A sus 28 años (Madrid, 1995), Blanca Padilla puede presumir de llevar a sus espaldas el peso de una trayectoria profesional como modelo completamente consolidada. Pese a la incertidumbre que, tal como confiesa, rodea a su profesión, la última década la ha pasado de aquí para allá, desfilando para grandes firmas de moda y siendo imagen de otras tantas marcas de lujo. Y, como ocurre con las grandes historias, todo fue un capricho del destino.
Para el resto de los mortales, montar en metro es un acto rutinario, y también lo era para esta modelo de Collado Villalba hasta que un día, en uno de esos viajes, un ‘cazatalentos’ se cruzó en su camino. A partir de ahí todo fueron cambios en su vida: de estudiar Publicidad y Relaciones Públicas en la capital española pasó a ser uno de los rostros más demandados en el sector, y solo era cuestión de tiempo que dejara Madrid para mudarse a Nueva York, donde le esperaba un futuro cargado de éxitos en los desfiles más populares en todo el mundo.
Las oportunidades llegaron pronto. Tras haber sido portada de conocidas cabeceras de la prensa española, en 2014 desfiló por primera vez para Victoria Secret, convirtiéndose en la quinta modelo española en ponerse las demandadas alas y la primera en hacerlo dos veces, ya que repitió experiencia en 2017. Entretanto, fue nombrada 'Modelo Femenina del Año' en la 59 edición de la Semana de la Moda de Madrid Mercedes-Benz y desfiló para reconocidas firmas de alta costura como Dolce Gabbana, Oscar de la Renta o Elie Saab, entre otros.
Con los pies en la tierra
Pero ni todos los flashes que la han enfocado a lo largo de estos años -se ha subido también a las pasarelas de Milán y París- han logrado eclipsar su humildad y percepción de la realidad. Esta modelo de pelo castaño y ojos marrones ha aprendido en la última década a conectar con el presente y a adaptarse a los infinitos cambios que sufre su profesión; un sector inestable en el que hay que demostrar día a día la valía.
«Mi trabajo tiene una naturaleza donde reina la incertidumbre constante y eso me ha ayudado a conectar con el presente. Ese ha sido mi gran aprendizaje con el mundo de la moda y con mi carrera: el intentar vivir con ese descontrol y conectar con él», reconoce. Siendo consciente de ello, Blanca confiesa remar hacia esas cosas que son su pasión y no a lo que carece de importancia para ella: «Me importan las personas, las relaciones humanas, la sociología, la psicología, el bienestar, la sostenibilidad en la moda y, por supuesto, la moda».
Cuando Blanca Padilla es preguntada por cómo ve, de aquí a unos años, el papel de la mujer en el ámbito de la moda, comenta que estamos en un momento de inflexión importante. «Queda mucho trabajo por hacer pero si echamos la vista atrás y de pronto volvemos al presente, creo que estamos en un momento muy potente. Ha sido primordial el darle ese papel protagonista a la mujer o a la modelo, más allá de una mera figura o una mera representación de una belleza física. Ahora hemos pasado esos límites y una modelo puede aportar otras cosas: una visión creativa, una opinión, una lucha… En definitiva, tomar ese rol de activismo. Ahora los horizontes se han extendido y se ha normalizado que una persona que trabaja en la moda como modelo pueda ser mucho más que una imagen».
Padilla manifiesta la importancia de que la mujer siga tomando decisiones y estando presente en todo el proceso: «Podemos tomar roles de responsabilidad, tener personas a cargo, tomar decisiones… Yo como modelo siento que especialmente ahora hay una especie de libertad de expresión que quizá antes no había. Ahora hablamos de nuestras experiencias y sueños y todo esto es fundamental porque tenemos infinitas capacidades y podemos hacer mucho más en este área».
‘Un sector principalmente femenino’
En la eterna lucha de igualdad de salarios entre hombres y mujeres, no resulta sorprendente saber de primera mano que el modelaje femenino está mejor pagado que el masculino y, según adelanta la madrileña, eso es debido al papel que ha tenido la mujer en la moda a lo largo de los años. «Muchas veces como un objeto de deseo sexual», dice, pero esa figura se está transformando y la masculinidad en la moda también. «Ahora el límite entre géneros no está tan marcado y hay mucha más aceptación y flexibilidad en estos ámbitos, lo cual me parece muy importante», concluye Blanca Padilla.
«Que el mundo vea que las mujeres podemos hacer lo mismo y dar así el último empujón»

«La igualdad es deseable, de lo contrario estaríamos renunciando a una gran parte del talento que existe en España»

«Espero que dentro de unas décadas, el papel de la mujer sea igual que el del hombre y que este tipo de entrevistas para hacernos más visibles no sean necesarias»
