400

Ucrania

10.000

Terrorismo Yijadista

10.000

Sudán del Sur

16.000

Otros conflictos

Índice de democracia en el mundo

El índice de democracia en el mundo se ha basado en la valoración de cinco factores: pluralismo en los procesos electorales, funcionamiento de los gobiernos, participación ciudadana, cultura política y derechos civiles

CLAVE

9

Democracia

plena

8

7

Democracia

defectuosa

6

5

Regímenes

híbridos

4

3

2

Regímenes

autoritarios

1

Canadá

8,87

EEUU

7,85

Océano

Atlántico

México

5,57

Brasil

6,86

Océano Pacífico

Chile

7,92

Noruega

9,75

Rusia

3,24

Islandia

9,18

España

7,94

Argelia

3,77

Rep.

Democrática

del Congo

1,4

Océano

Atlántico

Sudáfrica

7,05

Rusia

3,24

Océano

Pacífico

China

2,21

Japón

8,15

India

6,91

Indonesia

6,71

Océano

Índico

Nueva

Zelanda

9,37

...Y LAS DICTADURAS

En 32 países del mundo todavía se vive bajo una dictadura, según el índice de la organización intergubernamental IDEA, fundada en 1995 por 14 estados, entre ellos España, Finlandia, India, Países Bajos o Chile.

Años en el poder de cada dictadura actual

Sobre el mapa se muestran todas las dictaduras actuales en función del tiempo de cada una de ellas. Se remarca la más longeva en cada continente.

CLAVE (años)

0-5

6-10

11-15

16-20

21-25

26-30

+31

Cuba

4 años

(Miguel Díaz-Canel)

Océano

Atlántico

Venezuela

10 años

(Nicolás Maduro)

Océano Pacífico

Kazajistán

4 años

Uzbekistán

7 años

Tayikistán

31 años

Turkmenistán

16 años

Corea del Norte

12 años

Laos

7 años

Vietnam

5 años

China

11 años

Irán

34 años

Tailandia

9 años

Camboya

28 años

Arabia

Saudí

Emiratos

Árabes Unidos

Yemen

Somalia

6 años

Océano Índico

Azerbaiyán

20 años

Siria

23 años

Egipto

9 años

Bielorrusia

29 años

Libia

7 años

Baréin

Qatar

Chad

33 años

Guinea

Ecuatorial

44 años

República

del Congo

21 años

Ruanda

23 años

Burundi

18 años

Eritrea

30 años

Esuatini

37 años

Sudán del Sur

12 años

FUENTE

EIU.COM, ONU, STATISTICS OF WARS, OPPRESSIONS AND ATROCITIES OF THE TWENTY-FIRST CENTURY / INTERNATIONAL IDEA (MAPA DE ABAJO)

INFOGRAFÍA

PEDRO JIMÉNEZ, MODESTO CARRASCO Y MUFFINMAKER STUDIO

El escritor Álvaro Pombo dice que “esto es Occidente, un lugar de individualismo y confrontación”, y los adultos suelen olvidarse de sus sueños para no tener pesadillas, frustraciones o impagos. Pero existen unicornios morales, almas de piel tersa aún no contagiadas por el coronavirus del cinismo, inconformistas que quieren cambiar nuestra sociedad. Y en el programa ‘Young Civic Leaders’ se cazan algunos, una especie de cantera de la Ilustración tan rara como iluminadora.

El programa ‘Young Civic Leaders’ reúne inconformistas que quieren cambiar nuestra sociedad.

Desde hace seis años, la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno organiza en su majestuosa sede de General Martínez Campos este curso dirigido a profesionales que han terminado el grado universitario y quieren una carrera profesional con vocación social. “Ven que no hace falta dedicarse a la política, las ONGs o ser emprendedores sino que el compromiso cívico lo pueden ejercer en su propio trabajo, asociándose con otras personas o levantando iniciativas”, cuenta Álvaro Matud, director académico y responsable de relaciones institucionales.

Medio centenar de jóvenes, entre los 23 y los 29 años, que acuden todos los viernes de enero hasta junio, más algunos miércoles y sábados concretos, a unas charlas estructuradas en dos bloques que empiezan en el conocimiento de uno mismo y la antropología, como base humanista, y continúan hacia la acción exterior. “Antes de lanzarte a mejorar el mundo y a los demás, piensa quién eres”, explica Leticia Lombardero, directora de Planificación y Desarrollo. Economía, historia, religión, relaciones internacionales, medioambiente, cultura, tecnología… para una chavalada diversa pero parecida en halo.

Desde una ingeniera aeroespacial que quiere ampliar horizontes mentales, una abogada que trabaja en BBVA involucrada en una asociación de mujeres letradas, un doble licenciado del departamento de Gobernación de Telefónica de Álvarez-Pallete, una maestra circense de pelo turquesa que se interesa por los vínculos de la ultraderecha con la conspiranoia o un periodista más clásico, lector de las memorias del exdirector de ABC Bieito Rubido, y que en el turno de preguntas a los oradores, con indicación de hacer solo una, hace dos. Y se celebra entre risas.

“Están en un momento vital importante. El de llegada al mundo laboral, que puede ser decepcionante. O también personas curiosas que quieren salir de entornos donde solo hablan de trabajo”, continúa Leticia. Para Matud es un programa único: “No sirve como título, la motivación es el amor al arte. La Universidad hace un grandísimo papel pero casi se da por hecho. Y en la época de la Inteligencia Artificial, con los retos del futuro, van a ser las fundaciones e instituciones las que proporcionen una formación permanentemente adecuada, con capacidad de innovación y creatividad, interdisciplinar y basada en las humanidades. Aquí, además, se puede hablar con libertad, no hay cancelación ni tabúes”.

Mientras tanto en el aula, en este caso del hotel NH Zurbano por obras en la sede, Rafael Rubio, doctor en Derecho Constitucional y exasesor de Pablo Casado, lanza a los alumnos un nicho de conocimiento a la cara: «El gran problema del ‘lobby’ no es la transparencia sino la igualdad, gente sin recursos para determinadas causas». Comparte este día ponencia (‘Qué está pasando con la política’) con Rafael Arias Maldonado, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Málaga y columnista de ‘El Mundo’, que respecto a otro de los temas aflorado, la sentencia de la Manada, dictamina: “La sentencia del pueblo no fue ratificada por los jueces”.

¿Sois como masones?, pregunto en broma al educando Ramón Sánchez, matemático de analítica avanzada en Endesa, que niega con hilaridad. Una amiga suya de Sevilla le pinchó por lo mismo hace poco. A sus veintipico posee también un máster de Data Science y Finanzas, y, además, cursa un segundo grado en Economía. Su trabajo es hacer más productivo el negocio de comercialización de la energética. “Creo que el gran hito de mi disciplina es el procesamiento del lenguaje natural ya cristalizado en Chat GPT. Y lo que queda. Google necesita caminar hacia ahí porque si no el buscador, como tal, va a desaparecer. Se van a transformar áreas de formación, de redacción, de licitaciones, de búsqueda de información… todo”.

Entre los cerca de 250 antiguos alumnos de las cinco ediciones previas de ‘Young Civic Leaders’, algunos han levantado llamativos proyectos. Como ‘Más Sociedad’, una plataforma puesta en marcha por Beatriz Martos y Elena Aldave con iniciativas de apoyo a mujeres embarazadas vulnerables, entre otras. O ‘Bailando con gigantes’, un espacio de diálogo de grandes preguntas en Spotify o Youtube con invitados como Juan Manuel de Prada, Elizabeth Duval o Juan Ramón Rallo. También han ayudado a madurar ideas ya existentes, como Hemper, una empresa social en pos del ‘slow fashion’. O ‘Proyecto Arraigo, sobre la España Vaciada. Sin olvidar ‘El micro de la taberna’, el ‘podcast’ “de los temas que hablarías en el bar”, o la tertulia que han montado de cerveza y poesía.

“Hay también un tercer tiempo, eh. Al término de las charlas parte de los alumnos se van a hacer piña hablando de Nietzsche o la globalización en un bar. Y hay un cuarto tiempo en la discoteca, también ligan”, cuenta Lombardero divertida. ¿Y cómo los escogen? Cada año, la Fundación Tatiana recibe más de 200 solicitudes que incluyen currículum, expediente, un ensayo sobre un líder cívico (están cansados de Martin Luther King) y una presentación de uno mismo de un minuto. De ahí filtran.

Para recibir charlas de ponentes top. Aparte de los mentados, este año están programados el filósofo Jorge Freire, la exministra de Exteriores Ana de Palacio, el director de ABC Cultural Jesús García Calero o la controvertida ensayista Elvira Roca Barea. Y otras ediciones, escritores y periodistas como Karina Sainz Borgo; políticos como Borja Semper; la abogada del Estado Elisa de la Nuez; el CEO de Vocento, Luis Enríquez; Eva Castillo, presidenta de Telefónica España; la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva; y Luri, Garrocho, Iris Simón, Lacalle… o la fundación ‘Dale Candela’, contra el ELA. “Son diferentes ejemplos de cómo influir. Profesionales que enseñan cómo cambiar las cosas desde los partidos, medios de comunicación, ‘lobbys’, asociaciones o la empresa. Eso los viernes. Y algunos miércoles vienen ejemplos de liderazgo para que cuenten su experiencia, toma de decisiones, etc...”.

El programa cuesta 250 euros, pero está valorado en 2.500. Porque todos los seleccionados son beneficiarios de una beca del 90%, y la Fundación Tatiana dona el 100% de la matrícula a una ONG o entidad social. ¿‘What’? ¿Pero por? ¿Quién fue la tal Tatiana? Bien, cojan aire para el recitado. Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno y Seebacher fue Condesa de Torre Arias con Grandeza de España, Marquesa de Santa Marta y Marquesa de la Torre de Esteban Hambrán. Y junto con su marido, Julio Peláez Avendaño, decidió constituir esta fundación para que heredara su patrimonio y lo gestionara en beneficio de la sociedad, apoyando así a miles de científicos (tienen otro plan de neurociencia) y jóvenes españoles.

Alumnos que asisten al curso de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno Toni Galán

Y no solo españoles. Como Ana Correa do Lago (Río de Janeiro, Brasil), que está haciendo un doctorado en la Politécnica de Madrid con beca Marie Curie y Tatiana. Economista, con máster en Estados Unidos en ‘Urban Ecologies’, su tesis final fue un estudio de la sequía en Sao Paulo. Aquí investiga políticas públicas urbanas en el marco del ‘Green Deal’ Europeo. “En 20 años me imagino equipada para pensar sobre problemas del cambio climático y cómo las ciudades estarán más preparadas para afrontarlos desde el punto de vista público, privado o del tercer sector. Me veo en posición de reunir a gente de distintos campos para buscar respuestas a estos problemas complejos que seguirán”.

“Queremos un impacto que trascienda a su ejemplo, que lo difundan entre sus compañeros de trabajo y generación, que contribuyan a un nuevo futuro”, dice el director académico de la fundación. Sin presión. Por su parte, Luis, malagueño, confiesa que acude al curso porque no tiene acceso en su vida a “esta clase de conocimiento, de ponentes, de foros y de forma altruista”. A su lado, Celia, leguleya de 25 años y adelantada a su tiempo literalmente en el colegio, quiere solventar una necesidad: “El sistema académico nos empuja a convertirnos en profesionales pero sin buscar una visión 360, todo es muy estanco. En mi caso, no sé cómo el Derecho puede aportar a otros campos. El programa me permite ir más allá con una perspectiva filosófica, antropológica, política, económica, me ayuda a mejorar la sociedad en el día a día y no ejercer una profesión sin más”.

Acompañado de varios de estos virtuosos rapaces, y en la biblioteca de la Fundación, techos altos y bullente de volúmenes antiquísimos en latín, el modo garrulo se desactiva… aunque uno porfíe: ¿pero un viernes dándole a Hobbes? Ramón zanja lo ya zanjado: “Aquí esperaba encontrar respuesta a preocupaciones personales sobre la sociedad. Creo que somos excesivamente superficiales o nos hemos cansado de buscarle el sentido a la vida, y quiero entender cómo hemos llegado aquí. Tenemos una responsabilidad con la sociedad para mejorarla. Depende de uno. Y a mí me falta formación humanista porque soy matemático. Es esencial estar pegado a lo humano para hacer bien lo mío. Tengo la certeza de que ha habido desarrollos científicos que han hecho mucho daño a la sociedad porque la hemos desligado del fin último de la ciencia que es ayudar a progresar a la humanidad. La bomba atómica es el ejemplo más claro. Pero habría que plantearse, por ejemplo, el seguimiento en redes sociales. Seguramente antes también sucedía, pero hoy es evidente que las redes sirven para manipular las elecciones democráticas. Nos hemos olvidado de que el progreso por el progreso no vale, solo vale el progreso por lo humano. Llevo una semana muy mala porque estoy convencido de que el progreso por el progreso nos ha llevado a destruir el concepto de dignidad humana. Y, sin dignidad humana, no hay humanidad. Lo estamos haciendo mal… pero no diré que hemos perdido”...

Ana Correa do Lago Economista

«El futuro digital y los desafíos humanísticos exigirán una capacidad de estar despiertos muy fuerte. Dejarnos llevar por lo de siempre… ya no nos sirve»